SU DEBUT EN GUADALCANAL Los estadounidenses comenzaron su ataque contra el perímetro suroeste del Pacífico a comienzos de 1942. El plan del Almirante King consistía en avanzar paso a paso desde Efate, en las Nuevas Hébridas, hasta Espíritu Santo, más arriba en la cadena de islas. Desde las bases recién construidas, la ofensiva podría continuar hacia las Islas Salomón y las Islas Bismarck. El 4 de abril este teatro de operaciones se dividió en dos mandos: el General Douglas MacArthur asumió el del Pacífico Suroeste, mientras que el Almirante Chester Nimitz asumió el mando del Pacífico Central. La estrategia global de EE UU consistía en que las fuerzas de Nimitz avanzaran hacia arriba a través del Pacífico de isla en isla, comenzando en las Islas Gilbert en noviembre de 1942, y después hacia las Islas Marshall, las Marianas, Iwo Jima y Okinawa. Al mismo tiempo, MacArthur avanzaría hacia el norte a través de las Islas Salomón, Nueva Guinea y las Islas Filipinas. La clave de la victoria en la campaña de las Islas Salomón fue la rápida captura y adecuación por parte de la Infantería de Marina de un campo de aviación japonés semioperativo en Guadalcanal, poco después de la invasión, el 7 de agosto de 1942. Dispuesto para recibir a la aviación el día 12, unos cuantos días después ya se le conocía como el Campo Henderson. La aviación que operaba desde Henderson y sus campos adyacentes, las Pistas de Cazas Uno y Dos, iba a ser conocida como la Fuerza Aérea de Cactus; Cactus era el nombre estadounidense en clave para Guadalcanal. Las Islas Salomón iban a ser fuertemente defendidas por parte de los japoneses ya que su pérdida dejaba amenazado Rabaul, su principal bastión de defensa en el Pacífico Sur. Por lo tanto, las fuerzas aéreas de la Marina Imperial y del Ejército de Tierra emplearon, y en última instancia perdieron, el grueso de sus unidades mejor instruidas en la defensa de las Islas Salomón. Esta campaña se convirtió en una derrota de la que nunca se recuperarían. Cuando el VMF-124, bajo el mando del Mayor William E. Gise, llegó a Guadalcanal el 12 de febrero de 1943 con los primeros Chance Vought F4U-l Corsair de la Infantería de Marina, los combates más intensos de las Islas Salomón todavía estaban por decidirse. Al poseer un radio de acción doble que el del F4F, el Corsair permitió a la muy presionada Fuerza Aérea de Cactus atacar a los japoneses más allá de la cadena de las Islas Salomón. Desde entonces también pudo escoltar a los bombarderos pesados de la USAAF en sus ataques de gran alcance, así como realizar operaciones de caza libre contra los campos de aviación del enemigo en la zona norte y central de las Islas Salomón. Uno de los primeros pilotos del personal del VMF-124 enviado a las Islas Salomón fue el Teniente Kenneth A. Walsh, un resuelto marine que pronto iba a convertirse en el primer aviador en conseguir la condición de as con el Corsair. A continuación, él mismo describe el debut en combate del VMF-l24: "La entrega de los F4U comenzó a finales de octubre de 1942. Hubo que realizar muchos ajustes antes de que los aviones estuvieran preparados para el combate, lo cual retrasó nuestra adecuada adaptación al modelo. Después de haber conseguido una dotación de 24 aparatos y 29 pilotos, nos desplegamos en el Pacífico con sólo 20 horas de media en el F4U. Realizamos un vuelo de instrucción de tiro, un vuelo de altitud, un vuelo nocturno y, a continuación, tuvimos que partir: nos necesitaban desesperadamente. Tendríamos que aprender por medio de la experiencia. Los F4F Wildcat estaban allí, en Guadalcanal, realizando un maravilloso trabajo de defensa, pero de ninguna forma podían asumir la ofensiva. Los Zero jugaban con los F4F como el gato con el ratón. Los Wildcat tampoco tenían ni radio de acción ni capacidad de combate para las misiones de escolta. En aquel momento sólo había dos aviones que pudieran realizar ese trabajo: el Corsair y el P-38 del Ejército de Tierra". "Nos desplegamos durante la primera semana de enero de 1943. Nuestros 24 F4U-1 llegaron a bordo del pequeño porta-jeeps Kitty Hawk. Nos otros fuimos en un trayecto regular, encontrándonos con nuestros aviones en Espíritu Santo, en las Nuevas Hébridas. Entonces esperamos unos 12 días antes de trasladarnos a Guadalcanal, donde llegamos el 12 de febrero de 1943 preparados para el combate. Despegamos a primera hora de la mañana para cubrir los 880 km en dirección noroeste hasta las Islas Salomón, escoltados por los PB4Y, la versión de la Marina de los B-24. En el primer día salieron diecisiete F4U y el resto les siguió al día siguiente. Aterrizamos antes del mediodía e inmediatamente nos dimos cuenta de que habíamos sido asignados a una misión incluso antes de llegar. Una hora después despegamos de la Pista de Cazas nº 2. La misión consistía en una escolta Dumbo, protegiendo a un Catalina PBY. Dos pilotos de los F4F-4 habían sido derribados en la zona de Kolombangara, 320 km al norte de Guadalcanal. Después de ser rescatados por los vigilantes de la costa fueron trasladados a la Bahía de Sand Fly, Vella Lavella, de donde nosotros les íbamos a rescatar. Aquel día, doce de nuestros pilotos realizaron periodos de vuelo de nueve horas". "Los dos pilotos derribados a los que recogimos eran el Teniente Jefferson DeBlanc (8 derribos con el F4F) del VMF-l 12 y el Sargento de Escuadrón James A. Feliton del VMF- 121. Para el primero de ellos ése fue el final de una espeluznante salida que le valió la concesión de la Medalla de Honor del Congreso; DeBlanc había hundido cinco aviones que intentaban realizar bombardeos de vuelo en picado sobre Guadalcanal, antes de resultar derribado él mismo". "En su camino de vuelta la tripulación del PBY de la Marina también procedió al rescate no previsto del piloto de un P-38 del Ejército que había realizado un amerizaje cerca de la costa sur de Nueva Georgia. Durante la misión estuvimos a sólo 80 kilómetros de una importante base de Zero y llegué a pensar qué habría ocurrido si ellos hubieran sabido que nos acercábamos; nuestros pilotos eran muy inexpertos y volábamos a baja altitud. Podríamos haber perdido la mayoría de ellos, si no todos, pero tuvimos suerte y regresamos." "Yo pensaba que cuando fuéramos a las Islas Salomón tendríamos la oportunidad de familiarizamos con la zona, determinando con exactitud dónde se encontraban Tulagi, Sayo, el Cabo de Esperance y las Islas Russell (todos ellos, lugares que había oído nombrar). No fue así ya que nuestra siguiente misión tuvo lugar al día siguiente de nuestra salida Dumbo. Teníamos que ir desde Guadalcanal hasta Bougainville, 480 km hasta The Slot, escoltando a los B-24 que iban a atacar a los buques japoneses del Puerto de Buin. Yo mandaba la tercera unidad de cuatro aviones, y esta posición se convirtió en habitual al mando de la última escuadrilla. Cuando había cuatro escuadrillas el avión que yo pilotaba tenía el número 13. Al no ser supersticioso, desde entonces solía pilotar el Nº 13. Durante aquella segunda misión tuvimos suerte otra vez ya que sólo apareció un Zero que simplemente nos observó". "Mi primera misión propiamente de combate tuvo lugar el 14 de febrero ya que en aquella ocasión los japoneses sabían que íbamos hacia allí. Nuevamente escoltábamos a los B-24, pero esta vez iban a atacar el aeródromo de Kahili. Los vigilantes de costa japoneses informaron sobre nosotros mucho antes de que llegáramos y los Zero nos estaban esperando cuando aparecimos. Aquel día perdimos a nuestros dos primeros pilotos, junto con dos B-24, cuatro P-38 y dos P-40. En compensación conseguimos tres Zero, uno de ellos como consecuencia de una colisión frontal con uno de nuestros F4U. Ésta, nuestra primera aparición en combate, fue conocida como la Masacre del Día de San Valentín. Se estaba programando otra misión parecida para el día siguiente, pero se suspendió antes del despegue". "Al ser la primera unidad que pilotaba los Corsair no sabíamos con exactitud cómo utilizarlos, por lo que tuvimos que establecer una doctrina. Sabíamos que habría muchos otros escuadrones de Corsair que nos seguirían, por lo que querrían saber lo que habíamos hecho y cómo lo habíamos hecho. De esta forma, ellos serían capaces de aumentar nuestra experiencia y desarrollar sus propios sistemas tácticos. Yo le había preguntado a un piloto de los Wildcat con mucha experiencia, que se había ganado una gran reputación durante los primeros días de Guadalcanal, cómo entrar en combate con los Zero. Todo lo que me dijo fue: ‘Tienes que ir detrás de ellos’. Bien, sabíamos que habría que hacer más cosas aparte de ésa". "Aprendí rápidamente que la altitud era primordial. El que consiguiera la altitud impondría los términos de la batalla, y no había nada que pudieran hacer los pilotos de los Zero para cambiar las cosas, los cogíamos. El F4U podía superar en desempeño al Zero en todos los aspectos excepto en la maniobrabilidad a poca velocidad y en el ritmo de ascensión a poca velocidad. Por lo tanto, había que evitar ir despacio cuando se combatía contra los Zero. Nos llevó tiempo, pero finalmente desarrollamos la táctica y la aplicamos de forma eficaz. Cuando nos familiarizamos con la zona y conocimos nuestra capacidad hubo ocasiones en las que los Zero fueron poco más que víctimas. Llegué a conocer el Zero y aprendí cómo atacarlo. Al llegar a mi séptimo mes consecutivo de vuelo en el frente sabía cómo disparar las ametralladoras y cómo utilizar nuestros colimadores de tiro Mk 8. Las ametralladoras tenían fijados los visores del ánima a 1.000 pies. El visor eléctrico tenía anillos que cubrían muchas pulgadas, 1.000 pies equivalían a una milésima de pulgada. Si el Zero cubría 40 milésimas de pulgada, se sabía que estaba a 1.000 pies de distancia. Disponíamos de seis ametralladoras de calibre 12,7 milímetros, con 400 proyectiles por ametralladora y una cadencia de tiro de 800 proyectiles por minuto. Nuestra carga en la cinta era de un proyectil incendiario, un trazador y un perforador. Con una ráfaga de dos segundos se disparaban 150 proyectiles y el Zero, como la mayoría de los aviones japoneses, no disponía de depósitos autosellables ni de blindaje. Por lo tanto, cuando se les alcanzaba, se incendiaban ya que su estructura de aluminio, que incluía piezas de magnesio, los hacía más inflamables. Se pueden imaginar lo que ocurría si se hacía impacto con 30 o 40 proyectiles". "Sin embargo, hubo ocasiones en las que me enfrenté a algún Zero a poca velocidad, uno contra uno. En estos casos me consideraba afortunado con sobrevivir al combate. De mis 21 victorias, 17 fueron contra Zero y perdí cinco aviones como resultado de estos combates. Fui derribado en tres ocasiones y estrellé uno al caer en la línea de regreso a la base, cargándome otro F4U. Fui alcanzado al menos una docena de veces, pero por lo general se pudieron reparar los aviones. Las ocasiones en las que realmente me encontré en problemas llegaron por culpa de Zero a los que no había visto, y viceversa. Estoy seguro de que en la mayoría de los derribos que conseguí ellos no me vieron a mí. Por lo tanto, cuando llegaron las siguientes unidades nuevas después de nosotros, les contamos lo que habíamos aprendido. Todo era un riesgo calculado pero yo tenía muchas más cosas que decirles que simplemente tienes que ir detrás de ellos". "En julio-agosto de 1943 disponíamos de ocho escuadrones equipados con Corsair en las Islas Salomón. Nuestro primer periodo de servicio en combate duró unos siete meses, nuestra primera misión fue el 12 de febrero y la última el 7 de septiembre. Durante ese periodo derribamos 68 aviones enemigos, pero perdimos unos 30 F4U debido a causas operativas o por los combates. De los 11 pilotos perdidos, tres cayeron en combate y cuatro durante las operaciones. Uno de los pilotos muertos fue nuestro Oficial en Jefe, Mayor Gise, que desapareció en un combate aéreo el 14 de mayo de 1943". "La fecha de mi primer derribo fue el 1 de abril de 1943. Estábamos de patrulla, volando desde las Islas Russell, que se encontraban 80 kilómetros al norte del Campo de Paterson, hasta otra pequeña isla llamada Baroku, que era un buen punto de situación para la navegación, desde el cual podíamos mantener nuestra zona de patrulla aérea de combate asignada. Después de unas dos horas sin incidentes, dando vueltas y vueltas fuimos relevados por seis P-38, y cuando viraba para dirigirme hacia Guadalcanal con mis siete Corsair, los Lightnings ascendieron hasta colocarse por encima de nosotros. En un minuto fueron atacados por varios Zero. No hubo ningún tipo de advertencia, nunca los vimos en el radar y los vigilantes de la costa no informaron sobre ellos. Probablemente volaron muy al sur por la capa de nubes de las Islas Salomón y llegaron en un ataque sorpresa. Oí las comunicaciones por radio y me di cuenta del problema inmediatamente. Al mirar por detrás a la izquierda me sorprendió ver que los P-38 habían formado un círculo defensivo Lufbery. Alerté a mi escuadrilla y les dije que se prepararan para el combate, lo que implicaba comprobar que las ametralladoras estuvieran armadas y conectar el depósito principal de combustible hasta que se agotara. Posteriormente pasaríamos a la reserva, que nos aportaría combustible suficiente para regresar a Guadalcanal". "Los Zero y los P-38 se encontraban en un feroz combate en el momento en que llegamos y, por lo tanto, no vieron nuestra aproximación. Procedimos a ascender hasta la batalla y, de repente, un Zero se lanzó en picado justo por delante de mí. Durante una fracción de segundo no pude evitar maravillarme ante la belleza de la configuración del avión: estaba limpio y pulido, un pájaro con un aspecto verdaderamente bello. Pero estábamos allí para derribarle así que me alineé en busca de un disparo con desviación total. Intenté conseguir una distancia suficiente y entrar de lleno en el alcance de tiro, pero no fue suficiente. Mi punto, el Teniente Raymond, que se encontraba de lleno en el viraje, disparó al mismo tiempo que yo ya que se encontraba en la distancia y, consiguientemente, encuadró al Zero con una ráfaga de las ametralladoras de calibre 12,7 milímetros; cayó ardiendo. Raymond seguía junto a mí cuando llegué a un segundo Zero que estaba por encima de nosotros a las 12 en punto. No me vio, así que le alcancé; también cayó ardiendo". Durante aquel periodo el Teniente Primero Howard Finn también se convirtió en as con el VMF-l24: "El primer avión que derribé fue un bombardero Betty el 10 de junio de 1943. Fue de casualidad ya que estaba en el lugar adecuado en el momento justo. Uno de nuestros buques de transporte de tropas había sido torpedeado por la noche y sólo podía avanzar a dos o tres nudos. Los vigilantes de la costa nos informaron que habían visto tres bombarderos sobre el océano en la parte de Choiseul, por lo que se nos ordenó salir a 160 kilómetros, dar vueltas y esperar. Estábamos finalizando la primera vuelta cuando vi tres pequeños puntos en la distancia. Moví suavemente las alas para llamar la atención del Capitán Earl Crowe (7 derribos), les señalé y él también los vio. Yo me encargué de uno y los otros