======================================================================= Revista digital 02 | xx ----------------------------------------------------------------------- xx | La última llamada ~peron ----------------------------------------------------------------------- La última llamada ///////////////// Parecería que a veces a la humanidad le gusta traspasar lo orgánico y sentir mecanismo. Tal vez el teléfono sea una expresión de este desplante: el cacharro nos permite comunicarnos a distancia, gracias a la electricidad. De boca a un micrófono, de oído a un parlante. Para que todo tenga sentido, no basta con hacer y decir, hay que organizar. Surgen entonces los sistemas telefónicos, ambientes donde la invención de la telecomunicación es sólo parte, nunca el todo. Las organizaciones son conducidas, eso debe ser así, y en la Argentina esto siempre fue importante. Los devenires históricos del teléfono en la Argentina -y en muchos otros lados- vienen casi indispensablemente asociados a las organizaciones que le dieron sustento. Para mucha gente, el Ente-símbolo no era este conglomerado derivado de la subyugación tecnológica despelotada de la autoproclamada "Revolución Libertadora", sino ese aparato colgado, o puesto en una mesita donde también iba la guía. Llamar con él o recibir una llamada era el evento, era hacer algo para decir algo. Damos entonces con la representación de ENTel: un teléfono a disco. Brutal máquina de plástico rígido y acero. Cableado. Blindado. Con una campana. El mismo logotipo de la telefonía Argentina elevaba al susodicho disco al pináculo de un símbolo aletargado, circunscripto a una omnímoda "e". ENTel. Ente Nacional de Teléfonos. ENTE. Burocracia a full. ``` Ascii art: Disco de teléfono ___ .-'`_ `'-. .' .-'" "'-. '. / .'(3)(2)(1)'. \ / / (4) .-. \ \ | |(5) ( )'==,J | \ \ (6) '-' (0) / / \ '.(7)(8)(9).' / '. '-.._..-' .' '-._____.-' ``` A pesar de lo que muchos aún creen, el sistema telefónico no se basa en el aparato que residía en el hogar. Claro, este es literalmente un terminal de operación situado en las premisas del suscriptor - o como se le dice técnicamente - un "DTE". El sistema telefónico se basaba en el concepto de que el usuario -a través del DTE- opera de manera remota todo un mecanismo de enrutamiento electrónico, situado en una central de comunicación propiedad del proveedor del servicio. Las causas y motivos de este andamiaje se encuentran en el acervo de control, y en la noción de propiedad. La llamada era DE la telefónica, el teléfono era DE la telefónica, y todo lo que pasaba entre ambos corresponsales... bueno, digamos que también. De cara al usuario, la operación del teléfono a disco era sencilla pero requería seguir varios pasos. El primero era cerrar el circuito telefónico - lo que se hace levantando el auricular de su posición de santo responso. Si todo iba bien, esta operación enrutaba una descarga de 60 milivoltios de "espera" que surgía de la misma central en forma de señal audible: el "tono de discado" (el usuario lo recibía como un tranquilizador "tuuuuuuuu"). Y entonces a discar el número de otro abonado; por magia de la tecnología, de la conmutación se encargaría la telecentral automática. En la era de antaño la operación se hacía "a mano". Miles de operadoras intervenían las trazas nacionales merced de conectar (se le decía "pinchar") manualmente los cables en un tablero de conmutación de la centralita. Mas tarde, metal y electrón se habían domado merced de la mente humana, y gracias a este avance, el enrutamiento se realizaba mecánicamente, por pulsaciones electromagnéticas inducidas por el rotor del disco de marcado (al girar entre las posiciones consabidas). Normalmente, cada receptor de usuario contaba con un rotor discador de 10 posiciones - equivalente a los números 0 al 9 - dispuestos en su disco electromecánico. >Más adelante, para principios de los 90s se introdujeron las >centralitas computarizadas, que podían recurrir también a un método de >marcado más conveniente, el de los tonos DTMF (tonos distintivos para >cada uno de los números). Estos también incluyeron tonos para dos >funciones adicionales de programación -el asterisco "*" y el numeral >"#"- que permitían activar funciones adicionales del sistema >computarizado, tal como llamada en espera, casillas de voz, discado de >opciones en "arbolitos" semiautomatizados, etcétera. En