TEXTO-PLANO ===================================================================== Revista digital 03 | 02 --------------------------------------------------------------------- 02 | La Piña del Enano ENTeler --------------------------------------------------------------------- No hay luna en el cielo, está cubierto por nubes gélidas. Es la noche del 16 al 17 de noviembre de 1984. En un rincón de un galpón, el monitor de una Atari parpadea enloquecido. No tiene un problema de memoria, ni está volcando el núcleo: los 64 kilobytes sobran para el pequeño programa de 31 líneas de BASIC, y aún así la máquina se encuentra extasiada en un bucle furibundo. Su puerto serial recibe señales electrónicas, y las dirige - una y otra vez - por un cable al Dataphon, un acoplador acústico de 300 baudios. Si no fuese por el frío reinante, tal vez su CPU MOS6502C se hubiese recalentado. Con un golpe de comando, están dando un golpe comando. Nos encontramos en Alemania Occidental. ##El sistema BTX El primer sistema de texto en pantalla de Alemania Occidental abrió oficialmente sus líneas telefónicas el 3 de septiembre de 1983, tras un extenso período de pruebas de campo. Por la friolera de 700 millones de marcos invertidos por el Servicio Federal de Correos de la dividida nación, se desarrollaría un esquema digital de comunicaciones capaz de poner a Alemania en pie de igualdad con el fanfarroneado Minitel francés. Al tijeretear la cinta roja, negra y amarilla que franqueaba la entrada de uno de los edificios que le daba soporte, en Stuttgart, el Ministro de Correos Kurt Gscheidle lo refirió como "una red de información ciudadana que al unir personas e instituciones, que hace que nuestro complejo mundo sea más transparente". La apuesta no era pequeña. El Bildschirmtext -o BTX como se le conoció- estaba destinado a utilizar como terminal un televisor a color, pero operaba en torno a enlaces telefónicos que los comunicaban con grandes ordenadores regionales de control. A todos los había puesto en línea con fanfarria la tecnológica Siemmens. La firma había proyectado los ETD, si bien la red en sí operaba según tecnología propuesta por el Gigante Azul, la estadounidense IBM. La IBM asumía que las empresas del país conectarían además sus propias computadoras a la red BTX, y anhelaba lograr dividendos licenciando su propio protocolo EHKP (Unified Higher Level Communication Protocol) como opción superadora en calidad basada en la misma infraestructura nacional. En 1981, los decodificadores Btx -capaces de presentar la información según el estándar CEPT- contaban con características de avanzada: definía una pantalla de 480×250 píxeles y 32 colores visibles simultáneamente, seleccionables entre una paleta de 4096. Sin embargo, a pesar de que en los papeles esto parecía adecuado, y la experiencia francesa preanunciaba un éxito de envergadura, el pago de licencias y costos de investigación y desarrollo impuestos al nuevo producto no tardaron en dar que hablar en los círculos técnicos alemanes. Tras haber implementado su idea en los setentas, los franceses llevaban cinco años de ventaja, mientras que sus competidores continentales se encontraban aún en la puesta de infraestrcutura merced de la decisión política de depender del patronazgo estadounidense. El largo tiempo de desarrollo necesario para la puesta a punto constituía sin duda un talón de Aquiles, en un momento donde la informática de bajo costo avanzaba a pasos agigantados: cuando la subcontratación de fabricación de los decodificadores necesarios para los televisores se asignó a la Blaupunkt y Loewe, el costo se había elevado de los 500 marcos prometidos, a unos 2.000 marcos. Cada vez más metidos en el proyecto, atados a la cadena productiva, y cada vez menos reactivos como para poder alterar el rumbo, los técnicos del Btx fueron observando como su terminal enlazable a la red de datos terminaba demostrando ser notablemente inferior a los ordenadores hogareños y personales emergentes. Para principios 1984, un Atari 800XL totalmente equipado costaba en alemania sólo 500 marcos más. Si bien los anuncios televisivos daban gracia del