miembros de la es cuadrilla de los otros dos. Fue una salida satisfactoria ya que habíamos impedido que el enemigo atacara al buque, que fue rápidamente remolcado hasta el puerto de Tulagi para descargar su preciado cargamento". El primer prototipo del XF4U-1 salió al aire el 29 de mayo de 1940 y el pedido de fabricación se realizó el 30 de junio de 1940. Este diseño incorporaba la utilización del motor radial más grande y potente de la época, el Pratt and Whitney R-2800, que iba a hacer girar la hélice más grande jamás utilizada por un caza monoplaza. Para conseguir la necesaria distancia vertical con respecto al suelo para la hélice. Chance Vought incorporó un ala en forma de gaviota invertida que evitaba la utilización de un tren de aterrizaje principal excepcionalmente largo y tenía la ventaja añadida de reducir la fricción. Como el ala se une al fuselaje en ángulos muy rectos, no precisa el habitual carenado grande asociado al diseño estándar. (Phil Jarrett) El lst Lt Kenneth Ambrose Walsh se prepara para una misión de combate. Seleccionado para la Instrucción de Vuelo deis Marina en marzo de 1936. había pasado siete meses en vuelos en el frente antes de desplegarse en Guadalcanal con el VMF-124 a la edad de 26 años. Se convirtió en el primer as del Corsair, abriendo su registro con dos victorias el 1 de abril de 1943. (Archivos Nacionales, Pete Mersky) La Escuadrilla N°4 de Ken Walsh, fotografiada en Guadalcanal en febrero de 1943, al comienzo de sus respectivas carreras de combate. De izquierda a derecha: lst Lt William Johnston. Jr., 2nd Lt Ken Walsh, lst Lt Dean Raymond y el Master Sergeant (equivalente a brigada) Troy Shelton. Estos pilotos acumularon el derribo de 27 aviones japoneses durante la campaña de las Islas Salomón; Johnston y Raymond reclamaron dos, Shelton tres yWalsh veinte. El F4U-1 N°20 muestra el aspecto que tenían los aviones del VMF-124 al comienzo del periodo de servicio. Pronto se volvieron a pintar los Corsair con números en blanco más visibles y más atrás en el fuselaje. (Colección Walsh) Ken Walsh aparece en uno de sus N° 13, el 1 de septiembre de 1943. El F4U-1 BuN° 02189 era su avión favorito, pero un piloto del VMF-213 lo dejó inutilizado antes de su segundo periodo de servicio. Si su propio avión no estaba apto para el servicio, solía utilizar cualquier otro que estuviera disponible. Aunque este F4U en concreto tiene pintada la palabra Captain en la puerta del tren de aterrizaje por la derecha. Walsh era todavía 1st Lieutenant en aquella época. Ascendió a Captain el mismo día en que recibió la Medalla de Honor, el 8 de febrero de 1944. Este avión está adornado también con cañoneras falsas, una práctica desarrollada por los armeros del VMF-124 en un intento de convencer al enemigo de que los aviones tenían más armamento del que en realidad llevaban. Se pintaron de forma similar algunos aviones del VMF-213, ya que esta unidad utilizó durante algún tiempo el personal de tierra del VMF-124. (USMC) Los armeros recargan un F4U-1 con munición de calibre 12.7 tras una incursión contra el campo de aviación japonés en Punta Munda, Guadalcanal, en junio de 1943. Este avión estaba equipado con seis ametralladoras Colt-Browning M2, con 400 proyectiles para cada una de las cuatro ametralladoras interiores y 375 para las dos ametralladoras exteriores, completando un total de 2.350 proyectiles. (USM La Escuadrilla D del VMF-124 (Escuadrilla nº 5) estaba compuesta por el lst Lt Howard J. Finn (6 derribos), de pie a la izquierda, el lst Lt Mervin L Taylor (1.5 victorias), el jefe de la escuadrilla Capt William E Crowe (7 derribos) y el lst Lt Tom R. Muiz, que redamó tres victorias. Finn participó en la misión del 14 de febrero cuando esta unidad entró por vez primera en combate. Persiguió a un solitario Zero, siendo asaltado inmediatamente por más cazas enemigos. Buscando protección se colocó debajo de uno de los B-24 a los que se suponía que protegía; "¡Qué gran héroe!’ dijo recientemente cuando se le entrevistó para este volumen. (Colección Rnn) LLEGAN MÁS F4U Las unidades de caza de la Infantería de Marina se transformaron al F4U según fue habiendo aviones disponibles. Llegaron nuevos escuadrones desde EE UU, mientras que las veteranas unidades de F4F se hicieron cargo de sus aviones en el mismo teatro de operaciones. Detrás del VMF-124 llegaron el 213, el 121, el 112, el 221, el 122 y el 214. Por último, con la transformación del VMF-123 a comienzos de julio, todas las unidades con base en las Islas Salomón estaban equipadas ya con el Corsair. Durante los innumerables combates aéreos todas estas unidades acumularon registros contra los japoneses, produciendo muchos ases durante este proceso. El VMF-123, bajo el mando del Maj Britt, había llegado a Espíritu Santo el 2 de marzo equipa do con los Wildcat. Sin embargo, pronto se iban a reequipar con los F4U antes de entrar en combate. El Capt James N. Cupp se iba a convertir en el tercer as de la unidad con mejores resultados, con 12,5 derribos durante sus tres periodos de servicio en las Islas Salomón. A continuación, él mismo describe algunas de sus experiencias: "Tener la oportunidad de pilotar el nuevo avión de Chance Vought era una cosa, y hacerlo físicamente era otra diferente. Sólo había un escuadrón de Corsair en Guadalcanal y no había piezas de repuesto en absoluto en ningún sitio más cerca que Estados Unidos. Por lo tanto, los tres aviones que recibimos para probarlos se quedaron rápida mente en tierra ya que todos necesitaban imprescindiblemente piezas de repuesto. Habíamos llegado al Sur armados hasta los dientes con piezas de repuesto para nuestros Grumman F4F, pero incluso antes de que hubiéramos tenido tiempo de descargarlas ya no nos servían pa ra nada: el Corsair usaba incluso un cartucho de arranque diferente. El Lt Hartstock y el Lt Kuhn del VMF-l24 vinieron desde Guadalcanal para damos toda la información que tenían sobre cómo pilotar el Corsair en combate y con su ánimo, añadido a los manuales que estudiábamos con el aceite ardiendo a medianoche, pronto nos creímos capaces de sentarnos a los mandos de la bestia". "Después de que todos fuéramos examinados con éxito el CO de nuestra base envió al escuadrón a Nueva Caledonia para recoger un envío de nuevos Corsair. Los encontramos a bordo del pequeño portaaviones que los había traído desde EE UU, pero ninguno de ellos había sido prepara do para volar después del viaje. Cuan do finalmente llevamos los aviones hasta el Campo de Tontouta, en Nue va Caledonia, fue cuando realmente empezaron los problemas. Tuvimos dificultades por el hecho de que nin guno de los mecánicos conociera el nuevo avión. Después de una semana los dejamos y salimos hacia casa con sólo seis de los 28 aviones que habíamos llevado desde el portaaviones. Dos horas después de salir del avión de transporte en Espíritu, estábamos otra vez de vuelta en él con destino a Guadalcanal para re levar al VMF-124. Tuvimos que dejar atrás nuestros seis nuevos aviones y también a nuestros hombres que realmente sintieron el vernos marchar sin ellos. Tenían tantas ganas como nosotros de entrar en combate". "Aterrizamos en Guadalcanal el 1 de abril e íbamos a operar desde la Pista de Cazas N 1 que estaba a un lado del Campo de Henderson. Cuando relevamos al VMF-l24 nos hicimos cargo de sus aviones y, aunque ya eran viejos, sus hombres estaban bien familiarizados con ellos y podían mantenerlos en una condición fiable para nosotros. Disponíamos para su utilización de 14 de aquellos veteranos F4U-l y si podíamos despegar con ocho de ellos al mismo tiempo éramos muy afortunados". "Nuestra primera tarea fue aprendernos de memoria la geografía de las Islas Salomón, un proceso que incluía la familiarización con cada isla del grupo de forma individual. Esto era necesario para evitar las concentraciones japonesas en el caso de los aterrizajes forzosos y para saber por dónde ir para evitar las posibles patrullas una vez que estuviéramos sobre el terreno. En aquel periodo, los japoneses controlaban todas las islas al norte y al este. Sin embargo, había sólo unas cuantas unidades en cada isla y, por lo general, se encontraban atrincheradas a lo largo de la costa. The Slot es la franja de aguas abiertas que se extiende entre las islas del grupo de las Salomón desde Guadalcanal hasta Bougainville. Tiene una longitud aproximada de 560 kilómetros y una anchura de unos 112 kilómetros. A lo largo del borde sur de The Slot se encuentra Guadalcanal, con el Campo de Henderson, junto con sus pistas adjuntas de protección para los cazas. A continuación se encontraban las Islas Russell, un pequeño grupo a 112 kilómetros de Henderson, donde se construyeron pistas adicionales; después, el grupo de Nueva Georgia (el emplazamiento de la pista aérea de Munda) en el que se encontraba la Isla de Rendova. Kolombangara, con el Campo de Bombarderos de Vella, era el siguiente en la línea, seguido de Vella Lavella, las Shortlands y, a continuación, Bougainville. En la parte norte de The Slot se encuentra el Puerto de Tulagi, en el grupo de las Florida; San Cristóbal, con la Bahía de Rakata y Choiseul (que llega casi hasta Bougainville) y que sólo dispone de tropas terrestres. El punto de interés de Bougainville era la pista aérea principal japonesa de Kahili, mientras que la bahía que queda justo junto a la pista era el punto de carga para el tráfico marítimo que se dirigía hacia The Slot. Balale era una pequeña isla en esa bahía que disponía de una pequeña y concurrida pista para cazas". "El avión que me asignaron era un aparato que se manejaba bien. Con la atención constante por parte de mis mecánicos estaba preparado para casi cualquier misión que se le asignara. Sólo tenía una desventaja, nunca se había puesto a punto el motor y, por aquel entonces, llevaba 300 horas en él. Normalmente, un avión de la Infantería de Marina se lleva a los limpiadores cada 60 horas, pero éste había estado en servicio continuo desde su entrada en combate. Por eso era por lo que a velocidades lentas sostenidas el carburador invariablemente se inundaba y paraba el motor. Cada mañana, durante aquel periodo en concreto, se nos asignaban misiones a Munda, escoltando a los lentos bombarderos de vuelo en picado Dauntless. Nunca nos encontramos con ningún tipo de oposición aérea durante estas excursiones, pero lo que me angustiaba era ese avión mío tan tempera mental. La velocidad de los bombarderos era de 120 nudos y nosotros te níamos que cerrar el mando de gases todo lo que podíamos para mantenemos con ellos. Mi carburador se inundaba casi a las dos horas y se tardaba dos horas en situarse justo por encima del campo de aviación del enemigo. To das las mañanas, exactamente en el mismo punto durante dos semanas completas, mi motor se quedaba frío. Pasaban unos cuantos miles de pies y varios minutos antes de que pudiera vaciarlo, arrancarlo y calentarlo lo suficiente para volver a la base. Ted (mi punto) se quedaba conmigo todo el tiempo ya que sabía lo que estaba pasando. En cuanto a los otros, siempre ironizaban con que yo me cansaba de volar en formación y que quería una vista mejor de los daños que causaban las bombas". "El 25 de abril, el Maj Peyton llevó su división hasta Munda para realizar unos cuantos ataques y agitar un poco las cosas en general. En su camino de regreso se encontró a unos 10.000 pies por encima con una fuerza considerable de cazas y bombarderos enemigos. Encabritó hacia un lado y comenzó a ascender hacia ellos. Desgraciadamente, ellos vie ron a nuestros cuatro aviones antes de que hubieran alcanzado la altura suficiente y comenzaron a atacarles. La segunda sección se había queda do detrás en el intento de conseguir la altura y recibió el mayor castigo del primer asalto. El Lt Eckart cayó en primer lugar, y nunca se volvió a saber de él, mientras que el Lt Peck consiguió derribar a uno de los agresores antes de recibir una ráfaga en su motor que le obligó a volver a la base renqueando. El Maj Peyton y el Lt Vedder (6 derribos) siguieron serpenteando de forma defensiva, intentando ganar altura hasta que el segundo de ellos fue alcanzado y tuvo que aterrizar; regresó algunos días más tarde con una única herida de metralla en el muslo. El Maj Peyton llegó a casa con 82 agujeros en su F4U y con un rasguño en la muñeca. En compensación, acabaron con siete Zero y los bombarderos". "El 11 de mayo dimos la bienvenida al VMF- 124, que venía a relevamos y, como celebración, tuvimos una fiesta aquella noche. De algún lugar, el oficial de cocina sacó algunos filetes para los pocos de nosotros que quedábamos a las 12 en punto. Después, todos los que nos quedamos nos pusimos enfermos, habíamos vivido tanto tiempo de Spam y galletas saladas, que simplemente, no podíamos tomar ya comida de verdad". Después de seis semanas de R&R (Reparación y Restauración) en Sidney, Australia, el VMF-2 13 volvió a Guadalcanal para su segundo periodo de servicio. El Capt Gupp continúa: "A nuestras tripulaciones de los aviones torpederos y de los bombarderos de vuelo en picado nunca se les había reconocido adecuadamente el papel que desempeñaban. En cada acción iban directos hacia los blancos, dejando que el enemigo les atacara y les derribara con su fuego antiaéreo. Cuando se trataba de ataques aéreos, sus lentos y torpes aviones no tenían ni una sola posibilidad frente a los cazas enemigos. El 17 de julio escoltamos a un grupo de estos muchachos has- tu Kahili para coger algunos aparatos de transporte de tropas con la intención de reforzar la menguada guarnición de Munda. Sólo éramos tres en mi división aquel día: Ted, el Sgt Hodde y yo mismo. Esto hizo que la protección mutua resultara más dificil que con la división completa de cuatro aviones". "Un Corsair por debajo de nosotros tuvo enseguida problemas con un Zero por detrás. Nos lanzamos en picado y llegamos hasta él. Ted y yo abrimos fue go al mismo tiempo y se incendió. Cambiamos de dirección, alejándonos del avión que explotaba y nos separamos. Yo me fui hacia la zona de reunión, justo al sur de las Shortlands. Parecía que era el único caza en la zona cuando vi algunos TBF y SBD que eran atacados por los Zero y me volví hacia el combate. Al ver a un solitario Corsair, tres de los aviones enemigos decidieron dar cuenta de mí. Era un combate de perros sin piedad y yo era la carnada. Sin embargo, pronto descubrí que si uno se ponía en mi cola con alcance de tiro, yo podía balancearme rápidamente hacia la derecha y salir con una maniobra de S partida. Invariablemente, los Zero ascenderían y en traerían en pérdida en lugar de seguirme. Ocurrió una y otra vez, y si yo era lo suficientemente rápido en girarme, podía subir tras él mientras estaba en pérdida y lanzarle una ráfaga antes de que el siguiente individuo se colocara en mi cola. Al saber que mi F4U era más rápido, probablemente creían que yo me lanzaba en picado hacia mi base y pensaban que era inútil intentar cogerme. No lo entendieron en ningún momento y pronto hubo ocho japoneses jugando en círculo a mi alrededor. Pronto me di cuenta de que era mejor marcharme a casa que enfrentarme a ellos en solitario" "El