cualquier caso, la idea era discar o presionar los botones en el órden necesario según el número del corresponsal, para que la central fuese recibiendo los electropulsos, y con esto - prácticamente al unísono - conmutaría entre las distintas líneas posibles, según se las iba solicitando. Si la línea discada se encontraba en uso, conmutaba a un tono grave intermitente, el "tono de ocupado", pero si no lo estaba y el enlace se encotraba operativo, enviaba la potente señal intermitente de 48 voltios que activaban un circuito de alerta en el teléfono corresponsal -sonaba la campana del receptor corresponsal, avisando de esta manera que le estaban llamando-. De vuelta, se oía por el auricular el intermitente "tono de llamada". El enlace ya estaba conectado, sólo hacía falta que el corresponsal cerrara el circuito levantando su propio auricular, y con eso el audio podía transmitirse desde los micrófonos de ambos corresponsales y salir por los auriculares, al unísono, en lo que se conoce como "full dúplex". --- Esta semana hice la última llamada. Casi un réquiem de despedida llamando a quien, curiosamente, fue también la primer llamada que hice con la línea. Dar de baja el servicio de telefonía fija -la manera con la que se conoce a estas viejas líneas telefónicas- representa simplemente un reemplazo de modos de comunicación y de conveniencias, pero también es una buena oportunidad para desglosar esta tecnología tan presente, símbolo del avance y decadencia y los distintos vaivenes técnicos y políticos. La causal es la de muchos: la verdad es que desde hace al menos 3 años el aparato tenía menos y menos uso. Como muchos, había sido reemplazado en sus funciones de comunicación por las líneas de datos de computadora, o bien enlaces de telefonía celular. Claro, el viejo teléfono de línea tenía la ventaja de "seguir funcionando si se corta la luz" (puesto que la línea telefónica está alimentada por su propia energía eléctrica), pero con el correr del tiempo esto también dejó de tener importancia. ##Para "sacar la línea", primero "sacar la línea". Yo saqué la línea casi en la peor época de ENTel. Me explico: suscribirse a una línea telefónica en ENTel más que un trámite sencillo, fue siempre - históricamente - una odisea. En primer lugar, existían dos tipos de líneas telefónicas de usuario, que diferían en el costo y en el uso que se pensaba darle: la línea "familiar" y la "comercial". Desde el punto de vista técnico, la diferencia era puramente burocrática. Las líneas "comerciales" tenían un costo un par de veces superior, y entendiéndose que su uso más frecuente ocuparía mayor disponibilidad del sistema, no tenía otro sentido que asegurar supuesto enlace a un tendido que "se usaba mucho más". No había mucho más explicación creíble que esa. También ofrecía la posibilidad -por entonces importante- de publicitar en las "páginas amarillas", un listado de más de 1000 páginas que oficiaba de guía comercial nacional, dividida por rubros. Se entendía que se colocaba como publicidad. La línea "familiar" en cambio era para casas de familia, se suponía que estaría sin uso el 99% del día, salvo al momento de llamar. Incluia aparecer en guía, con apellido y nombre del titular, y la dirección (salvo que se abonara por el anonimato de no aparecer en las "páginas blancas"). El derecho era recibir un ejemplar de la guía telefónica regional (o urbana, dependiendo el caso), que aparecía bianualmente. "Sacar una línea" telefónica no solamente era caro y se hacía contra depósito, sino que también era problemático. Las centrales de telefonía analógica que comunicaban al país desde la década del 60, representaban para este momento tecnología cuasi-obsoleta, y de exageradamente dificultosa expansión. A lo largo de la historia se había recurrido a múltiples proveedores tecnológicos extranjeros, motivo por el cual era prácticamente imposible agregar nuevas líneas. Esto hacía necesario tramitar y aguardar el fallecimiento de algún abonado previo cuyos herederos no quisieran mantener el servicio telefónico. Salvo "haciendo justicia por mano propia", no había manera de acelerar esto, claro. Ante este cuadro se dio un milagro bastante improbable. Merced del mítico "Plan MegaTel", el país adquirió unas pocas centrales telefónicas digitales, y varias de las analógicas, de producción ya desfasada. La última de