#Un blog en gemini? ##25/12/2024 La pÃlvora, un placer de tontos. Me cuesta trabajo creer que, conociendo todo el daÃo que se inflige a los animales, este tipo de personas aÃn asÃ, decidan usarla. Se puede disfrutar en paz; ademÃs que las desventajas sobrepasan los beneficios. Qué tipo de de gentuza entonces se toma el derecho sobre el decidir sobre la vida de los animales, aves, perros, gatos, fauna silvestre... ##31/12/2024 Ultimo día del año. Paso por aquí a escribir cualquier cosa, nada trascendental. Mucha pólvora, muchas cosas por hacer, un ambiente de alegría para algunos, agridulce para otros tantos. Las mascotas sufren, sólo queda acompañarlas y darles algo de consuelo. Es difícil escribir con tan poco talento. Bueno, hasta pronto. ##01/12/2024 Habiendo tantas cosas a las que dar mayor trascendencia, elijo hablar de aquellas sobre las que no lo tienen. Bueno, solo estaba pensando en dos casos particulares que conozco sobre personas que se encuentran en el norte, tratanto de encontrar una mejor calidad de vida. Alguno de ellos viajó por una suprema necesidad, por no decir que casi como un acto desesperado; pues, en palabras de él, de no ser por eso, no vale la pena (al menos a cierta edad, o siempre?) lanzarse a un cambio cultural tan drástico, que cae como un choque, y que a mi modo de ver (no tanto a mi modo de ver, sino también de la sicología) la contundencia de este choque, depende a su vez, de otros factores que usualmente dejamos pasar desapercibidos. ¿Es usted bonito, o feo? Una descripción general de mis dos amigos: Amigo A: Una persona simpática. Amigo B: Una persona no simpática. Bien, cabe aclarar que yo caigo sin duda alguna dentro la categoría B. Pues bien, habiendo conocido de las experiencias vividas, escuchadas de ambos, puedo resaltar (repito, ya sé que no es ninguna novedad) que las personas simpáticas tienen una ventaja muy importante sobre el grupo B, que se ve reflejado en algo tan básico e importante, como es el trato. Para ser tajantes, uno es discriminado; el otro no. El hecho de que lo que determina que nos miren a unos u otros con prejuicio por encima del hombro según como lucimos, no es otra cosa más que racismo y clasismo puro y duro (pero sobre todo el primero). No voy a explicar más pormenores, porque esto no deja de ser más que mi ignorante opinión, pero pues, ese es el sinsabor general que yo puede percibir, y que su trasfondo ha sido estudiado hasta cierto punto por la ciencia. Para concluir, con muy alta probabilidad si ud no es simpático como yo, en el norte (o en cualquier parte del universo) deberá hacer frente al prejuicio social, con todas sus fuerzas y elegancia para salir adelante. ##03/01/2025 Una pequeña sorpresa. Bueno, ya que pocas cosas trascendentales (o ninguna) suceden en mi vida, narraré pues uno que otro acontecimiento del día a día. Y nada pues, me dispuse a llevar la basura a un contenedor, y cuando caminaba de vuelta, ví una lata de cerveza vacía (oh, pero qué acontecimiento!). De buen tipo la recogí y la llevé al sitio destinado para el reciclaje. Dejé la lata en uno de los contenederos, y justo cuando ya me iba, ví que en otro había una caja con algunos libros. No pude con mi curiosidad, así que me acerqué a revisarlos. En realidad no todos eran libros, algunos eran unos cuadernos, pero, mi interés principal fueron los libros, así que empecé a revisarlos de forma aleatoria. Y ahí fué que grátamente vine a dar con un ejemplar de ¿La hojarasca¿ de Gabriel García Márquez. La verdad no soy un lector ávido, pero me pareció genial. He leído uno que otro libro de Gabo, pero éste precísamente no. Así que, me lo llevé, junto a otros dos más. De hecho uno es de otro grande de la literatura, y, pues nada! Procuraré darles buen uso, reunirlos con el resto de mi humilde biblioteca, y ya encontraré una ocasión para leerlos. ##05/01/2025 En lo que venía siendo el final de un día muy bonito, tuve que presenciar un suceso, ajeno a mí, pero muy trágico e ineseperado. Justo