resto de los muchachos se habían ido hacía mucho, pero pronto me encontré con algunos bombarderos que habían sido alcanza dos y que volvían renqueando a casa. Cuando llegué hasta ellos estaban jugando al gato y al ratón con dos Zero que les habían perseguido desde Kahili, saliendo y entrando por las nubes para intentar evitar a los asaltantes. Uno de los Zero acababa de finalizar una pasada por la parte trasera de un bombardero que había entrado en una pequeña nube. Salió directamente por encima de la nube para evitar chocar con el bombardero por dentro y me resultó muy sencillo cazarle cuando llegó a la parte superior del cúmulo; cayó por el otro lado envuelto en llamas. Su compañero se había acurrucado debajo de la nube para cazar al bombardero cuando saliera, y cuando vio a su amigo caer, giró y se fue de vuelta a Kahili. Me quedé con los bombarderos hasta que estuvieron en nuestro territorio y luego me fui a la base" "Nuestra carga de trabajo era por entonces relativamente ligera. Sólo realizábamos dos patrullas al día, en lugar de las tres habituales. Como estábamos tan escasos de pilotos, otros escuadrones tomaban prestados nuestros aviones sobrantes, lo cual nos facilitaba el trabajo. La invasión de Munda era ya algo seguro. Los japoneses bajaban por the Slot cada vez con más regularidad. Perdimos dos aviones más antes de que finalizara nuestro periodo de servicio. Ocurrió cuando nos dirigíamos ha cia un grupo de bombarderos japoneses de vuelo en picado. Llegamos a ellos tarde y tuvimos que ir por debajo de su formación para alcanzar a los que ya se habían salido de ella. Frustramos su ataque, pero nos quedamos al descubierto por detrás. Uno de los adversarios de Ted con siguió una ventaja completa de la situación y llenó su fuselaje de plomo. El 26 de julio, el doctor buena vida nos dejó a todos en tierra debido al cansancio". Después de otro viaje a Sidney, la unidad recibió nuevo personal co mo preparación para su siguiente periodo de servicio, El Maj Weissen berger fue sustituido en esta coyuntura por un nuevo CO, el Maj J. R. Anderson. El Capt Cupp continúa su relato: "Cuando operábamos desde Munda, nuestros aviones, con bonitos distintivos, entraban en un fondo común y eran asignados a escuadrones diferentes cada mañana. Sólo eso era suficiente para romper nuestros corazones, pero cuando el personal de tierra sin experiencia (que habían sido colocados en el servicio como mecánicos) nos preguntaban dónde meter el combustible y el aceite, casi nos daban ganas de devolver la paga e irnos a casa. Había algunos mecánicos auténticos en la pista, pero siempre habían trabajado en los Grumman, por lo que nuestros pequeños y brillantes aviones se quedaron apenas sin mantenimiento. Rápidamente se ensuciaron y eran poco fiables. Siempre funcionaban, pero siempre surgían pequeñas cosas que le molestaban a uno. Algunos se averiaban cuando se cambiaban los ventiladores. Otros funcionaban con dificultades y nos tenían en suspense en cuanto a si nos llevarían de vuelta o no". "La Infantería de Marina se estaba preparando para otro objetivo en su campaña por fases hasta las Islas Salomón. Esta vez se trataba del propio Bougainville e iba a ser la aviación la que suavizara Kahili y Ballale de la misma forma que habíamos hecho con Mun da. Para aumentar nuestra potencia aérea, el personal de tierra sin experiencia estaba construyendo otra pista de cazas en Vella Lave- ¡la (unos 64 kilómetros más allá en la cadena). La pista de los bombarderos japoneses de Kolombangara (a unos 16 kilómetros a través de la bahía desde Munda) ya no estaba en uso. Sin embargo, las ba terías de la artillería antiaérea todavía nos disparaban si nos acercábamos demasiado. Había uno o dos hidroaviones arriba en una de las corrientes, cerca de aquella písta, pero nunca se les podía localizar de día. Por la noche, solían hostigar a las tropas por detrás de nosotros y, de vez en cuando, nos ayudaban a mantenernos despiertos lanzando una descarga de bombas sobre Munda. Simplemente se añadían a la molestia de los bombarderos regulares (la lavadora Charlie) que operaban durante toda la noche", "A mi división no se le asignó ningún vuelo el día 19, por lo que nos ofrecimos voluntarios para la patrulla del amanecer del día siguiente. Charlie venía todas las noches puntualmente y, como despegamos a las 05:00, pudimos ver su silueta a 10.000 pies por encima. Realizamos una rápida reagrupación y salimos tras él. Los muchachos llegaron bastante cerca de mí para poder ver mis alas en la oscuridad. Pegué mis ojos a la difusa mancha en la distancia, que era un Betty japonés. Sabíamos que teníamos una larga persecución por delante; se estaba alejando a toda velocidad y tendríamos una prolongada ascensión para subir hasta él. Llegamos casi a la montaña de Kolombangara antes de que resultara evidente que le estábamos alcanzando". "El avión que había cogido pasó correctamente la revisión en tierra, pero según entramos sobre el agua el sistema de presión del combustible comenzó a fallar; la presión normal era de 15 libras por pulgada cuadrada, pero la aguja estaba en el ocho y seguía bajando. Comprobé el suministro de combustible y conecté la bomba eléctrica de combustible, pero en vano. Llamé a la división y les dije que tal vez tuviera que regresar. Les pregunté si eran capaces de localizar al bombardero. Se desplegaron un poco para dirigir su atención hacia el cielo que tenían delante de sí, pero no pudieron ver al avión enemigo. No podía desanimarles mientras todavía hubiera una posibilidad ya que, por entonces, ya nos encontrábamos a la misma altitud que Charlie, y a unos 1.000 pies por detrás. Nuestro objetivo era pasar por encima y por delante de él antes de comenzar nuestro ata que, pero como mi aguja todavía seguía bajando, balanceé las alas y me puse manos a la obra desde donde estábamos. Quería pasar la marca del n° 13 en mi registro". "Me lancé en picado por debajo de él, pensando que podría realizar una pasada sobre su desprotegida panza y luego regresar a base. Los muchachos le cogerían cuando yo le pasara. Mi intención era atacar directamente y evitar el cañón de su cola, que sólo podía disparar hacia abajo con un ángulo de 45°. Todavía permanece en mi mente la impresión de cómo, cuando subía, se iba abriendo la bodega de bombas y una ametralladora comenzaba a disparar hacia abajo desde aquella posición nada ortodoxa. Me alcanzó tres veces antes de que pudiera pestañear. Parecía que los tres impactos se habían concentrado alrededor de la parte inferior de la cabina. Cuan do miré hacia abajo había un pequeño chisporroteo de llamas que comenzaba a tomar forma. Toda la experiencia de los meses de combate parecía apoderarse de mí y antes de que pudiera pensar desconecté la radio, desabroché el cinturón de seguridad y las correas de los hombros y eché hacia atrás la parte superior del capot. Fue entonces cuando me levanté del asiento e intenté subir por la parte que creía de retorno. Mi avión avanzaba a través del aire a más de 300 nudos y el viento sobre mi cabina era como un muro de acero que me retenía dentro. No podía salir". "El viento que azotaba la cabina había avivado la chispa hasta convertirla en la llama de un soplete que me barrió las piernas cuando me senté nuevamente en el asiento. Los brazos del mando de gases, que estaban junto a mi pierna izquierda, todavía se encontraban a tope, pero no podía mover aquella mano para echarlos hacia atrás, Pasé el brazo izquierdo por mi derecha y los enganché con él. Observé cómo las llamas se enredaban en mi brazo derecho y lo coloqué en el mando de gases, que cerré con un golpe. Intenté salir de nuevo, pero nuevamente tuve que volver atrás. Fue surgiendo una idea que eliminó a todas las demás: ‘Qué sencillo sería simplemente montarme en el aparato’. En aquel momento cesó el dolor en mis piernas y el desconcierto mental amainó. Una satisfacción y una tranquilidad completas me invadieron. Dada la vívida imagen que me ha dejado parece que aquella sensación duró varias horas, pero sé que ocurrió realmente en una fracción de segundo. Había estado luchando por la libertad con las piernas sujetas por las barras del timón y por eso la cola se venía hacia mí. Levanté tas piernas para liberar los controles del timón y, a continuación, quedé libre y el avión se fue". "Me acordé del paracaídas y me pregunté si todavía lo tenía puesto. Vi que lo tenía y tiré del cordón de apertura. No sentí que se abriera, pero noté que los tirantes ajustados en mi espalda se tensaban con algo sólido allí arriba. Casi inmediatamente vi cómo el avión se estrellaba abajo en el agua. El calcetín de mi pierna izquierda todavía ardía y comencé a sentirlo. Agachándome, lo apagué con mi mano sana. El resto de mi ropa no se había prendido, supongo que no hubo tiempo. Las piernas estaban cubiertas con una ceniza blanca que anteriormente había sido la piel pero, de momento, no me dolían mucho. La cara y el brazo derecho no habían sufrido tantas quemaduras, y los nervios de la superficie todavía respondían. No tenía nada de pelo y alrededor de los labios me colgaban trozos de piel. Me dolía una barbaridad". Los compañeros de escuadrón del Capt Cupp consiguieron derribar a su ansiada víctima y él fue rescatado en torno a las 14:30. Con quemaduras graves, Cupp estuvo hospitalizado durante 18 meses, sufriendo 14 operaciones. Su registro final de combate fue de 12,5 derribos oficialmente reconocidos. TOROKINA Y MUNDA El VMF-215 llegó a Espíritu Santo enjulio de 1943. Bajo el mando del Capt J. L. Neefus, comenzó su primer periodo de servicio en combate cuando atacó las bases japonesas del norte de las Islas Salomón. Se trasladó a Munda el 12 de agosto para finalizar su primer periodo de servicio y su segundo periodo en el frente comenzó en octubre bajo el mando del Lt Col H. H. Williamson. Con base en Vella Lave ha desde el 28 de noviembre, pronto comenzó los ataques contra los campos de aviación fuertemente defendidos de Rabaul. El Maj Robert G. Owens (7 derribos) asumió el mando de la unidad el 6 de diciembre y, a partir de entonces, la dirigió durante todo el tercer periodo de servicio, gran parte del cual se desarrolló desde Torokina; la unidad ocupó la pista de la isla el 27 de enero de 1 944. Este escuadrón fue una de las pocas unidades de Corsair de la Infantería de Marina que prácticamente mantuvo el mismo personal a lo largo de su prolongada carrera de combate; otros escuadrones solían ir de vuelta a EE UU y cuando volvían al combate normalmente estaban compuestos por pilotos nuevos, lo cual en realidad los convertía en unidades completamente diferentes. Durante la guerra, el VMF-2 15 acumuló el derribo de 135,5 aviones enemigos y produjo diez ases, uno de los cuales, el Lt Robert M. Hanson, recibió la Medalla de Honor del Congreso a título póstumo. El Maj Bob Owens y su punto, el Capt Roger Conant, habían prestado sus servicios en este escuadrón justo desde el comienzo de su carrera de combate y ambos se convirtieron en ases. Owens reclamó siete, mientras que Conant acumuló seis. A continuación, describen algunas de las operaciones del VMF-2l5. Conant: "Nuestros aviones originales de Santa Barbara tenían el primer capot en forma de pajarera. Tan pronto como dispusimos de suficientes F4U- 1 los cargamos en un barco, un buque nodriza de hidroaviones, y pusimos rumbo a Hawai. Allí perdimos tres pilotos, ya que tenían tan tas ganas de entrar en combate que se ofrecieron voluntarios para ir directamente al frente. Sin embargo, fueron al Pacífico Central y nunca entraron en combate". Owens: "Lamentablemente, los aviones que pilotábamos en combate no eran aquellos que nos trajimos de EE UU. Cuando nos llegó la hora de bajar a las Islas Salomón, recibimos nuestras órdenes e hicimos las mochilas. Justo entonces, llegó otra unidad a Midway para relevarnos, el VMF-212. Embarcamos en el buque y ellos bajaron a tierra, intercambiando los aviones durante el proceso. A mí realmente no me gustaba la idea. Comparados con los de otras unidades, nosotros pensábamos que nuestros Corsair eran los que habían tenido el mejor mantenimiento. Ahora íbamos a entrar en combate y teníamos que renunciar a nuestros F4U- 1 y coger los del VMF-212 como contrapar tida. Ni siquiera sabíamos si el personal de tierra sabía cómo girar un broche correctamente". "Cuando llegamos a Munda fue la primera vez (desde Guadalcanal) que había un grupo de escuadrones que utilizaban aparatos similares. Cada avión tenía un número en el lateral del 1 al 16. Cuando se me asignó la realización de una misión con el N°5, salí a la línea y me encontré con cinco N° 5: cinco escuadrones, cada uno con un N°5. Por ello, pintamos de nuevo los aviones con números que no fue ran como los de otras unidades, ya que la mayoría de las unidades solían utilizar los últimos tres dígitos del BuN°. Desde entonces, los ingenieros te decían ‘Usted coge el N°672 y usted coge el N°345’. Cada vez era diferente, y mi diario muestra que pocas veces piloté el mismo avión en dos ocasiones. También utilizábamos los F4U de otros escuadrones. Cuando e) Maj Hugh Elwood (5,1 derribos) mandaba el VMF-2l2 llegamos a un acuerdo para compartir nuestros aviones. Decidimos que un día ellos usaran los nuestros y nosotros los tendríamos al día siguiente. Nosotros solí amos usar los aviones que estuvieran disponibles, colocando a nuestros pilotos en ellos. Sorteábamos los aviones porque siempre teníamos más pilotos que Corsair. Hubo una vez que pintamos nuestros aviones con distintivos personalizados. Varios pilotos de nuestra unidad realizaron sugerencias y, consiguientemente, los aviones se pintaron. Yo autoricé a pintar un avión con la inscripción Spirit of ‘76. Contrariamente a lo que se ha insinuado anteriormente, yo sólo piloté aquel avión en una ocasión. Al igual que otros pilotos, usaba cualquier aparato que se me asignara para las misiones encomendadas". "El Corsair era un avión terrible para pilotarlo, especialmente si se había empezado en un aparato mucho más ligero. Tenía un par tan fuerte que cuando se calentaba el motor hasta 2.800 rpm intentaba escaparse solo. Había que mantener el timón aplicado a fondo para poder controlarlo. El F4U tenía una cabina muy amplia, tanto que los muchachos más pequeños no podían sujetar completamente el timón para sujetar el par. Algunos pilotos solían pilotar con un cojín; uno de mis pilotos, el Lt Hap Langstaff, solía utilizar dos allí dentro para poder pisar los pedales del timón hasta el fondo". "Tuvimos la base en Munda, Nueva Georgia, durante tres o cuatro semanas y no recuerdo haber visto mi cama durante el día. Cuando volamos hasta allí y cuando nos fuimos, las fuerzas terrestres todavía estaban combatiendo. Durante aquel periodo, el Lt W. D. Demming fue derribado de una forma muy poco frecuente. Cuando llegaba en círculo para aterrizar fue alcanzado por un proyectil de la artillería enemiga. Le apuntaron a él intencionadamente y luego me enteré de que pintaron una bandera estadounidense en un lado de la pieza. Consiguió saltar en paracaídas del avión pero se hirió en el brazo y fue evacuado a