estas centrales analógicas tramitada por el Gobierno de Alfonsín -una centralita de 5.000 líneas telefónicas- se venía a instalar a sólo dos cuadras de mi casa. La tecnología no era la "nueva" digital, sino último exponente de la vieja tecnología analógica, de la alemana Siemens. Esto significaba que ésta -comprada antes de la hiperinflación del 87- necesitó la construcción de un edificio entero con aire acondicionado. La centralita estaba, pero nadie quería ponerse a construir el edificio, máxime cuando con la tecnología digital que ya existía, se podía hacer lo mismo en un tamaño mucho menor, con más líneas. Igual, ya que estaban, los de ENTel aprovecharon y montaron una torre de antenas con un derivador de microondas para los enlaces de larga distancia. La cuestión fue que la centralita quedó boyando... todo el montaje edilicio al lado de la alta antena tardó 3 años, y para cuando se inauguró, Alfonsín prácticamente se tuvo que ir por la ventana (para decirlo fácil, el Presidente renunció poco antes de concluir su mandato, en un conato de segunda hiperinflación y un despelote político de grandes proporciones). Volviendo a ENTel y el dichoso edificio con centralita desemsurada, era un postrero intento tecnológico: todo este despliegue venía a reemplazar un vergonzoso tablero de conmutación manual que por entonces todavía seguían usando (que solo permitía discado con operadora, en horario diurno), y una centralita de derivación con discado directo, pero ubicada en una localidad alejada. En fin -como todo lujo de final de era- improvisado. Tal es así que cuando pedí la línea familiar, me dieron la tercera de estas "nuevas líneas", lo que implicó una característica nueva en la guía telefónica. Era 1990, y la llegada de Menem marcó como señal ineluduble el final de ENTel, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, y el emporio no resistiría la ola de privatizaciones de lo que se llamó "el desguace del Estado". > En 1990 el gobierno decidió dividir Entel en dos compañías y > venderlas a inversores privados. Cada compañía serviría al norte o > al sur de Argentina, con el límite divisorio localizado en los > alrededores de Buenos Aires (en caso que no sepa, Buenos Aires es la > Capital de Argentina). - Revista PHRACK. El MicroSemanario de la UBA - distribuido por el inicipiente correo electrónico universitario - detallaba los precios y condiciones que la nueva gestión política instituía en diciembre de 1990, para las líneas telefónicas, y que por la fecha, fueron probablemente de los que tuve que hacerme cargo: > Según TELEFÓNICA, desde ahora el pulso costará 286,57 Australes > (0,053 U$S), precio que fuera aprobado antes de la privatizacion por > ENTel y parte de la negociacion del contrato. El pulso de ahora en > mas será ajustado por costo de vida toda vez que la variación en la > cotización del dolar no exceda en un 25% al costo de vida, en cuyo > caso se establece un indice mezcla de aumento del dólar y costo de > vida. Por otra parte, el abono mensual -que incluye 100 pulsos > libres- costará a partir del 12 de noviembre 39.260 Australes > (7,27 U$S), incrementándose respecto de su anterior de 21.137 > Australes en un 85,6%. La instalación de una línea nueva costará para > un hogar de familia 6.242.400 Australes, o 1.156 U$S. Cada una de las líneas de abonado equivalía entonces a una familia entera, y recibía un número telefónico. Esta consta de una característica -que es parte principal del número- Por entonces esta era de 3 números, aunque luego se agregaron números prefijos que delimitaban la zona nacional donde se encontraban (4 para la zona sur del país, 3 para la zona norte del país). Los técnicos de la telefónica tendían un cable desde alguna caja barrial que concentraba las líneas. Finalmente el enlace llegaba a una única caja local, para un único terminal de servicio, un aparato que en mi caso era el Masterset - fabricado para ENTel por la alemana Siemens. El dichoso aparato todavía existe, y hasta el final de la operatoria todavía funcionaba (sin duda lo hace). Se trata de un Panzer anaranjado y -novedoso por entonces- a botonera. ``` Ascii art: Aparato de teléfono Siemens Masterset _.===========================._ .'` .- - __- - - -- --__--- -. `'. __ / ,'` _|--|_________|--|_ `'. \ /'--| ; _.'\ | ' ' | /'._ ; | // | |_.-' .-'.' - -- - '.'-. '-._| | (\) \"` _.