nuevo ciberespacio teutón, las líneas telefónicas -verdaderas arterias por donde se oxigenaba la conversación técnica- los estertóreos chillidos de módem se traducían como un desdén cada vez más organizado. ##Combatiendo al Capital En la noche en que la afiebrada Atari discó sin cesar un número gratuito en Stuttgart, proveyó credenciales de usuario y contraseña a un mainframe situado en la Hamburger Sparkasse (la caja de ahorros municipal de Hamburgo). Cada una de estas sesiones de telediscado servía para ingresar a una de las páginas de teletexto del BTX. No lo hacía a una cualquiera, apuntaba específicamente a una hábilmente diseñada por Way Holland y Steffen Wernery. El texto presentado aparecía en la computadora y pasaba como un flashazo; si alguien hubiese tenido la velocidad como para leerlo, hubiese comprendido: "Se busca un equipo extraordinario para hacer retroceder a Gilb y liberar a una nación de 60 millones de personas". Tampoco era un ejercicio de vistosos efectos de video: por alquimia de la computación cada visita a esta página les erogaba 9,97 marcos alemanes. Al final de la helada noche - y tras 14 horas y 13.510 llamadas - la suma reflejada era de 134.634,88 marcos libres de pelo y paja, por cuenta de la Sparkasse de Hamburgo. Para ser interpretados por la máquina, los hackers habían usado BASIC, pero para ser oídos por fuera de su subcultura, habían escogido el lenguaje del dinero. El golpe es una piña de enano contra un sistema que engloba capitales bancarios, las aseguradoras, de correos, empresas tecnológicas y la ingenuidad telemática más supina del andamiaje político de la Alemania Federal. Se trata de la más espectacular presentación en sociedad de un grupo de hackers abrevados en el país: al despuntar el sol se darán a conocer como el Chaos Computer Club. La acción -decían- tenía un objetivo noble y encomiable: querían concientizar al público alemán de que el sistema de información de texto en pantalla (BTX) era inseguro. A su juicio, el sistema de información entregado por IBM en mayo de 1984 y con cierto retraso a la Oficina Federal de Correos alemana (apodado Gilb) era un rejunte de bugs tal, que debía advertirse a la opinión pública de la manera lo más eficaz posible. Debía frenarse el proyecto de Ley Gilb y poner en tela de juicio la campaña masiva de publicidad que durante años habían montado los esbirros de la Gilb. Varios miembros del CCC habían evaluado el Btx desde 1983, pero sus advertencias individuales habían caído en saco roto. A su juicio, los numerosos errores que demostraban las páginas de información del Btx debían enmendarse rápidamente, pero una vez que las aseguradoras alemanas anunciaron su entrada al ruedo, comprendieron que el dinero entraría en juego, y que las implicancias serían nefastas. Habría páginas de pago, y al permitirse que otro suscriptor accediera a ella, a la red ingresaría el Capital. Debía realizarse una demostración que sirviese de protesta seria. El 19 de noviembre de 1984, ante las cámaras de televisión, "devolvieron" a la caja de ahorros el dinero ¡que en ese momento ni siquiera figuraba en la factura de telecomunicaciones!. En sus reportajes, los periodistas se mofaron de la supuesta alta seguridad suministrada por la mayor empresa informática del mundo, que ni siquiera pudo protegerse de unos pocos jóvenes con una computadora barata. El "robo bancario por teléfono" resultaba entonces difícil de tipificar, pero más allá de si se trataba de un robo, si el parte bancario ni siquiera había sido actualizado al momento de la devolución, el tecnicismo hacía flotar aún un interrogante. ¿De qué manera se habían obtenido las credenciales de acceso de la Hamburger Sparkasse?. ###Desborda tu núcleo La explicación del CCC sonaba a fiesta cervezal: habían emborrachado sistemáticamente la memoria de una página de pantalla Btx, y en el vómito revuelto de la memoria, habían buscado información utilizable. Allí habían encontrado las contraseñas de la Sparkasse. La Oficina Federal de Correos confirmó el "error de desbordamiento" en el buffer de pantalla -que IBM tuvo que reparar inmediatamente- pero negó