EE UU. Nunca volvimos a saber de él". "El 15 de agosto de 1943 estábamos cubriendo el desembarco de la Infantería de Marina en Vella Lavella. Estábamos arriba en altitud cuando, de entre las nubes, aparecieron cuatro Zero. Nos lanzamos a por ellos y, a pesar de que había intentado inculcar a todo el mundo (incluido a mí mismo) no disparéis hasta que lleguéis a ellos, comencé a disparar aproximadamente a 400 metros de ellos. En el momento en que estuve cerca había gastado mí munición y no alcancé a nadie". Conant: "Una de nuestras misiones más importantes era la escolta de los bombarderos. En una misión típica teníamos de unos 50 a 70 aviones distribuidos en tres niveles diferentes, cobertura baja, media y alta. La cobertura media volaba a veces muy cerca de los bombarderos, al mismo nivel o justo por debajo de ellos. Nuestras divisiones estaban compuestas por dos parejas que solían zigzaguear hacia delante y hacia atrás. Como resultado, siempre teníamos a alguien colocado hacia afuera preparado para un ataque. Si disponíamos de F4U de sobra después de que se hubieran asignado nuestros aviones a las misiones, también solíamos enviar una división adicional que denominábamos la cobertura itinerante. Estos pilotos podían ir a cualquier sitio que decidieran y podían atacar al enemigo por delante de nuestra formación". "Al principio (cuando sólo tenía unas 250 horas de vuelo) la única cosa que sabía hacer era volar como punto. Así que yo volaba como punto de Bob y a sólo diez pies de distancia. Él estaba allí fuera disparando a los aviones, y la única cosa que veía en todo el día era a él. Decidimos que yo no le hacía ningún bien a ninguno de los dos quedándome a su la do así que nos distanciamos un poco, cuando él viraba yo solía acortar por dentro, etc. Realizamos una misión hasta Kahili escoltando a los B-24, zigzagueando hacia delante y hacia atrás. Después de alcanzar el objetivo ellos se metieron entre las nubes. Una vez que se entra en las nubes ya no se dispone de cobertura. Éramos libres para irnos. Bob se arrancó para disparar a los Zero, conmigo siguiéndole detrás. La cuestión era que él disparaba y que otros le perseguían. Así que cuando ellos se colocaban detrás de él, yo estaba justo detrás de ellos. Alcancé a dos de los que le se guían aquella vez, uno de los cuales era un Tony (Kawasaki Ki 61)". Owens: "Una vez, seguimos a un B-24, que había sido alcanzado sobre Rabaul, hacia abajo cerca del agua. Había dos Zero allí abajo. Volaban de la forma habitual y podían realizar un viraje cerrado. También había un Corsair pegado al B-24. Bajamos desde nuestra altitud a muy buena velocidad. Me coloqué detrás de uno de ellos y le seguí. Él simplemente se puso a ascender y se mantuvo así. Yo me mantuve siguiéndole y disparándole, pero no llegué a alcanzarle en ningún momento. Cuando llegó al máximo de su ascensión los dos nos que damos sin nada. En aquel momento estaba sin velocidad y lo único que me preocupaba era seguir vivo. Creo que él entró en pérdida y volvió hacia abajo. Según pasó a mi lado a só lo 50 pies de distancia pude ver sus ametralladoras destellar. Allí estaba yo fuera de todo y lo único que intentaba era que el F4U volviera a volar. No le alcancé en ningún momento así que no era en absoluto el mejor tirador del mundo". Conant: "En aquel momento Bob decidió que era hora de salir de las nubes. Ambos nos pusimos a ascender y Bob salió. Yo subía colgado de la hélice, simplemente para hacerlo salir y allí arriba, a la izquierda, había un Zero. Disparaba como un loco. ‘ no lo voy a conseguir con este individuo disparándome!’. Simplemente lo empujé hacia delante y me marché también. El combate aéreo no es una materia muy disciplinada". Owens: "Finalizamos una misión con el reconocimiento de medio avión derribado. Creo que participó el VF- 17. Escoltábamos una escuadrilla de B-25 en una misión desde Nueva Guinea hasta Rabaul. Comenzó con un mal arranque ya que no se nos había advertido que iban a llegar los bombarderos. Gracias a la inteligencia teníamos lo que denominábamos hablantes indios. Como todo el mundo descifraba la clave de todo el mundo, nos mandaron a aquellos muchachos de alguna tribu, procedentes de EE UU. Solíamos tener indios en cada una de las islas. Acostumbraban a radiar la información de ambos bandos en su lengua india. Prácticamente no se po ía descifrar ya que no había ni rima ni fundamento en lo que decían. Los indios se equivocaron aquel día y los B-25 aparecieron justo por encima de nosotros, sin anunciarse. Realizaron un viraje sobre Torokina y pusieron rumbo al blanco sin escolta. Tuvimos que pilotar los aviones como lo cos para alcanzarlos". "Les pasamos al volver después de haber atacado su objetivo. La situación climatológica no era muy buena. Nos separamos en lo que yo llamo un anfiteatro, ya que se podía ver todo dentro de una gran zona despejada. Sólo veía tres aviones japoneses. Estaba disparándole a uno de esos tres cuando otro avión bajó justo entre nosotros. Finalmente, me dije a mí mismo: ‘Si quieres seguir vivo será mejor que salgas de una puñetera vez de aquí’. Teníamos más de 40 aviones intentando disparar a aquellos tres pequeños aparatos japoneses. Me aparté a un lado y vi a dos de ellos caer al agua y estrellarse. El pequeño tercer individuo recibía, desde mi perspectiva, fuego de cada uno de los 40 aviones. Final mente fue hacia abajo justo por encima del nivel del agua. De repente, tocó el agua y explotó. Posteriormente, hubo más de diez personas discutiendo sobre quién le había derribado. Por lo tanto, alguien decidió que nosotros recibiríamos la mitad del reconocimiento, y la otra unidad lo mismo". Conant: "Aunque me encontraba en la misma misión que Bob el 18 de enero de 1944, y pare cía que se trataba del mismo incidente en el que yo tomé parte, en realidad no lo fue. Smitty, Jake Knight y yo éramos un grupo de tres aquel día y los B-25 salían justo cuando nosotros llegábamos. Alcanzamos a aquellos tres aviones que se iban por el otro lado. Disparé a uno que huyó en una dirección, con Smitty o Jake persiguiéndolo. Disparé a otro que es capó en otra dirección y el otro piloto acabó con él. Disparé al tercero y le alcancé bien. Le alcancé justo en la cabina, reventándolo por completo. Se puso a volar en círculos y me que dé con él. Pasé por encima de él, ya que estábamos a sólo 50 pies por en cima del agua. Mi última visión suya fue protegiéndose la cara con los brazos ya que salían llamas de su motor. No le vi estrellarse. Suena muy parecido, pero no lo es porque sólo éramos tres disparando a aquellos aviones. Lo más interesante de este combate era la categoría de los pilotos japoneses a los que nos enfrentábamos. Habíamos acabado con los tres. Sólo seis meses antes tres bue nos pilotos habrían escapado, para volver disparando contra nosotros, pero los cazamos a los tres. Es más, según salimos de este asunto y nos organizamos, cuando miramos hacia arriba había cinco Zero colocados en una pequeña columna por encima de nosotros. Evidentemente nos habían visto y también debían de haber visto a los otros estrellarse. Estaban por en cima de nosotros mientras volábamos a baja altura, con poca velocidad y sin munición. Nos podían matar por derecho, pero simplemente nos dimos la vuelta, nos colocamos en formación de tijera y nos fuimos. En nin gún momento nos molestaron". Owens: "Me derribaron el 24 de enero, pero no hay ninguna mención de ello en mi diario de vuelo. Roger Conant voló como mi punto durante mucho tiempo. Cuando dejó de volar como mi punto pasó a mandar una segunda sección. En una misión, cuando nos dirigíamos a atacar Rabaul, tuve a un chico como punto, era un chico realmente joven. Aquella era su primera misión de combate. Los chicos nuevos que llegaban tenían 18 o 19 años y nosotros teníamos que cuidar de ellos. Les llamaba chicos porque yo era un viejo de 24 años. Como era nuestra costumbre, si había un chico nuevo en la unidad le dejábamos volar por delante. Esto era porque los que iban detrás lo pasaban peor si nos atacaban. Volábamos con empuje reducido de forma realmente económica para poder ahorrar todo nuestro combustible para cuando llegáramos allí. Manteníamos silencio de radio, pero después de un rato finalmente aquel chico joven dijo con una voz muy sumisa: ‘Capitán, podría reducir un poco. No puedo seguirle’. Sabía quién era y miré en su dirección. Me di cuenta de que estaba nervioso, así que me moví hacia él y reduje gases". "Nuestros ataques solían funcionar de la siguiente forma. Solíamos escoltar a los TBM Avenger o a los SBD Dauntless, que acostumbraban a ir por debajo de nosotros. Solían ir abajo y nosotros solíamos hacer un gran círculo en tomo a ellos cuando se lanzaban en picado. Aquel día en concreto los Zero estaban allí arriba. Los Val estaban virando y separándose para atacar a los buques anclados en el puerto. Créanlo o no, pero aquel chico me pasó unas tres veces. En aquel momento iba a fondo, manteniendo el mando de gases a tope hacia delante durante todo el camino hacia la cortina de fuego. Realmente iba deprisa y él no podía permanecer detrás de mí, cuando antes no había sido capaz de mantenerse junto a mí". "Al salir del objetivo nuestra táctica era colocamos alrededor de los bombarderos. La mayoría de nuestros aviones se colocarían en esa posición para cubrir a cualquier avión retrasado; ahí es donde estaba realmente el peligro. Empecé a ascender, realizando un amplio círculo de forma que me colocara detrás del último hombre. Y allí estaba, justo delante de mí había un modelo de avión que yo nunca había visto antes. Posteriormente me enteré de que le llamaban Tony, pero en aquel momento creí que era un Bf 109. Yo iba mucho más rápido que aquel avión; él intentaba colocarse detrás de los rezagados. Me acerqué a él por detrás, pero creo que me aproximé un poco más de lo que debía y sólo logré una ráfaga corta. Él estaba virando, yo estaba virando y cuando le alcancé de nuevo el ala se desprendió por la raíz. Me elevé lo más rápidamente que pude para alejarme. En lugar de irse hacia abajo, la sustentación de una única ala le impulsó hacia arriba por el mismo camino. Tuve que cambiar de dirección apresuradamente para ir hacia un lado en lugar de hacia el maldito otro lado. De repente, se produjo una terrible conmoción y comencé a arder. Estaba a poca distancia del puerto de Rabaul. Bajé hasta el agua y todos los muchachos lanzaron sus señalizadores de colores sobre mí. Un PBY me recogió en 30 minutos. Se corrió el rumor de que mi punto me había derribado y estoy seguro de que así fue. Había permanecido detrás de mí, disparando contra el mismo avión. Sé que no lo hizo intencionadamente ya que me coloqué justo hacia donde él disparaba, pero no debería haber estado disparando. Estoy seguro en un 99% de que eso fue lo que ocurrió, pero nunca llegué a decir nada ya que hubiera provocado muchos problemas. Todos creyeron que fue Conant". Conant: "Llegó un rumor a la Plana Mayor sobre que el punto de Bob le había derribado. El muchacho de la Plana Mayor había estado con el escuadrón y sabía que yo era su punto. De esta forma, cogí la fama de que yo le había derribado. El primer Tony que vi por vez primera fue cuando Bob mandó una división Canal arriba. Uno de éstos se colocó delante de nosotros. Nos quedamos tan sorprendidos que se fue antes de que nos diéramos cuenta. Probablemente no nos vio en ningún momento". LOS CORSAIR DE LA MARINA DE LOS ESTADOS UNIDOS La primera unidad de la Marina de EE UU que recibió los F4U fue el VF-12, mandado por el Lt Jumpin Joe Clifion; este escuadrón comenzó a recibir los aviones en octubre de 1942. Cuando los pilotos fueron recibiendo la instrucción en sus nuevos aviones comenzaron a surgir problemas graves que iban a afectar al despliegue operativo de los F4U. Las pruebas a bordo del USS Sangamon demostraron que este aparato no estaba bien preparado, en aquel momento, para las operaciones en los portaaviones. Los problemas estaban relacionados en gran medida con el aterrizaje en cubierta y con sus características para rodar. Se comprobó que las patas del tren de aterrizaje tenían unos amortiguadores demasiado rígidos que precisaban modificaciones para eliminar la tendencia del aparato a rebotar cuando tocaba el suelo. También se comprobó la tendencia de un ala a inclinarse hacia abajo en la aproximación; esto se debía a la pérdida del par del motor. La mala visibilidad desde la cúpula original en forma de pajarera aumentaba aún más debido a las fugas de aceite de las aletas de refrigeración. Se tuvieron que introducir rápidamente modificaciones en la línea de producción de Chance Vought para aminorar estos problemas. Cuando finalmente se desplegó el VF-l2 en el Pacífico, renunciaron a sus F4U a cambio de los F6F Hellcat, a pesar de haber conseguido la autorización del Corsair para portaaviones en abril de 1943 a bordo del USS Saratoga. En aquel momento, la Marina estaba equipando todas sus unidades de caza con base en los portaaviones con el F6F y sólo disponía de apoyo logístico para el caza de Grumman. Dada la configuración de mantenimiento y piezas de repuesto adoptada por la flota para un único modelo, la Marina decidió desplegar su tercer escuadrón de Corsair, el VF-17 Jolly Rogers, como una unidad con base en tie rra. Consiguientemente, éste se convirtió solamente en el segundo escuadrón de la Marina equipado con Corsair que operaba en el teatro de operaciones, siguiendo los pasos del VF(N)-75 del Lt Cdr W. J. Gus Widhelm, que había comenzado las operaciones con los cazas nocturnos F4U-2 Corsair desde Munda el 11 de septiembre. Esta unidad es taba compuesta por sólo seis pilotos, pero todos sus hombres habían cumplido con anterioridad al menos un periodo de servicio en comba te. Por ejemplo, Widhelm había volado anteriormente en los SBD; la mayoría de sus pilotos tenían 2.000 horas de media de vuelo. La intención de la Marina de desplegar el VF(N)-75 con toda la fuerza de un escuadrón se vio frustrada por los retrasos de montaje en la fabricación de los equipos de radar montados a mano, adaptados para el F4U-2 modificado de forma especial. El VF-l7 del Lt Cdr Tom Blackburn (11 derribos), que no sufría estos problemas con sus F4U-1 sencillos, llegó a Ondonga el 27 de octubre de 1943. Pronto se iban a ganar una reputación durante la Campaña de las Islas Salomón al reconocérseles oficialmente el derribo de una increíble cifra de 154 aviones enemigos en sólo 79 días. Cuando la unidad se formó a comienzos de año, Blackburn había seleccionado al Lt Cdr Roger Hedrick (12 derribos) para que prestara sus servicios como segundo jefe del VF-17. Este último había salido de la Academia de Vuelo en 1936 y había pasado a prestar sus servicios en varios escuadrones del frente antes de formar parte del VF-17 desde su inicio. Conocido como Rog por todo el mundo, Hedrick se mantuvo con la unidad durante toda su carrera de combate. En la siguiente entrevista describe sus experiencias en combate con el Corsair: "Salimos de Norfolk en septiembre de 1943 a bordo del Bunker Hill para nuestro viaje de activación, estando autorizados