-` / \ `-._ `"/ (\) `-` / .---------. \ `-` (\) | ||1||2||3|| | (\) | ||4||5||6|| | (\) | ||7||8||9|| | (\) ___| ||*||0||#|| | (\) /.--| '---------' | (\) (\) |\_ _ __ _ __ __/| (\) (\) | | (\)_._._.__(\) | | (\\\\\\\\\\) '.___________________.' '-'-'-'--' ``` Cabe mencionar que por entonces uno no podía ir como ahora y "comprar" otro aparato telefónico, ni siquiera sumar otra boca telefónica. Todo eso podía lograrse únicamente a través de la oficina comercial de ENTel... y cada adicional se facturaba. ##Cuanto más lejos, más caro Los tendidos de ENTel imitaban una serie de pulpos con tentáculos electrónicos, que se abrazaban a lo largo de barrios y ciudades. Cada tentáculo era una troncal de larga o media distancia, que hacían contacto con otra "cabeza" y permitían de esta forma, circular a lo largo de todo el país. La naturaleza "radial" de la distribución poblacional en la Argentina, hacía que el centro de todo el esquema radicara no en el centro geográfico del país, sino en la capital, Buenos Aires. La expansión territorial fue haciendo el resto, donde los tendidos replicaban los ciclos radiales de colonización que dieron forma al país. Las comunicaciones telefónicas - y luego de Internet - no escapan de este fenómeno. Como de costumbre, las comunicaciones eran "a tiempo medido" según el pulso telefónico, unidad que tenía un valor fijo. A su vez, este pulso se prorrateaba de manera electromecánica. Al discar una llamada local (o sea, una que no se redirigía por fuera de las líneas presentes en la misma central, se entendía que estaba en la misma localidad), la central inducía un pulso con un período de uno por minuto. Este se facturaba como módulo básico, junto a un "abono" fijo. Sin embargo, al discar una característica para "salir" a otra central (típicamente para discar llamadas interurbanas), el período de pulso se reducía acordemente, de acuerdo con la cantidad de centrales (y en efecto, la distancia atravesada hasta dar con el corresponsal). Por ejemplo, al llamar a 30 kilómetros pulsaba 2 veces por minuto, a los 60 kilómetros pulsaba 5 veces por minuto... Esta lógica casi logarítmica volvía extremadamente oneroso las llamadas interurbanas de módulos de larga distancia. ## Las privatizaciones Las telefónicas privatizadas fueron varias, distribuidas en unidades de negocio para llamadas de carry internacional, llamadas de larga distancia, y dos emporios dedicados a la telefonía tanto en el norte como el sur del país. Estas fueron las más reconocidas por el público, pues se trataban de Telecom para la zona norte y Telefónica de Argentina para la zona sur del país. Con la inclusión de nuevos conmutadores y compatibilizadores se pudo completar el servicio de base (puesto que en el sistema telefónico argentino era un delirio, y había Siemmens, Ericsson, Hitachi, Fujitsu, Northern Telecom, AT&T, Alcatel, NEC, mas otros de compañías españolas, italianas, noruegas, y sabe Dios que más). Entre las cosas fue el DDI (discado directo internacional), que permitía llamar a otro país sin pasar por operadora internacional. En este aspecto, como la enorme mayoría de los argentinos con línea, hice y recibí pocas muy llamadas internacionales, que recuerde. Menos de 20 a lo largo de toda la historia de la línea, pero en esos casos nunca me resultó demasiado caro. Entre los países que mas llamé, Italia, España, EE.UU., todas por motivos de parientes, viajes o celebraciones, y algunas de trabajo. Las llamadas nacionales de larga distancia eran otra cosa, en la práctica, en la Argentina era más caro llamar larga distancia nacional que las llamadas internacionales a los países que comenté. ## Módems Otra cosa aparte eran las comunicaciones por computadora. Para este momento existían ya los "modems", los aparatos que permitían comunicar computadoras mediante la modulación de sonidos en la línea telefónica común. Es más, a lo largo de la década del 90, la implementación de nuevos protocolos multiplicaría la velocidad que podían alcanzar los módems (y por lo tanto, su capacidad de transmisión de información). El uso de módems en la Argentina estaba, sin embargo, bastante limitado. En los 80s, los módems debían ser homologados por ENTel para asegurar que funcionaran en el sistema telefónico local, y además, la línea debía abonar un plus por este servicio, que debía denunciarse en las oficinas comerciales. Existía la posibilidad de comprar módems en comercios de informática, pero el precio desalentaba. Tal vez el modelo más barato fuese el cartucho-módem para la Commodore 64 (venía de 300 o 1200 baudios). ``` Ascii art: Computador ULTRIX conectado al teléfono-módem ___________________ | _______________ | | | ULTRIX | | | | LOG IN | | | | User: yo | | | | Pswd: **** | | | |_____________| | |_________________| _[_______]_ ________ ___[___________]___ (_]----[_) | [=!