que esto pudiera ser utilizado para dar con contraseñas en el revoltijo de caracteres. "Estos se almacenan cifrados en un área completamente diferente del sistema". No menos atrevida fue la declaración publicada por el portavoz de prensa de la Oficina Federal de Correos, al mencionar el "cableado subterráneo" de las líneas telefónicas: "Quieren dar la impresión de que es fácil para los piratas informáticos hacer un mal uso del texto en pantalla. Esta impresión es errónea. Descubrir identificadores de terceros a través de prueba y error controlados por computadora con el teletexto es imposible. El acceso está doblemente asegurado mediante una identificación de dos factores. La probabilidad de descubrir una contraseña personal es inferior a uno en cien millones: incluso menor que acertar seis números en la lotería. Sólo se podría averiguar el identificador correspondiente de Btx mediante una pinchadura ilegal a una línea telefónica. Esto es, sin embargo, más difícil en Alemania que en los Estados Unidos, debido a la falta de paneles comunitarios y a nuestros tendidos de cableado subterráneo". La conclusión de los técnicos de BTX no puso tanto las manos en la flama: los dos hamburgueses podrían haber obtenido la contraseña gracias a la tontera ajena. En algún lugar -durante una demostración pública del sistema bancario online de la Sparkasse, quizás- podría haberse logrado la información. Por cierto, un espionaje de los datos de acceso tal no contradice el programa del CCC ni la ética de los hackers: "Cuando se trata de contraseñas de empresas, asumimos que han sido publicadas para la educación de nuestros jóvenes", afirmaba la primera edición del "Datenschleuder", el órgano que el CCC distribuía entre sus miembros en forma de panfleto fotocopiado. ##Disputa sin resolver En 2014, en el 30º aniversario del "hackeo de Btx", la Fundación Wau Holland (WHS) invitó a los dos protagonistas vivos a una mesa redonda. Tanto Eric Danke -quien había sido director del proyecto Btx- como el hacker de Btx Steffen Wernéry, repitieron las mismas declaraciones que habían hecho treina años atrás, sin desviarse de sus posiciones originales. Eso fue todo. A pesar del dinero que estuvo en juego, el panel tuvo un tono totalmente jocoso y agradable, pero aportó pocas ideas nuevas hasta que un joven militante del CCC exigió: "Si todavía hay controversia, entonces tendremos que organizarnos y meter las patas en el código fuente". La idea recibió muchos aplausos, pero para entonces los mainframes de aquella época que servían al Btx hacía rato que habían sido descatalogados. "Al software que tenía se lo comió la tierra" explicó Danke. >El último mainframe de Btx se sacó de línea en diciembre de 2001 y hasta 2007 sólo la banca conservó la red Datex-P de conmutación de paquetes. ## Conclusión Que el hackeo de Btx haya sido una intromisión técnica verdadera, o que los hackers organizados simplemente hayan espiado a un operario teclar una contraseña idiota, u obtenerlas de la basura, no altera el éxito que el CCC logró con su audacia. Por otro lado, BTX nunca se recuperó del golpe: En lugar de los 6 millones de clientes esperados, Btx sólo logró 60.000 suscriptores para 1986, y nunca pudo cruzar la marca del millón hasta que fue reemplazado por la oferta de Internet de T-Online, ya producida la Reunificación. El hackeo del Btx sirvió también de advertencia, incluso cuando el club pasó momentos aciagos como resultado de la intromisión del KGB en sus líneas descubierto en 1989. En aquel momento, los piratas informáticos intentaron vender los resultados de sus incursiones en línea a los servicios secretos, algo que contrastaba marcadamente con sus principios declamados por Wau Holland ante las lentes cinco años antes: "Protegemos a las personas del uso indebido de sus datos". Fanático de Viaje a las Estrellas, Steffen Wernéry refirió en Berlín que la piña de enano realmente tuvo un "efecto Warp" que mantuvo al CCC a flote. El club se mantendría en la cresta de la ola del hacking europeo durante la siguiente década. ENTeler =====================================================================