para los portaaviones con el modelo original en forma de pajarera. El Jefe del Grupo Aéreo y el alto mando estaban contentos con nuestro rendimiento. Pronto recibimos el modelo F4U-1A, que suponía una gran mejora con respecto al anterior modelo pajarera con aquel asiento tan bajo. Con toda la estructura del capot y sentado tan abajo resultaba difícil, con un mono de 12 pies hacia afuera delante de ti, ver al que mueve las banderas cuando llegas a bordo del buque. Cuando estábamos en el mar recibimos un despacho que nos ordenaba ponernos en contacto con el Jefe del Mando Aéreo y convertirnos en un escuadrón con base en tierra. Naturalmente, nos sentimos muy decepcionados después de haber trabajado tanto con los representantes de Chance Vought para superar algunas dificultades, básicamente menores, que tiene cualquier avión nuevo. Nadie nos dijo en aquel momento que la razón del cambio era que éramos el primer escuadrón de Corsair a bordo de un buque de la flota y que si hubiéramos reventado algunos neumáticos o tuviéramos que aterrizar en un portaaviones diferente no habría piezas de repuesto para nos otros ya que no había ninguna en la cadena de apoyo logístico. La Infantería de Marina tenía su base en las Islas Salomón desde febrero, por lo que disponía de apoyo logístico para el Corsair. Nuestra primera base en las Islas Salomón iba a ser Ondonga, 80 kilómetros al noreste de Guadalcanal. Posteriormente nos trasladamos a Bougainville, desde donde lanzamos nuestros ataques contra Rabaul". "Mi primer derribo tuvo lugar el 1 de noviembre de 1943 cuando estábamos cubriendo el desembarco en la Bahía de la Emperatriz Augusta, en Bougainville. Estaba previsto que me colocara en situación sobre las 13:00 para relevar a Tommy Blackburn como cobertura superior. Poco después de salir de Ondonga con ocho aviones escuchamos al Jefe de Cazas de Bougainville informar sobre la llegada de un ataque japonés. Subimos acelerando hasta la altitud máxima y justo en aquel momento mi generador se estropeó, así que apagué la radio para ahorrar energía de la batería. En el momento en que nos acercamos a la punta sur de Bougainville estábamos a 20.000 pies. A cierta distancia hacia Buka, donde había algunos campos de aviación japoneses, vi tres diminutos puntos y yo sabía que no teníamos a ninguno de los nuestros por allí. Subí hacia el sol, en dirección a Rabaul, y me coloqué por encima de ellos. No nos vieron y pude realizar una aproximación latera) a gran altura sobre ellos. Moví mis alas en lugar de notificárselo a mi escuadrilla por la radio. No estaba seguro de que mis ametralladoras dispararan. De hecho, había planeado utilizar sólo las cuatro ametralladoras interiores en lugar de las seis en total; ni siquiera estaba seguro de que tuviera energía para estas cuatro. Éste era nuestro primer combate y yo estaba allí solo delante. Tenía una buena perspectiva de aquellos tipos. Veía las albóndigas rojas y sabía con seguridad que eran el enemigo. Al bajar me decidí por el jefe. Teníamos nuestras ametralladoras en una alineación óptica de 900 pies; en aquel momento la envergadura de ala del Zero cubría el anillo de 50 mm del alza de nuestras ametralladoras. Como sabía que sus depósitos de combustible se encontraban en la raíz del ala intenté alcanzar esa zona. En este caso concreto, que fue como la mayoría de los demás que tuve después, apreté el disparador durante dos o cuatro segundos y el avión cayó como una antorcha. Tan pronto como subí todos se colocaron en posición de Spari y se dirigieron hacia la cubierta. Les mantuvimos alejados de la escuadrilla de Tommy Blackburn, persiguiéndoles durante un rato, pero esto fue todo lo que conseguimos". "No llegué a ver a ninguno dispararme. No había destellos de disparos a lo largo de las alas ni en la zona de la hélice. Nos perseguimos los unos a los otros hasta que sus supervivientes se dirigieron de vuelta hacia Rabaul y nosotros regresamos a casa". "El ti de noviembre nuestra misión consistía en cubrir a una agrupación táctica, compuesta por tres portaaviones, que iba a atacar Rabaul. Pusimos de nuevo los ganchos de la cola en nuestros aviones, que habíamos quitado para aligerarlos un poco. Nuestro trabajo consistía en volar hasta la agrupación táctica y cubrirla mientras lanzaba sus propios aviones, que tenían que atacar el tráfico marítimo y los campos de aviación de Rabaul y la zona de Puerto Simpson. Nos levantamos antes del amanecer y una vez más mantuvimos el silencio de radio. Había una cierta cantidad de nubes y avanzamos con dificultad para siquiera encontrar a la agrupación táctica, aunque sabíamos bastante bien donde se hallaba. La localizamos sobre las 09:00 y aterrizamos a bordo poco después de que hubieran lanzado sus aviones. El VF-17 y un escuadrón de F6F proporcionaban la cobertura de los buques y yo estaba a bordo del Essex, buque insignia del jefe de la agrupación táctica, con la mitad del escuadrón, mientras que Tommy Blackburn iba a bordo de nuestro viejo amigo el Bunker Hill con el resto de la unidad. A las 13:00 despegamos de nuevo ya que ésta era la hora prevista para el ataque de los japoneses. Desde Rabaul llegó una gran incursión y algunos de nuestros muchachos hicieron un gran trabajo al impedir que sus aviones de ataque llegaran hasta los portaaviones. Yo participé una vez más en un gran combate aéreo que duró algún tiempo. Mi punto y yo estábamos persiguiendo a un solitario Zero que se dirigía de vuelta a Rabaul. Aquel tipo consiguió escapar metiéndose en una nube, colocándose justo fuera del alcance de tiro, así que tuvimos que esperar a que saliera; esto ocurrió una y otra vez. Estaba preparado para disparar, esperando a que reapareciera. De repente, surgió un avión y me dispuse a realizar un disparo con desviación total. Justo cuando apreté el disparador me di cuenta de que estaba disparando a un F4U. Inmediatamente solté el disparador y no pude ver de ninguna forma si había alcanzado al avión. A continuación, hicimos una señal de reorganización ye! F4U se unió a mí. Me encontré entonces mirando a BIG HOG, el F4(J- lA N°1, el avión de mi CO". "No supe si le había tocado hasta que aterrizamos en el campo de aviación donde teníamos que repostar antes de dirigirnos hacia Ondonga. Entonces él me enseñó tres malditos agujeros en su avión. Me dijo: ‘Roger, asqueroso tirador. Cuando aquellas seis ametralladoras de 12,7 me alcanzaron el avión se movió hacia un lado’. Esto es todo lo que me dijo. Nunca me imaginé que Tommy estuviera escondido en la nube; le habían alcanzado cuatro o cinco Zero y su parabrisas se había empañado. Al estar prácticamente ciego se ocultó en la nube, esperando a que se despejara su capot". "En una misión en enero de 1944 me quedé totalmente solo, reza gado del resto cuando regresábamos a casa. Me encontré con un Zero que se dirigía de vuelta para aterrizar en Rabaul; no estábamos lejos de la costa de Puerto Simpson. Él hizo lo que yo creía que era un tonel de victoria y pensé: ‘Ese hijo de puta no se va a salir con la suya’, así que me fui tras él y le machaqué. Como era habitual, su avión se incendió, después se lanzó en paracaídas y yo decidí que él no se iba a salvar para ir a por nosotros al día siguiente. Di la vuelta e intenté apuntarle; realmente disparé mis ametralladoras, pero estaba demasiado cerca y debí haberle encuadrado. Pasó como una bala en su des censo y juraría que movió el puño hacia mí cuando casi arrollo la parte superior de su paracaídas. Le maldije y en el momento en que por fin me lo quité de la cabeza y miré alrededor me encontré con tres de sus compañeros justo en mi cola; uno en cada lado y otro justo detrás. Afortunadamente, yo pilotaba uno de los nuevos aviones que habíamos recogido en Espíritu y que estaba equipado con inyección de agua, lo cual le añadía unos 25 caballos de potencia, unos cuantos nudos más de velocidad. En todo momento veía a algunos de ellos disparando y yo sólo podía cambiar de altitud para no perder velocidad. Gradualmente me alejé de ellos y, aunque parecía que me iban a perseguir para siempre, realmente no fueron más de diez minutos. Conseguí regresar para celebrar otra victoria". Los primeros Corsair F4U-1 del VF-1 2 en una misión de instrucción en EE IJU a finales de 1942. (PhiI Ja,TeUl Se ve al F4U-1 Corsair 17-F-13 del VF-17 justo después de un aterrizaje durante el vuelo de calificación para portaaviones de la unidad. A este avión se le había aplicado el nuevo diseño en tres colores, pero con la insignia nacional de la primera época. Lleva cuatro distintivos de derribos, victorias que reclamó el Lt(jg) James A. Halford durante su primer periodo de servicio en Guadalcanal, pilotando el F4F Wildcat. Fue retirado del VF-17 debido a la fatiga de combate, sin conseguir ninguna victoria más con el Corsair. (Jim Sullivan) El F4U-1 Corsair 17-F-24 del VF-17, en invertido tras un accidente de aterrizaje en el portaaviones a bordo del USS Bunker Hill, en agosto de 1943. Aunque los primeros Corsair (especialmente la versión con la cúpula en forma de pajarera) eran difíciles de aterrizar a bordo de los portaaviones, tanto el VF-12 como el VF-17 llegaron a calificarse para los portaaviones con este modelo. El VF-17 realizó modificaciones en los amortiguadores, durante su despliegue en el Bunker Hill, que superaron la tendencia del avión a rebotar al tocar suelo. Sin embargo, ninguna de las dos unidades entró en combate con sus Corsair a bordo de un portaaviones; el VF-12 cambió sus F4U por los Hellcat, mientras que el VF-17 se desplegó como un escuadrón con base en tierra. (Jim Sullivan) El F4U-1A Corsair N° 1 BIG HOG. BuN° 17629. aparece en Ondonga después de su cuarta victoria, que fue conseguida el 11 de noviembre de 1943. Además de los cuatro distintivos de derribos, este avión también tiene cuatro agujeros de bala tapados, visibles a la derecha del número del avión. Fueron resultado del error de Roger Hedrick, segundo jefe de Blackburn. que lo tomó por un Zero. El personal es, de izquierda a derecha, Wharton. Guttenhurst. March, Jr (5 derribos), Blackbum, Dr. Hermann y el Cabo J. M.Taylor; la identidad de los Otros dos miembros del personal de tierra sigue siendo un misterio. (Pete Mersky) El Lt Cdr Roger R. Hedrick. segundo jefe del VF-17, se relaja en la cabina del F4U-1A N° 17, BuN° 18005. Consiguió nueve victorias con esta unidad (todos Zero), utilizando tres N 17 diferentes. Sus tres primeras las consiguió el 1, 11 y 17 de noviembre de 1943 con el F4U-1A BuN° 17659. mientras que las tres siguientes tuvieron lugar el 26,28 y 30 de enero de 1944 con el F4U.1A BuN° 55798. Las tres últimas las logró con este avión, fotografiado aquí el 18 de febrero. (Colección Hednck) Los F4U-1A del VF-17 volando en formación cerrada. El avión más próximo era pilotado por el LC(jg) Ira C. Kepford (16 victorias), el N°8 por el Lt(jg) Earl May (8 victorias) y el N°3 por el Lt(jg) Fredenck J. Streig (5 victorias). A todos estos aparatos les faltan los mástiles de la antena, mientras que el segundo tiene una antena de látigo en lugar del mástil montado en la columna. (Chance Vought) El Lt(jg) Dons C. Chico Freeman con su F4U-1A N°34 en Ondonga, en noviembre de 1943. Este avión lleva dos distintivos de derribos tras sus victorias sobre dos Zero el 21 de noviembre. Sólo reclamó otros dos probables con esta unidad, pero más tarde llegaría a ser as con 9 derribos en el VF-84 en 1945. Freeman perdió la vida el 11 de mayo de 1945 cuando el USS Bunker Hill fue alcanzado por un kamikaze. (Colección Killefer) Victoria en el Sureste Tras la toma por parte de los estadounidenses de Nueva Georgia, el 1 de noviembre de 1943, se realizó el desembarco del Cabo de Torokina, en Bougainville. En aquel momento había cuatro unidades de Corsair de la Infantería de Marina disponibles para apoyar el asalto, a saberlos VMF -211, -212, -215 y -221. Bougainville, junto con la Isla Green y Emirau (aseguradas en fechas anteriores), ayudaron a for mar un anillo que facilitaba el estrangulamiento de Rabaul, el principal bas tión de la defensa japonesa de Nueva Bretaña, situada en el archipiélago de las Islas Bismarck. Para neutralizar las defensas aéreas de la fortaleza y para atacar sus líneas de suministro se utilizó la potencia aérea. El lst Lt Phillip C. DeLong prestaba sus servicios en el VMF-212 y consiguió sus dos primeras victorias (una pareja de Zeke) sobre el campo de aviación de Tobera, en Nueva Bretaña, el 9 de enero de 1944. Sus últimos tres derribos tuvieron lugar el 15 de febrero contra una formación de bombarderos de vuelo en picado Val D3A y, a continuación, él mismo describe esta acción: "Cubríamos el desembarco en la Isla Green el 15 de febrero de 1944 y llegamos allí justo en el amanecer de aquel día. Los buques estaban allí abajo y después vi a los Val, había 15 de ellos. Eran bombarderos de vuelo en picado equipados con un tirador en el asiento de atrás. Les vi arrancando desde muy arriba para luego caer. No podía entender que les dejáramos ir hacia abajo, hacia los buques, así que me lancé detrás de ellos. Tenía una buena perspectiva del tirador y le disparé. A continuación, el avión explotó. Me encargué de otros dos de ellos. Mi punto tenía un fallo en la espoleta del armamento. Como no podía utilizar sus ametralladoras se limitó a acompañarme en la acción". "Lo atacábamos todo: camiones, barcazas, barcos, a los nativos en los cocoteros, etc. Nuestras ametralladoras habían sido ajustadas para disparar a un punto fijo donde se encontrarían las balas de las seis ametralladoras. Si nos acercábamos mucho no le dábmos a nada, pero después de que las balas hubieran pasado a través del punto fijo solían esparcirse en un amplio cono. Esto nos permitía alcanzar una zona bastante amplia". "Me reconocieron 11,166 derribos, ya que los derribos compartidos se dividían entre los tres: el Maj Hugh El wood (5,166 derribos), el lst Lt Allan Harrison y yo. El 23 de enero Elwood atacó a un Zero sobre la Bahía de Keravi y lo incendió. Yo llegué disparando y le provoqué algunas llamas. Harrison le alcanzó y consiguió hacerle explotar. Algunos minutos después ocurrió lo mismo con el siguiente avión; así que dividimos dos derribos entre los tres que estábamos. Aquella misma tarde compartí otro derribo con Elwood". —LAS RECLAMACIONES DE VICTORIAS— A posteriori (y con los informes oficiales japoneses de bajas, capturados después de la guerra) se ha establecido que el enemigo perdió menos aviones en los combates aéreos de los que realmente habían reclamado como derribados las fuerzas aliadas. Por ejemplo, en el periodo de dos meses, del 17 de diciembre de 1943 al 19 de febrero de 1944 (la II Flota Aérea de la Marina Imperial se retiró el 20 de febrero), los aliados re clamaron el derribo de 730 aviones. Por el contrario, la Marina Japonesa perdió unos 400 aviones durante ese periodo por todos los motivos posibles. A la Fuerza Aérea del Ejército de Tierra japonés le fue igualmente mal y algunas unidades fueron completamente aniquiladas durante la campaña. Un gran número de aviones japoneses ni siquiera entró en combate, siendo destruidos sobre el terreno por