===] []|__ .~ |.''.| | o [=!===] []| \__ ~. |'..'| L___________________J \|\~:----`. ___________________ \|-:-:-:-| /###################\ " " `-------------------' ``` El problema siempre fueron las costos exhorbitantes de las llamadas nacionales de larga distancia, ni que decir de las internacionales. Sin duda este es el principal motivo de la apuesta que durante los 80s había realizado la Argentina con la red ARPAC, la red nacional de tranmisión de datos por conmutación de paquetes. Si bien sus velocidades jamás superaron los 9.600 baudios, su principal finalidad fue permitir a los usuarios informáticos sortear los costos de las llamadas de larga distancia medidas por tiempo. Por fuera de esta novedad, la conexión por módem de discado ofrecía por entonces velocidades de transmisión paupérrimas, si tenemos en cuenta que la calidad de las líneas (o sea, el ruido en la línea influia negativamente en la comunicación y podía dar errores). En mi caso, al usar ARPAC a 1200 baudios no teníamos problemas, las líneas eran "cero kilómetro", porque las habían hecho nuevas, y la biblioteca desde donde conectábamos se encontraba literalmente a tiro de piedra del edificio de la telefónica. ``` Ascii art: SmartModem 2400 ______________ < ¡Viva Perón! > -------------- \ \ _______,------------------------,________ / / // | / / // /| / / // / | / / // / | / / // / | / / // / | /_______/========================\'________/. / ||'"""""" """""""'|| / || SMARTMODEM 2400 O O O O O O O || / || || / ||_[|]_HAYES________AA_CD_OH_RD_SD_TR_MR___||/ '-------------------------------------------' ``` Creo recordar que para el momento en que compré mi primer módem propio, tenía una PC multimedia de buena potencia comparativa, un Pentium I, de 133 Mhz, que recién salía. Ante tal avance, me recomendaron en contra de los costosos módems externos, puesto que un módem/fax interno de 28.8kbps costaba la mitad, tenía amplias ventajas de velocidad práctica, y permitía usar el fax (yo ya tenía un buen escáner A4 de puerto paralelo). Llamar a BBS era sencillo. Se podía hacer con el programa "Terminal" de Windows, o bien con cualquier programa de terminal de MS-DOS (qmodem). Por entonces había una buena "escena" de BBS en la Argentina, sobre todo en Capital Federal. En mi caso podía recurrir a algunas con llamada local, o de larga distancia. Debe decirse que la telemática no era gregaria, no era aislada. Las velocidades dependían también de la velocidad del módem que tuviese la computadora a la cual llamabas (puesto que los módems se ponían de acuerdo intentando recurrir a la mayor velocidad en común). Para principios de los 90s esto significaba que la mayoría de la gente tenía 1.200 baudios, con lo cual había que aguardar unos 5 segundos para la carga de cada pantalla, pero para 1994 con mucha diferencia la velocidad más lógica era de 9.600 baudios, donde se hacía con 1 segundo de refresco por pantallazo, aproximadamente. No era excesivamente lento, si hablábamos de texto. Algunas BBS -mis preferidas, claro- tenían 14.400 baudios. Con mi módem interno de 28.800 baudios iban perfecto, y ya había dos o tres BBS como Los Pinos, Antares, La Lucila BBS, BBSidro, que empezaron a comprar módems de 28.8 kilobaudios y avanzaron la cosa mucho (4 veces más rápido que uno de 9.600 baudios). Todo eso sucedió en pocos meses. Ingresar a una BBS de 28.8 kilobaudios hacía que los menues de texto cargasen instantáneamente, y eran sumamente prácticas, sin tiempo de carga alguno. También aceleraban bastante la descarga de archivos por módem. No era extraño que un juego de MS-DOS de la época ocupase varios diskettes, tal vez 4 o 6 MB, y bajarlos a 9.600 baudios significaba una conexión de 1 hora y media o 2 horas, con un costo de 25 pesos/dólares por llamada de larga distancia en horario reducido (la llamada local costaba 25 veces menos!). Transmitir a 28,8 kilobaudios reducía el tiempo en