después de llegar luego de compartir un hermoso día en familia, fuí al parque con mis amigos (¿) Luego de un comentario del portero posterior a un breve cruce de palabras en broma, entendimos (o mejor, no entendimos nada) una palabra en su respuesta fuera de lugar. Yo símplemente no quise pensar en qué quiso decir, pero cuando mi amigo, que no quería dejar cabos sueltos indagó al respecto, supimos que hablaba de un muerto en la calle. Al salir, notamos la presencia de la policía, la calle cerrada, los chismosos de turno, y una sábana cubriendo un cuerpo. Hicimos lo que teníamos que hacer, sin participar de nada, apenas si preguntándonos algo al respecto. Lo claro es que había sido un suicidio. Acordamos no decir nada a nuestros familiares (¿para qué?) y volvimos. Minutos más tarde tuve que salir a la calle nuevamente. La misma escena. El bobalicón (también de turno) haciendo comentarios de burla propios de un simple (por no decir que de una persona pendeja) no sólo me recordó la falta de respeto casi absoluta de esta sociedad por el dolor y la tragedia ajena, sino que también me hizo pensar que, casi con total seguridad, el día que deje este mundo, algún pendejo (también de turno) hará un comentario parecido. ##02/02/25 Bueno, que no se me olvide escribir. Aquí voy con algo nuevo. Hace apenas unos días terminé de leer un libro que por alguna razón siempre llamó mi atención; como si yo fuera una puntilla, y ese libro fuera un magneto. El nombre de la rosa, de Uberto Eco. Me deja símplemente un montón de sensaciones. Tantas cosas que trata, a mi modo de ver, la erudición con la que está escrito, símplemente me desborda. Estuvo genial, las críticas inteligentes, la atmósfera en que se desenvuelve, los personajes, etc, etc, etc Quisiera ser lo suficientemente inteligente como para escribir algo medianamente decente al respecto, pero bueno, sólo soy un simple mortal. Bueno, recuerdo de las estructuras de poder en la época en que se ambienta, a su vez, el estado, la religión y el comercio incipiente... las luchas feroces tras bambalinas entre estos diferentes subgrupos de la sociedad por mantener, o ganar aún más poder. Algo que llamó mi atención fué la manera como los monjes se referían al resto de población como los ¿simples¿, siendo ellos parte de una élite en una época en la que la distribución del conocimiento a través de los libros era súmamente compleja debido a que requerían ser copiados a puño y letra, una labor árdua y demorada, en fin. Pero estas élites tenían un acceso a la ¿educación¿ con la que la gran mayoría de gente no podía ni soñar (probáblemente ni siquiera era consciente). Se deja entrever también las condiciones sociales de desigualdad, principalmente el hambre, pero por otra parte el lujo excesivo y la glotone ría de las ya mencionadas élites. De lo que más se me queda, ya si sorprenderme, el papel oscurantista de la religión, que para mantener su status quo, valiéndose del miedo, y en el caso en particular expuesto en el libro, de los medios viles que supo (o puede) emplear para impedir ir más allá de lo ortodoxo. El simple es simple, lo menosprecia, y sobretodo, lo necesita así. El conocimiento no es un derecho, (ni siquiera dentro de la religión misma), mucho menos para los simples, quienes seguirán siendo rebaño, sin siquiera sospechar que lo son. Todo esto no puede significar más que ir en contra de la humanidad, del desarrollo integral de las personas, y finalmente un atraso general. Pero a pesar de todo esto, no era pensamiento de todos, y ahí es cuando el personaje principal aparece, quien a pesar de formar parte de estas corrientes, tiene una capacidad crítica e intelectual muy aguda (Fundamentada en la ciencia y los pensamientos de Roger Bacon), que pone en duda lo establecido, y cuyos recursos pone a disposición para investigar una seri e de crímenes en una abadía. En fin, estas palabras son tan poco para describir o hacer homenaje a un libro que me gustó mucho, espero algún día lo lean.