los ataques aéreos. No se puede valorar estas cifras de forma precisa, pero se puede calcular que los aliados reclamaron aproximadamente el doble de la cantidad real mente derribada. Esta diferencia es notoriamente precisa si se compara con las reclamaciones realizadas en otros teatros de operaciones. Habitualmente se produce un exceso de reclamaciones durante los combates aéreos que se puede atribuir mayormente a la confusión de la batalla. Las imprecisiones en las reclamaciones y los errores en el reconocimiento de los aviones son de poca importancia si se comparan con los resulta dos globales obtenidos. Durante la campaña de las Islas Salomón los japoneses sufrieron bajas tan enormes que sus Fuerzas Aéreas fueron prácticamente incapaces, desde entonces, de enfrentarse a las fuerzas aliadas con la esperanza de conseguir algún tipo de victoria estratégica en los combates aéreos. Debido a estas bajas fue por lo que los japoneses recurrieron posteriormente a los ataques suicidas para intentar detener el avance estadounidense. Las unidades de Corsair de las Islas Salomón produjeron los ases con mejores resultados con este modelo durante todo el conflicto. El Lt Robert M. Handson consiguió 25 victorias con los VMF-2l4 y 215, antes de resultar muerto en combate el 3 de febrero de 1944; recibió la Medalla de Honor del Congreso a título póstumo por sus derribos logrados el 1 de noviembre de 1943 y el 24 de enero de 1944. El Maj Gregory Boyington, al mando del VMF-2l4, consiguió 22 victorias con el Corsair a añadir a sus seis reclamaciones anteriores mientras voló con los Tigres Voladores en China. Recibió la Medalla de Honor por sus acciones el 17 de octubre de 1943, pero fue derribado y hecho prisionero el 3 de enero de 1944. El Lt Kenneth A. Walsh consiguió 20 victorias mientras prestó sus servicios en el VMF-l24, recibiendo la Medalla de Honor en febrero de 1944. Reclamó su 21 victoria, y última, el 22 de junio de 1945 mientras prestaba sus servicios en el VMF-222. El Capt Donald N. Aldrich del VMF 215 consiguió 20 victorias y su último derribo tuvo lugar el 9 de febrero de 1944. El Capt Wilbur J. Thomas, del VMF-2l3, logró 16,5 victorias durante esta campaña antes de reclamar otras dos con esta misma unidad el 16 de febrero de 1945, con lo cual sus reclamaciones totales llegaron a 18,5. El VF-17 produjo el as con más victorias de la Marina en este teatro de operaciones en la persona del Lt Ira C. Kepford, al que se le reconocieron 16 victorias. LOS F4U DE LA RNZAF Rabaul era considerado un blanco demasiado difícil de atacar median te un asalto directo y, por lo tanto, se le permitió que cayera por su propio peso. Tras la destrucción de la fuerza aérea japonesa de las Is las Salomón y de las Islas Bismarck, las unidades de Corsair de la Marina y de la Infantería de Marina siguieron hostigando este bastión atacando blancos terrestres. Los japoneses evacuaron los restos de su destrozado potencial aéreo el 20 de febrero de 1944. Las unidades de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda (RNZAF) de Bougainville, equipadas con Corsair, se unieron a las estadounidenses el 14 de mayo de 1944; la primera unidad que llegó fue el Sqn 20. Veteranas de las Islas Salomón con los P-40 Kittyhawk en 1943/1944, estas unidades kiwis aportaron su experiencia en el frente, ya que habían logrado un total de 99 victorias aéreas contra los japoneses en las operaciones hasta aquella fecha. Sin embargo, en el momento en el que llegaron los Corsair la potencia aérea del enemigo en las Islas Salomón era prácticamente inexistente y la RNZAF no pudo lograr más victorias aéreas. Sin amilanarse, hicieron su contribución a las acciones bélicas del Pa cífico Sur realizando misiones de escolta y ataques terrestres en la zona, que sólo finalizaron en agosto de 1945 con la rendición final de Japón. En 1944/1945 un total de 13 unidades de la RNZAF recibieron los Cor sair, con numeraciones entre el 14 y el 26. Distribuidas por el Pacífico Sur, estas unidades utilizaron las versiones del caza de Chance Vought/Goodyear F4U-1A, -1D y FG-1D. De los 424 aparatos enviados a los kiwis (364 -lA/-lD y 60 FG-ID), se perdieron más de 150 (el 35%), aunque sólo 17 de ellos fueron reconocidos oficialmente como acciones del enemigo. Los escuadrones rotaron en el frente duran te periodos de tres meses desde las bases de Nueva Zelanda, pero los escuadrones que se marchaban dejaban los grupos de aviones en las pis tas del frente para que fueran utilizados por sus sustitutos. Al contrario que los británicos, que se deshicieron de sus enormes cantidades de Corsair casi inmediatamente después de la II Guerra Mundial (véase el capítulo sobre la Aviación de la Flota para más detalles), la RNZAF apreció estos aviones y mantuvo en servicio varias unidades, especial mente de FG-1D. La última unidad que utilizó los Corsair en el frente fue el Sqn 14, que desarrolló funciones de ocupación con sus FG-1D en Japón hasta que los aliados se retiraron en octubre de 1948. Tras la paulatina disolución del escuadrón, los Corsair (to dos desgastados veteranos de la guerra) fueron amontonados y quemados sin miramientos, finalizando de esta forma tan drástica la asociación de la RNZAF con el caza de Chance Vought. Los Corsair Británicos Debido a la escasa gama de aviones de caza y ataque que ofrecían los fabricantes navales especializados como Fairey y Blackburn, la Aviación de la Marina (FAA) se vio obligada a recurrir a cazas de la RAF modificados para la marina, como el Sea Hurricane y el Seafire, para reequipar inicialmente las alas de los portaaviones con ellos durante los oscuros días de 194 1-1942. Aunque ambos modelos resultaron una gran mejora con respecto al Fulmar y al Skua, ninguno de mostró un alcance verdaderamente suficiente como para operar a cierta distancia de las agrupaciones tácticas, ni tampoco poseían características seguras para el aterrizaje en las cubiertas. Afortunadamente para los angustiados aviadores navales de la FAA, el primer modelo de un auténtico caza concebido para los portaaviones, el Wildcat (Martlet) de Grumman, comenzó a llegar a Gran Bretaña en cantidades importantes a finales de 1941. Se trataba de un avión que disponía de un radio de acción más adecuado, era dócil en su configuración para el aterrizaje y podía arreglárselas en combate; su única verdadera des ventaja era una velocidad máxima bastante modesta de 504 km!h. No obstante, la Marina lo aceptó rápidamente y, a su vez, lanzó una mirada de envidia hacia Occidente a través del Atlántico en busca de un aparato que complementase al Wildcat. Aproximadamente en aquella misma época, la compañía Chance Vought de Connecticut estaba desarrollando las últimas fases de su caza, radicalmente nuevo, para la flota (el XF4U-1 Corsair), antes de entregarlo a la Marina de EE UU. Ferozmente rápido, este aparato se convirtió en el objeto de un acuerdo de préstamo entre los gobiernos británico y estadounidense. De hecho, tan popular resultó el pájaro de las alas torcidas que finalmente la FAA utilizó 2.012 Corsair divididos en cuatro modelos, lo cual le otorgó a este avión la distinción de ser el modelo más abundante de EE UU que entró en el servicio de la Marina Real durante la II Guerra Mundial. Con el transcurso de los años se ha dicho mucho sobre las deportivas características de manejo de este avión en las cubiertas de los portaaviones y las opiniones de los pilotos están aparentemente divididas según sus propias experiencias con el Corsair Los aviadores navales de alta graduación de EE UU estaban convencidos de que el F4U- 1 era un avión demasiado difícil de controlar para el piloto medio en 1942 ya que tenía un rebote incipiente debido a unos amortiguadores demasiado rígidos, una tendencia a la pérdida del par sin previo aviso y una escasa visibilidad por encima del morro durante la aproximación y el aterrizaje. Estos factores provocaron que las unidades de la Marina de EE UU con base en los portaaviones fueran casi exclusivamente equipadas con el dócil Hellcat hasta que, finalmente, se refinó el F4U para las operaciones en las cubiertas a finales de 1944; en aquel momento, las unidades de Corsair de la FAA habían acumulado una experiencia de casi un año en los portaaviones e igualmente habían entrado en combate desde los portaaviones tanto en Europa como en el Pacífico desde abril de 1944. Los británicos, que en ningún momento se detuvieron por la reputación salvaje del avión, comenzaron a reequiparse con el Corsair I desde mediados de 1943 en adelante, instruyendo a los escuadrones para las operaciones marítimas desde aquel mismo momento. Entre las ligeras modificaciones que se le hicieron a este avión estaba el recorte de las alas en 20 cm debido a las dimensiones más reducidas de las cubiertas s1 de los portaaviones británicos. Este cambio en la envergadura de las alas trajo consigo la ventaja no esperada de una mayor penetración, lo cual eliminaba en parte la tendencia de este avión a flotar en las fases finales del aterrizaje. Sin embargo, a pesar de esta modificación los pilotos más veteranos de la FAA expresa ron miedos parecidos a los de sus primos estadounidenses. Sin embargo, a comienzos de 1944 se formaron ocho unida des expresamente para operaciones en los portaaviones, tanto en la flota de la Defensa Nacional como en la de Extremo Oriente; en el día de la victoria sobre Japón este número llegó finalmente de for ma asombrosa a 18 unidades. El F4U-1 Birdcage (pajarera) original, conocido como Corsair 1(95 entregados), fue el modelo inicial que se envió a los Sqn 1830 y 1833 desde EE UU, pero ninguno de ellos llegó a entrar en combate. Este honor recayó en el más definitivo Mk II. una versión británica del F4U- lA, que fue entregado por la cantidad de 510 aparatos. Los preparativos terminaron a finales de 1943 y los Corsair II se cargaron a bordo de los portaaviones de escolta para su envío a Gran Bretaña. En abril de 1944 la Flota de la Defensa Nacional se sintió lo suficientemente segura como para lanzar el Corsair II al combate y, consiguientemente, 28 aviones de los Sqns 1834 y 1836 facilitaron la cobertura superior el día 3 de aquel mes como Ala de Caza Naval 47 para la Operación Tungsren, un ataque aéreo de seis portaaviones (121 aviones) contra el acorazado alemán Tirpitz. Como parte del ala aérea del HMS Victorious, los pilotos de los Corsair no se encontraron a ningún avión enemigo durante la incursión del amanecer y volvieron al portaaviones sin haber comprobado su temple combinado; la contribución del Corsair a la guerra contra Alemania se limitó al apoyo hasta agosto de los ataques de la Flota de la Defensa Nacional contra este blanco. El debut en combate del Corsair en el Océano Índico tuvo lugar al mismo tiempo que el primer ataque contra el Tirpitz en abril de 1944, aunque esta acción fue una operación mucho menos organizada que la operación Tungsten. Se emplearon los Sqns 1830 y 1833, que formaban el Ala de Caza 15 a bordo del HMS Illustrious, para despejar la zona al este de Ceilán de buques piratas contra el comercio y, aunque los combates reales fue ron escasos, esto le dio la oportunidad a la FAA de operar conjuntamente con la Marina de EE UU por medio del USS Saratoga y de su ala aérea embarcada. La fuerza del Corsair en este teatro de operaciones se dobló de forma efectiva en julio con la llegada del Victorious. También llegó a Ceilán el Sqn 1837 para unirse al Illustrious, aumentando la fuerza embarcada por buque hasta 42 Corsair 11 cada uno, divididos equitativamente entre un trío de unidades. Esta fuerza mayor tuvo la posibilidad de demostrar su valía el 25 de julio cuanto atacó la Isla de Sabang, aunque los Corsair asumieron una posición retrasada con respecto a los tres acorazados, los siete cruceros y los dos destructores que cañonearon el puerto y las instalaciones de almacenamiento de petróleo. Mientras cubrían la retirada de la fuerza, se dio la oportunidad a un trío de unidades de iniciar al Corsair en el combate aéreo cuando unos cuan tos aviones enemigos intentaron atacar a los buques de guerra. El Sqn 1830 reclamó tres Zeke, mientras que su compañero, el Sqn 1833 del Ala de Caza 15, derribó dos Zeke y un bombardero Sally Ki 21. Finalmente, el único derribo que cayó ante el Victorious fue otro Zeke, que fue derri bado por un Corsair del Sqn 1838, asignado de forma provisional al bu que. Aparte de ser el primero de los casi 50 derribos de la FAA con el Corsair, estas victorias fueron también las primeras victorias desde las cubiertas pa ra este caza, aunque su registro desde las bases en tierra se acercaba a las cuatro cifras después de 17 meses de combates con la Infantería de Mari na y la Marina de EE UU. Después de otros ataques contra objetivos sin oposición aérea, los pi lotos de los Corsair se enfrentaron al enemigo nuevamente en los cielos de las Islas Car Nicobar en octubre de 1944, aunque esta vez sólo lleva ron la bandera del Corsair las unidades del Victorious. Un puñado de Os car que defendían las islas fueron derribados en los desiguales enfrentamientos que tuvieron lugar, acabando con siete cazas del Ejérci to de Tierra frente a la pérdida de dos Corsair y un Hellcat. El Lt Leslie Durno, un canadiense del Sqn 1834, reclamó cuatro de este total, derribando un caza él solo y compartiendo tres con su punto; existe una cier ta confusión en cuanto a la identidad correcta de este piloto ya que en esta época también se informó de la adscripción de un escocés de nombre Lt AIec Durno al Sqn 1834 como comandante de aeronave. Una de las últimas operaciones realizadas por los Corsair en este teatro de operaciones tuvo lugar el 4 de enero de 1945 cuando el Victorious intervino en apoyo del ataque contra la refinería de Pangkalan Brandan, nuevamente en Sumatra; esta incursión se consideró como un ensayo de un ataque más importante contra Palembang tres semanas des pués. A los pilotos del Ala de Caza 47 se les asignó la misión de proporcionar la cobertura superior (junto con los Seafire F III del Indefatigable) para los Avenger y, consiguientemente, se enfrentaron contra una fuerza de Oscar, así como contra un puñado de aviones de reconocimiento Dinah y bombarderos Sally. Se derribaron doce aviones frente a la pérdida de un único Avenger; siete de estos derribos correspondieron a pilotos del Corsair; el Lt Durno compartió un Dinah y un Saily, mientras que el Sub Lt Don Sheppard del Sqn 1836 (también canadiense) recla mó dos Oscar, ya que su unidad derribó cinco cazas Nakajima. Con la creación de la Flota Británica del Pacífico (BPF) en enero de 1945, la Marina Real as1ad45 su fuerza desde Trincomalee a Sidney y, en la ruta hacia su nuevo destino, los principales oficiales decidieron utilizar sus abundantes cantidades de aparatos de los cuatro grandes portaaviones de la flota para atacar la enorme refinería de Pladjoe, antiguamente de la Shell, cerca de Palembang en Sumatra; esta incursión se había planeado desde comienzos de diciembre de 1944. Con el nombre clave de Meridian One y Two, se lanzaron 144 salidas el 24 de enero, seguidas de más incursiones cinco días después; el