línea 4 veces, y la descarga de larga distancia podría salir 7 pesos o algo así. ¡La velocidad del módem lo era todo en la era previa a la "banda ancha"!. A razón del mismo, podía llamar a BBS, pero sobre todo usar la función de fax, que para mediados de los 90s era muy útil para el trabajo. El correo electrónico aún no estaba establecido, pero había bastantes máquinas de fax, y en el peor de los casos podía cursarse una buena página A4 de texto impreso en algo así como 1 minuto de comunicación de larga distancia. Desde el punto de vista de los trámites, solía abreviarlos mucho y ahorrar en llamadas de larga distancia. ## La ancha alameda Repasar todo esta historia me hace pensar en la importancia que hubiese tenido un gran desarrollo de la telefonía de transmisión de datos, y cómo el paradigma del enlace digital puro venció al del acceso telefónico. Desde 1993 se produce la comercialización de la red Internet en los Estados Unidos, y allí se inicia un rápido -tal vez apresurado- cambio en el sistema telefónico, destinado a llevar a todo hogar el nuevo servicio. En primer lugar sucede la puesta de numerosos y pequeños proveedores de servicio de Internet (ISPs) de alcance local, que con el correr de los años se van hiperconcentrando en "los grandes". En la Argentina sucede más o menos lo mismo. Algunas de las BBS "más grandes", aquellas que vieron el mercado, consideraron que podrían servir ellas mismas de ISP. Recuerdo Los Pinos como uno de los primeros "proveedores de Internet" locales, que cobraban algo así como 40 pesos/dólares en 1996. En 1997 se produce ya el ingreso de Internet en la Argentina de mano de estas pequeñas companías, de los proveedores como Satlink (poseedor del carrier de larga distancia), y las telefónicas. Telefónica de Argentina tenía su paquete Infovía de acceso telefónico, y Telecom tenía el suyo. Para finales del 99 estos comenzaron a integrar un descuento a través de la característica 0810 (que hacía pagar un costo mayor durante el primer minuto de la comunicación de datos, y luego tenía un costo reducido por el resto de la hora). Para este momento, los hábitos de mucha gente cambiaron. A finales de la década del 90 muchos estaban conectados varias horas y preferían el servicio de transmisión de datos al de telefonía por voz. La cantidad de tiempo en línea ameritaba -en muchos casos- la creación, puesta y despliegue del concepto de "banda ancha". Debe decirse que las telefónicas privatizadas de los 90s habían apostado en la Argentina al concepto tecnológico de la ISDN -Red Digital de Servicios Integrados- un estándar telefónico enraizado en los 80s que -salvo en partes de Europa- jamás entusiasmó al usuario hogareño. Este hubiese provisto una linea digital de "banda intermedia" (64 kilobaudios) que no hubiese requerido un módem de audio. Sin embargo, el estándar "hizo agua" por la simple aparición de los módems telefónicos de 56 kilobaudios. Estos se podían usar sobre la línea telefónica común y corriente sin tener que salir a poner otra línea que -para colmo- tampoco era ya tan veloz. Una ventaja que usaba bastante a menudo era -inexcusablemente- una máquina de Fax, que hasta no hace mucho guardaba importancia para tramitaciones. El fax lo tenía desde finales de los 90s, y en sus buenas épocas me permitía transmisiones de documentos a distancia (incluso internacional, cuando me fue necesario). En 1997 conocí la banda ancha por cablemódem, y si bien era cara, era evidente que los días del módem estaban contados. En la Argentina el servicio era dispar, y sólo efectuado en la capital del país, pero progresivamente se fue incorporando al resto del país. La tecnología favorita en cambio terminó siendo el ADSL, que requería la digitalización completa de las líneas telefónicas y permitía una "banda ancha" a través del sistema telefónico de esta manera integrado. Las velocidades dependían bastante -nuevamente- de la mala calidad de las líneas, pero al menos evitaba el concepto de la telecomunicación "medida" anterior, y servía para contar con 256 kilobaudios, hasta 2 megabaudios. En mi caso, nunca cambiaron la centralita alfonsinista. AL fin y al cabo, era "la más nueva" de las viejas centrales de la difunta ENTel! Para contar con internet de banda ancha, no hubo más que recurrir a otro adefesio tecnológico, que fue el WiMax. Este era un sistema con más puntos de