primero de estos ataques fue la segunda fuerza más grande dispuesta por la FAA durante la 11 Guerra Mundial. En el primer ataque fueron 32 Corsair del Illustrious y del i o oes, que realizaron funciones de escolta de los bombarderos (16 muy cerca de los bombarderos y un número igual volando como cobertura superior) y otros 24 en una misión de caza libre desde el Ramrod contra los campos de aviación locales. La artillería antiaérea alcanzó a un gran número de los incursores del Ramrod, que no consiguieron impedir que los Tojo, Nicks y Oscar japoneses se lanzaran contra la fuerza principal de ataque. Se perdieron cinco Corsair, pero a cambio se destruyeron sobre el terreno 34 aviones japoneses; la escasa presencia del enemigo en el aire durante estos ataques significó que los Corsair de escolta fueran los únicos que entra ron en combate. Más de 20 cazas del enemigo atacaron a la fuerza, pero los pilotos de los Corsair que realizaban la cobertura superior se mantuvieron firmes en su función en particular y reclamaron ocho frente a la pérdida de un único Corsair del Sqn 1833 (derribado por un Tojo) en un combate que se desarrolló alrededor de los Avenger El que obtuvo un mejor resultado con un Oscar y un Tojo en esta salida fue el veterano as de la Marina, Maj (posteriormente Lieutenant Colonel) Ronnie Hay, que prestaba sus servicios como Jefe de Ala en el Ala 47 du rante aquel periodo. Piloto de caza de la FAA en el frente desde 1939, Hay había conseguido un derribo compartido con los Skuas en 1940 durante la Batalla de Noruega con el Sqn 801 desde el Ark Royal, seguido de siete victorias individuales o compartidas ene! Mediterráneo en 1941 como par te de la Fuerza H de Fulmar 1 con el Sqn 808, también a bordo del Ark. Su función en los ataques de Palembang fue única ya que se le nombró Coordinador Aéreo, lo que implicaba su supervisión de las diferentes formaciones de ataque en cuanto a que atacaran la refinería en las horas pre vistas desde diversas direcciones según se había establecido; Hay había sido uno de los pocos pilotos de la FAA enviados por la Marina al exclusivo curso de Jefes de Ala de la RAF en Charmy Down en abril de 1943. Empapado en todo lo relativo a ataques aéreos masivos, fue enviado al Mediterráneo para instruir sobre la materia, antes de ser destinado a Ceilán como Jefe de Vuelo de la Bahía de China. Con la llegada del Corsair al teatro de operaciones a comienzos de 1943, Hay sintió que las aguas rezagadas del conflicto en el Extremo Oriente por fin recibían la seriedad que mere cían, por lo que, consiguientemente, se las arregló para dejar la mesa de despacho y volver a los vuelos operativos, siendo recibido por el Viciorious, que recibió de buen grado tanto su experiencia de combate como sus conocimientos previos en la táctica de ataques. Por fin, en Palembang pu so la teoría en práctica a gran escala. Los ataques continuaron durante algún tiempo y durante ese periodo Hay y su escuadrilla de otros tres pilotos (entre ellos el único as de la FAA del Corsair durante el conflicto, el Sub Lt canadiense Don Sheppard) seleccionados en su mayor parte del Sqn 1836, patrullaron como una es cuadrilla integral entre los Corsair de la fuerza de ataque y los que volaban como cobertura superior. Hay pilotaba su Corsair llJT 427 (adecuadamente conocido con la clave TRH) modificado en campaña, que poseía cámaras verticales y oblicuas para permitirle grabar vistas del blanco para la evaluación posterior al ataque (Hay también tenía el curso de interpretación fotográfica de la RAF de Benson, en el que aprendió a realizar misiones de solapación de líneas verticales a gran altura, consiguiendo de esta forma las fotografías más precisas para las evaluaciones posteriores a los ataques). De hecho, consiguió sus cuatro derribos de Corsair con este apa rato, y debido a su especial adaptación fue probablemente el único de su especie asignado a un piloto a bordo tanto del Victorious como del Illustrious. Hay reflexiona sobre esta misión, y sobre el Corsair en general, en este teatro de operaciones, en la siguiente entrevista, especialmente realizada para este volumen: "Con el Corsair uno se sentía como si estuviera literalmente atado con correas en el sillón de su sala de estar, así de grande era la cabina. Verdaderamente uno se sentía como un rey sentado allí, con una visibilidad prácticamente ilimitada a través del capot de la burbuja del Mark II. Pilotábamos aquellos aviones con mucha fuerza y un hecho que ilustra este punto es que un poco después del espectáculo de Sumatra nos aventuramos hacia el norte, hacia Okinawa en dirección a la operación Iceberg, donde me encontré con un campo de aviación, en las Islas del Almirantazgo, repleto de los últimos F4U-4 especiales, en brillante azul marino, esperando su embarque de vuelta a EE UU. Me encontré con el oficial de la Marina de EE UU a cargo de esta operación y le pregunté qué era lo que pasaba. Él me dijo que se devolvían a Estados Unidos para una revisión general y para las reparaciones antes de mandarlos al frente de nuevo. Me interesé por la utilización particular en servicio de cada aparato y me contestó que habían realizado unas 500 horas de vuelo cada uno. Estaba asombrado y le contesté que nuestros Corsair II habían acumulado casi 2.000 horas cada uno y estaban tan cerca de una revisión general o de un mantenimiento en profundidad como el día en que fueron fabricados. Le aventuré un cambio por el cual yo cogería uno de sus aparatos fuera de servicio en lugar de mi viejo cacharro y me contestó: ‘Seguro, hombre, puede coger el que más le guste. Cualquiera que vaya a la línea peligrosa puede coger el que quiera’. Desgraciadamente, temí que mi almirante localizara el diseño azul brillante del F4U-4 colocado entre las filas de los Corsair II gris marino del Victorious "Al regresar a Palembang, todos los Corsair enviados hacia los objetivos llevaban los depósitos auxiliares que permitían un máximo de cinco horas de vuelo. Utilizábamos en primer lugar el combustible exterior y nos des hacíamos de ellos en cuanto entrábamos en combate. Yo había adoptado una formación libre sobre el objetivo para mi escuadrilla de cuatro aviones, con Sheppard detrás de mí. Nos acercábamos lentamente comprobando dónde estaban los japoneses y cómo iban a responder a la incursión en curso". "El primer ataque contra las refinerías tuvo un impacto limitado y fracasó en términos de blancos destruidos ya que, debido al propio número de aviones participantes, mi capacidad para coordinar las formaciones de Avenger II, Firefly 1, Hellcat 1, Corsair uy Seafire Ff11 quedó bastante limitada, especialmente después de que se alcanzaran los depósitos de combustible y toda la zona se oscureciera debido al denso humo negro. Por lo tanto, trasladé mi escuadrilla a una posición desde la que pudiera proteger a los Avenger si los cazas enemigos aparecían. Lo siguiente de lo que me enteré fue de un Tojo que 7 una exhalación por delante de mí, lanzado frenéticamente para atacar a los bombarderos; rápidamente lo fijé en el alza y disparé una ráfaga de dos segundos en su dirección. Debí de alcanzar depósito de combustible porque el avión explotó. Poco después localizamos un Oscar y le ordené a la escuadrilla que fuera a por él hasta el nivel de la selva pero, al contrario que el Tojo, se negó a arder y, en lugar de esto, chocó contra el suelo a mucha velocidad". "Cinco días después, justo tras la operación Meridian Two, in tentaba realizar una serie de pasadas fotográficas después del ata que con solapación de líneas verticales sobre el emplazamiento de la refinería cuando nos encontramos con una escuadrilla mixta de cuatro Tojo y Oscar. Esto detuvo inmediatamente el trabajo de reconocimiento y Sheppard y yo eliminamos rápidamente a uno de cada con dos medios derribos cada uno. Al combatir contra los cazas japoneses simplemente usábamos nuestra mayor velocidad para realizar solitarias pasadas en picado contra ellos, evitando a toda costa la tentación de virar hacia ellos. Disfrutábamos de una ventaja tal, en cuanto a la velocidad sobre ambos modelos, que no tenía sentido ir más despacio para entrar en combate". Después de haber intentado conseguir con intensidad y durante mucho tiempo una parte de la acción en el Pacífico, la Marina Real estaba decidida a tener una buena actuación, lo cual implicaba a su vez intensas salidas de combate y escoltas para estas unidades: los Sqns 1830 y 1833 en el Illustrious, los 1834 y 1836 en el J’ictorious y los 1841 y 1842 en el Formidable. La composición habitual de los escuadrones a lo largo de los ocho meses de combates de 1945 era de 18 Corsair II, aunque con la llegada del Formidable en abril, el Mk-IV fabricado por Goodyear realizó su debut en combate. Volviendo brevemente a los ataques Meridian contra las refinerías de PIadjoe en su fase final, aparte de los derribos individuales de Hay y Sheppard, los Sqns 1830 y 1834 compartieron otros tres aviones más. Sin embargo, el Lt Durno, que había conseguido un derribo y cuatro compartidos, todos con el Corsair, fue uno de los dos pilotos que se perdieron en esta incursión; fue derribado cuando atacaba un campo de aviación y hecho prisionero. Desgraciadamente, fue decapitado en la prisión de Changi en agosto de 1945 junto con unos cuantos aviadores más de la FAA derribados en la incursión de Palembang. Después de un descanso en Sidney, la Flota Británica del Pacífico unió sus fuerzas a la a Flota de EE UU para formar la Agrupación Táctica 57 y de los 270 avion de la FAA (divididos en cinco portaaviones) que entraron en esta fuerza, 110 fueron Corsair La batalla de Okinawa, nombre clave Iceberg, fue el primer combate en serio en el Pacífico de la BPF, que comenzó el 26 de marzo y en la que se lanzaron ataques contra Sakishima y Gunto. Aparte de las funciones de ataque y de eliminación de la artillería antiaérea, las unidades de Corsair se mantuvieron ocupadas rechazando a los kamikazes, como Ronnie Hay presenció de primera mano: "La amenaza aérea más importante y mortal que presentaron los japoneses durante los últimos meses de la guerra. El Pacífico Central Mientras que las unidades con base en tierra habían realizado la mayor parte del trabajo en el Pacífico Suroeste, el vasto teatro de operaciones del Pacífico Central se convirtió funda mentalmente en dominio de los portaaviones. Sin embargo, los Corsair tenían sus bases en varias islas del Pacífico y a estas unidades se les ordenó principalmente que atacaran unidades del enemigo que habían si do rodeadas por los portaaviones durante la campaña de avance de isla en isla. Los F4U de la Infantería de Marina realizaron el trabajo en las Islas Gillbert y en las Islas Marshall, por ejemplo, siendo la mayoría de las misiones realizadas de este tipo de ataque terrestre; por aquel entonces quedaban pocos aviones japoneses operando en esas zonas. Los F4U de la Infantería de Marina también participaron en gran medida en los combates aéreos asociados a la ocupación de las Islas Marianas; los aviones de la Agrupación Táctica 58 (casi todos Heli cal) destruyeron unos 200 cazas enemigos reunidos en Saipan y Tinian, en lo que se conoció como el Tiro al pato de las Marianas. Sin embargo, las unidades con base en tierra en este teatro de operaciones participaron en más enfrentamientos aéreos con la llegada de la campaña de las Islas Filipinas, donde realizaron misiones de patrullas aéreas de combate para los portaaviones que tomaron parte en la invasión de Leyte en octubre de 1944. Las unidades de Corsair de la Infantería de Marina mantuvieron su colaboración en la liberación de las Islas Filipinas con el lanzamiento de misiones de ataque terrestre en apoyo de las fuerzas en avance. Según proseguía la campaña, los rápidos portaaviones del Almirante Chester Niniitz continuaron su travesía por el Pacífico Central. El VF-17 había sido el primero en demostrar la adecuación del Corsair para las operaciones desde los portaaviones antes de su despliegue final como unidades con base en tierra. Habían trabajado con los técnicos de Chance Vought para mejorar las deficiencias del Corsair y las mejoras resultantes ayudaron a convencer a la Oficina de Aeronáutica de su valía; en abril de 1944 se autorizó al F4U para su utilización en los portaaviones. Sin embargo, por aquel entonces la disponibilidad del F6F había provocado la amplia utilización de este modelo en la flota de portaaviones rápidos, en lugar del Cor sair, más polivalente. El primer despliegue de los Corsair de la Marina de EE UU a bordo de un portaaviones comenzó el 9 de enero de 1944 ene! USS Enterprise. El VF(N)-101 (en realidad la segunda mitad del VF(N)-75, que se había quedado atrás a finales de 1943 debido a retrasos en el equipamiento), equipado con los F4U-2, comenzó las operaciones como parte del Grupo Aéreo 10 bajo el mando del Lt Cdr Richard E. Chick Har mer (anteriormente segundo jefe del VF(N)-75, Harmer era veterano de Guadalcanal con el F4F y había prestado sus servicios con el VF-3 a bordo del Sararoga en 1942). En es te periodo también se estableció un segundo destacamento del VF(N)- 101 con cuatro Corsair a bordo del Intrepid en el Ala Aérea 6. La primera interceptación nocturna del Enterprise tuvo lugar el 19 de febrero de 1944. Operar en un portaaviones de noche es, probablemente, la misión más difícil que puede tener que realizar un aviador naval. Al ser esto así, resulta irónico que la Marina de EE UU introdujera el Corsair, difícil de controlar, en el servicio en la flota con esta función, especialmente cuando se tiene en cuenta la actitud del Estado Mayor con respecto a este avión. Los modelos de caza nocturno del F4U también prestaron sus servicios en el VMF(N)-532, con base en tierra, bajo el mando del Maj Everett Vaughn, y en el VF(N)-75 mandado por el Lt Cdr William J. Widhelm. En total, a estas unidades se les reconocieron 14 aviones derribados, 4 probables y 3 dañados. Los despliegues de los portaaviones con Corsair de la Infantería de Marina fueron una respuesta directa a los ataques suicidas japoneses contra los blancos navales aliados. Los ataques kamikazes comenzaron en masa durante la invasión de Leyte, que tuvo lugar a finales de octubre de 1944 y, aunque esta forma de ataque nació de la desesperación, a los japoneses les pareció muy eficaz. Aunque valoraron en exceso los resultados de los ataques, pese a todo estaban causando graves daños. Los ataques kamikazes sólo se produjeron durante un breve periodo de tiempo, pero se convirtieron en la causa de más de una quinta parte de todos los hundimientos y casi la mitad de los daños sufridos por los buques estadounidenses durante toda la II Guerra Mundial. Sólo había una forma de que los estadounidenses se defendieran de esta nueva amenaza y ésta era a través de la cobertura de los cazas. La Marina necesitaba tantos cazas como pudiera conseguir y portaaviones desde los cuales utilizarlos. Sin embargo, simplemente, no disponía de suficientes pilotos para afrontar sus necesidades ya que se había recortado el programa de instrucción según había ido cambiando de forma global el