contacto con la telefonía celular, consistía en una serie de antenas de microondas (3,6 GHz) que permitían radioenlaces y conexiones PPP. Gracias a un proyecto de tendido de redes de este tipo, pude acceder durante varios años a uno de estos enlaces, cuya velocidad era de 256 Kilobaudios por segundo. No era la luz, pero al menos permitía conexión "no medida", y con excelente disponibilidad. Con WiMAX podía navegar gracias a un suscriber, y -puesto que la compañía que lo proveia, ERTACH-, contaba con servidores de telefonía VoIP, podía contar con una línea de voz gratuita. El Suscriber podía accederse por conector serial (para funciones de seteo), y por Ethernet para la comunicación. Al ser un aparatito que quedaba en las premisas hogareñas, pude "entrar por conexión de puerto serial", y ver que en el menú de programación interno del suscriber existía una opción desactivada de telefonía. Esta función "oculta y no documentada" no requería nada, simplemente lo activé para probarla, conecté un teléfono a la toma RJ11 ¡y daba tono! (normalmente en las empresas Argentinas, estos servicios te los "abre" la compañía, y te los factura mensualmente). El número de la línea, era el mismo que el nro. de abonado de ERTACH. De esta manera pude, en principio, dejar de pagar llamadas larga distancia y locales a la telefónica privatizada, y usar en gran medida el servicio VoIP no documentado ni publicitado de ERTACH. El sonido era medio robótico ya que usaba códec GSM G711 de baja calidad, y esto hacía que el fax lamentablemente no funcionara en esa línea). Como resultado, poco a poco fui dejando de usar la línea telefónica común. Todo esto fue haciendo que el uso de la línea telefónica se redujese, y eso durante varios años. Realmente iba a darlo de baja, pero la pandemia me hizo prever conservarla por emergencias, y de todos modos el abono básico no era tan caro. Para principios de 2010 el servicio de Internet lo recibo a través de un servicio de microondas diferente al de Ertach, que me da una velocidad mucho más alta, lo suficiente para tener video a demanda cómodamente). Y a la llegada del 5G -interesadamente retrasada- lo reemplazaré por esa... Pero antes de que esto transcurra, los vaivenes de desregulación cayeron sobre la contención de los precios, con lo cual las proveedoras accedieron a una suba exorbitada. A todas luces, esto hizo que el servicio telefónico puro progresivamente fuese dejando de tener sentido para mi. Al momento, el abono se ha multiplicado por diez, llegando a 22.000 pesos (no tantos dólares, por la devaluación), pero ya no se me hacía gracia alguna tenerlo por el mero hecho de la comunicación de voz. El no tan inútil fax -si bien funcionó muy bien y presto- se me rompió por una descarga eléctrica. Ya no tiene sentido reemplazarlo, los servicios de datos circulan por otro lado. La línea sólo recibía las llamadas con patéticas grabaciones de "la rata" Larreta (el político), unido a un desfasaje que me hizo pensar, "listo, a otra cosa mariposa". Y chau. Disqueé el largo número de la persona que había sido la primera que llamé cuando tuve la línea. A ella la sorprendí, puesto que acá era de noche, y recibió la llamada -al mediodía siguiente- y le causó mucha gracia y recordamos en un enlace satelital traspolar, algunas de estas cosas. En fin, el tiempo del teléfono "de voz" pasó. Las líneas VoIP suplen ese servicio, a mucho menos. Y en nuestro extenso país, incluso las líneas celulares las han reemplazado. En un futuro muy próximo, si nosotros mismos queremos, tendremos velocidades de 2 o 3 gigabaudios por 5G, las 24 horas del día. Pero nunca está mal recordar de donde vinimos, qué se hizo mal, qué se hizo bien. Mi sentir es que las comunicaciones tienen que llevarse a cabo como un sistema regulado, de bajo precio, y alta velocidad, al alcance de todos y cada uno, a lo largo y a lo ancho del país. Servirse de empresas de morondanga -para colmo extranjeras- es garantía de no tenerlo nunca, dejar sectores en banda angosta por siempre, pero también lo es no saber adaptarse o no saber "cortar por lo sano" cuando las cosas andan mal y no funcionan. ´´´ Ascii art: Postes telefónicos con una linea cortada __ __ /o/---------------------/o/ /o/---------------------/o/ /o/| ,-/o/| ""|| ) ""|| || ( || || ) || || || ´´´ -----------------------------------------------------------------------