sentido del conflicto; por lo tanto, se ordenó a la Infantería de Marina que cubriera esta deficiencia. Los aviadores de la Infantería de Marina comenzaron su instrucción en los portaaviones en el verano de 1944 al comienzo del programa de CVE. El plan consistía en que ellos utilizaran los Corsair desde los portaaviones de escolta, basándose su principal función operativa en el apoyo a las fuerzas terrestres de la Infantería de Marina. Los VMF-124 y VMF-2 13 comenzaron las operaciones desde las cubiertas poco después de regresar al Pacífico equipados con 36 flamantes F4U-1D nuevos a finales de 1944. Estas unidades subieron a bordo del Es sex como parte de la Agrupación Táctica 38 en Ulithi, el 28 de diciembre de 1944, y lanzaron sus primeras salidas de combate el 3 de enero de 1945, cuando elementos de ambos escuadrones escoltaron a los TBM que atacaban el campo de aviación de Kagi, en Formosa. A continuación, atacaron Okinawa y, posteriormente, la flota se trasladó hacia el norte de las Islas Filipinas, atacando el norte de Luzón el 6/7 de enero. Pasaron a través del Estrecho de Luzón, navegaron por el sur del Mar de China y, desde allí, lanzaron un ataque masivo contra Sai gón, en la Indochina francesa, seguido por los ataques del día 16 contra Hong Kong, Amoy, Swatow y Formosa nuevamente. Después de un segundo ataque contra Okinawa, la flota volvió a Ulithi el 26 de enero. El Almirante Halsey fue relevado por Spruance y la flota se hizo a la mar el 4 de febrero como la Agrupación Táctica 58. Esta vez la flota contaba con cuatro grandes portaaviones: el Bennington, el Wasp, el Essex y el Bunker Hill. Cada portaaviones estaba equipado con dos escuadrones de Corsair de la Infantería de Marina, aunque el Bunker Hill también llevaba a bordo el escuadrón de caza inicial de Corsair de la Marina (el VF-84, ahora bajo el mando del antiguo segundo jefe del VF- 17, Roger Hedrick). La flota estaba preparada para atacar por primera vez la patria japonesa. El 16/17 de febrero lanzó ataques contra los campos de aviación japoneses, con la intención de destruir tantos aviones como fuera posible de forma que no se pudieran utilizar contra la fuerza de invasión de Iwo Jima. A continuación, la flota se trasladó hacia el sur y realizó salidas de ataque contra la propia Iwo. Continuó las misiones en apoyo de la invasión hasta el día 22 y, a continuación, lanzó un ataque contra Chichi Jima. Se lanzaron más salidas contra Japón el día 25, y contra Okinawa el día 1 de marzo antes de que la flota volviera a Ulithi. El Lt Col William A. Millington, CO tanto del VMF-l24 como del VMF-213, reclamó su primera victoria el 3 de enero de 1945 mientras realizaba una patrulla de combate aéreo durante los ataques iniciales contra Okinawa. El Capt Howard Finn, un as con seis derribos, había prestado sus servicios anteriormente en el VMF- 124 en las Islas Salomón; a continuación, relaciona algunas de sus experiencias durante el periodo de los kamikazes: "Nunca tuve un accidente ni al despegar ni al aterrizar a bordo de un portaaviones, aunque los aterrizajes por la noche eran una experiencia terrible. El radar te colocaba en posición y luego tú te metías en aquel cono imaginario por la parte trasera del buque. Nos aproximábamos desde la popa a unos 3,2 km hasta que localizábamos las pequeñas luces azules y luego, si la aproximación era correcta, iluminaban el círculo. Manteníamos el círculo centrado, con la esperanza de llegar volando hasta él ya que no se podía ver la pista de aterrizaje. En la oscuridad, con mal tiempo, es el vuelo más preciso que existe". "Nos advirtieron sobre los kamikazes; de hecho, el Essex había sido alcanzado por uno justo antes de nuestra travesía. Tendríamos que derribarlos antes de que llegaran a la flota ya que era la táctica que estaba causando más daños. Como resultado, abandonábamos la táctica defensiva cuando íbamos tras los kamikazes. "La única forma de enfrentarse a los kamikazes era lanzar muchas patrullas de combate aéreo, las mejores de que pudiéramos disponer. Por la noche, padecí la sensación más aguda de claustrofobia que nunca he sentido. Teníamos a bordo al VF(N)-76 y a su puñado de cazas nocturnos F6F-3N y su único trabajo consistía en ocuparse de los ataques nocturnos japoneses. Los pilotos que sólo volábamos de día estábamos enclaustrados completa mente por debajo de las cubiertas de los hangares, en la cámara de oficiales, jugando a las cartas o leyendo, y escuchábamos cómo comenzaban a actuar los cañones de 127 mm sabiendo que había una incursión en marcha. Así que todo el mundo se ponía a dar chupadas a los cigarrillos como locos y rápidamente la habitación se llenaba de un humo denso. A continuación, abrían fuego los cañones de 40 mm y entonces sabíamos que se estaban acercando, después los de 20 mm y las ametralladoras de 12,7 mm, momento en el que ya sólo nos agarrábamos, preguntándonos donde caería aquella maldita cosa. En cuanto a mí, no había nada peor que estar allí encerrado de aquella forma. Los kamikazes eran bastante eficaces y creo que hundieron 38 buques, y algunos portaaviones fueron alcanzados en varias ocasiones". "El 11 de mayo fuimos finalmente alcanzados a bordo del Bunker Hill. Yo había mandado un ataque previo al amanecer contra Okinawa en mi puesto de jefe de grupo, con la única intención de conseguir impactos en algunos de aquellos tipos antes de que tuvieran la oportunidad de alcanzarnos a nosotros. El Almirante Mitcher estaba a bordo de nuestro portaaviones ya que éramos su buque insignia y después de cada vuelo solía subir y comunicarle el resultado de la misión. Nos ordenaba limitarnos a la defensa en lo que concernía al combate aéreo. Cuando volábamos sobre Okinawa operábamos exclusivamente en ciertas áreas y en altitudes predeterminadas para evitar los ataques de nuestras propias defensas en tierra, pero ellos insistían día y noche y parecía que nuestra táctica de evitarlas daba lo mismo; la Infantería de Marina en tierra comenzaba a disparar contra nosotros tan pronto como ordenaba el ataque. Deteníamos nuestro ataque, hacíamos un gran circuito alrededor de nuestro objetivo y esperábamos hasta que se hubiera despejado, de forma que nuestros muchachos pudieran ver quiénes éramos". "Después del ataque volvíamos a bordo del buque a las 09:00. El barco estaba en zafarrancho de combate, como si estuviera jugando a las películas; cambiaba a Condición Uno Tranquila a las 10:00; yo bajaba a mi oficina, que estaba justo por debajo de la cubierta del hangar, cerca de la sala de preparación. Aquel día había realizado un cambio en el programa del escuadrón de torpedos y le dije al capitán que podía dejar su situación de zafarrancho de combate. Acabábamos de empezar a comentar el cambio en el programa cuando sentimos el impacto del primer kamikaze. "Menos de tres minutos después llegó un segundo kamikaze, que impactó en la junta entre la isla y la cubierta de vuelo. La bomba explotó abriendo la cubierta y matando a la mayoría de los muchachos de la sala de preparación. "Controlamos los fuegos en torno a las 18:00 y, poco después, conseguimos por fin llegar hasta la tripulación de máquinas, que habían muerto como ratas en la sala de máquinas debido al humo y al calor; a pesar de esta dificultad, el buque nunca bajó de los diez nudos. A continuación, nos pusimos a intentar que el buque recuperara su velocidad total ya que los japoneses se echarían todos sobre nosotros debido a la horrible cortina de humo que habíamos formado, señalando donde nos encontrábamos. En algún punto del camino me encontré con nuestro Jefe de Máquinas, que se encontraba conmocionado, vagando como un zombie. Había hecho un trabajo maravilloso manteniendo el Bunker Hill en movimiento. No fue hasta la mañana siguiente cuando se extinguieron todos los fuegos. Desde la cámara de oficiales llegué hasta la cubierta del hangar, había olvidado por completo que allí era donde yacían todas las bajas de mi unidad. La imagen que se me presentó quedará grabada en mi mente para siempre. Los enterramos en el mar al día siguiente. Los ataques kamikazes pusieron punto final a nuestro periodo de servicio en combate". —LOS F4U DE LA INFANTERÍA DE MARINA— EN OKINAWA Los Corsair de la Infantería de Marina llegaron a Okinawa el 7 de abril en la forma del MAG-21, equipados de forma similar al MAG-33, que llegó dos días después. El VFM-3 11 del Capt Perry Lin Shuman (6 derribos) del MAG-3 1 estaba equipado con los F4U- 1 C y, operando desde Yontan, con siguió 71 derribos durante esta campaña. El VMF-323 Death Rattlers (Serpientes de la muerte) del Maj George C. Axteil (6 derribos), del MAG-33, tuvo incluso más éxito mientras operó desde Kadena, al acumular el registro de derribos más elevado, reclamando 124,5 aviones derribados, frente a ni una sola baja propia y produciendo siete ases durante este proceso. Esta unidad fue el último escuadrón de Corsair de la Infantería de Marina de EE UU formada durante la II Guerra Mundial. Realizó misiones de ataque terrestre contra blancos en Okinawa y Japón, así co mo enfrentamientos contra los kamikazes. En las siguientes entrevistas, tres de los pilotos de esta unidad, George Axtell (el primer CO de la unidad), Jerry O’Keefe (7 derribos) y Jack Broering, describen algunas de las operaciones del VMF-323. George Axtell: "Yo era instructor de vuelo en Cherry Point en 1943 y responsable del entrenamiento del vuelo por instrumentos en los SNJ. Yo era un comandante joven y mi CO al mando del MAG-32 era el Lt Col John L. Smith (19 derribos con los F4F), condecorado con la Medalla de Honor en Guadalcanal. Volábamos juntos y nos hicimos muy amigos. En aquel periodo la aviación de la Marina estaba aumentando rápidamente y, aunque era joven y no me consideraba cualificado, Smith me otorgó el mando del VMF-323. Lo asumí y decidí que el grupo que tuviera iba a ser el mejor. No sabíamos qué diablos estábamos haciendo, pero creíamos que podíamos acabar con cualquiera. No teníamos dudas sobre nuestra capacidad y nos medíamos con confianza con los veteranos de Guadalcanal durante la instrucción de combate. También realizamos interceptaciones de los B-24 y B-25 de la Fuerza Aérea del Ejército, llevando a cabo ataques nor males contra ellos. Les dije a mis hombres que cuando llevaran a cabo sus ataques verticales todo lo que tenían que hacer era mantener el pequeño agujero del retículo sobre el morro del bombardero y pasarían justo por su cola, evitando al bombardero de detrás. También realizamos ataques desde la parte frontal inferior, sobrepasando sus morros para luego entrar en un tonel descendente. La primera vez que lo hicimos yo entré en tonel y me lancé en picado para atacar el primero, seguido de mi unidad. Los bombarderos se dispersaron por to das partes ya que debían tener pilotos bastantes novatos. No quisieron que realizáramos más interceptaciones sobre ellos". "La mayoría de nuestros derribos se convertían en grandes bolas de fuego. Los aviones en llamas normalmente estallaban, por lo general justo cuando les pasábamos. Disponíamos de cámaras en las ametralladoras, pe ro desgraciadamente no eran las mejores y teníamos grandes dificultades para ver exactamente lo que habíamos recogido en la película. Es más, Inteligencia retiró la mayoría de ellas, así que sólo podíamos utilizar las pocas que nos dejaron. Habría deseado que en aquella época hubiéramos tenido más unidades de ellas ya que habríamos aprendido mucho más y, por lo tan to, habríamos podido mejorar aún más nuestra táctica. Los pilotos solían describir lo que veían, pero sus descripciones a menudo diferían de lo que realmente aparecía en las películas. Por ejemplo, los pilotos podían decir que estaban a 400 metros por detrás de un avión enemigo y la película de mostraba que estaba al menos a 1.200 metros de distancia. Las películas también nos permitían coordinar las horas y las posiciones y, al comparar las, también podíamos verificar nuestros registros de victorias". Jerry OKeefe: "Nos enviaron al Pacífico Sur después de varias semanas en Hawai, haciendo pocas cosas que incidieran en las acciones de guerra hasta que llegamos a Okinawa durante la Semana Santa de 1945. Entonces yo tenía 21 años y pensaba que nuestro CO, Maj Axteli, tendría 23 o 24 años. Creía que yo era uno de los ases más jóvenes con 21 años. Axteli, nuestro segundo jefe, Jefferson D. Dorroh (6 derribos), y yo nos convertimos en ases en un solo vuelo. Dorroh consiguió seis y Axteil y yo cinco cada uno. Ésta fue la primera vez que nosotros tres nos habíamos enfrentado al enemigo en combate aéreo, la fecha fue el 22 de abril de 1945". "El 28 de abril, Axteil mandaba una escuadrilla de 16 aviones y yo era su jefe de sección, siendo ésta mi posición habitual. Localicé aviones no identificados a las tres, bastante por debajo de nosotros, y en dirección sur hacia los buques de Okinawa. Aparentemente, nadie más de nuestra es cuadrilla vio a los aviones no identificados, así que pedí permiso para ir a por ellos con mi punto, el Lt BilI Hood (5,5 derribos). Según viramos a nuestra derecha y comenzamos un ligero picado quedó claro que eran enemi gos en lugar de aviones no identificados. Comuniqué esta información a nuestra escuadrilla, que entonces se encontraba a nuestra retaguardia. Con señales de mano, Hood y yo nos separamos, Hood a la derecha y por de trás de los enemigos y yo a la izquierda, por detrás y también por encima. Aparentemente el enemigo nunca llegó a vernos hasta que comenzamos a disparar. Hood alcanzó a dos en su primera pasada y yo a uno. A continuación, viré y seguí a otro mientras se lanzaba en picado directamente hacia abajo, derribando a mi segundo enemigo. Nunca volví a ver aviones enemigos en vuelo. La segunda acción me proporcionó la séptima victoria y, durante un tiempo, fui el as con más victorias en Okinawa. Posteriormente, el Lt J. W. Rus hsam y el Lt R. Wade también consiguieron siete derribos cada uno". Jack Broering: "El frente estaba a sólo 10 km de distancia del campo de aviación de Okinawa, así que podíamos ver a otros Corsair realizar sus ataques. También estábamos bastante cerca del fuego de tierra pero, según avanzó la campaña, nos alejamos más y más de su alcance". "Los ataques con proyectiles y los bombardeos eran bastante parecidos y sólo se diferenciaban por la cantidad de plomo que se enviaba al objetivo. Nuestros proyectiles, de 127 y 88,9 mm, eran buenas armas. Me gustaban ya que pensaba que eran las armas más eficaces que teníamos. Normalmente, las disparábamos en un picado de 45°, a unos 640 kilómetros por hora. Si se iba demasiado deprisa, se empezaba a perder el mando del timón de profundidad. Con los proyectiles se podía colocar el pequeño agujero del retículo sobre el blanco, mientras que con las bombas había que valorar la dirección correcta para que cayeran donde se quería. Con el napalm se hacía una aproximación más plana, intentando extenderlo por una zona amplia. Lo lanzábamos a unos 100 pies, con el napalm almacenado en nuestros depósitos de combustible; no era demasiado preciso. Lo utilizábamos para atacar los túneles y las cuevas y, algunas veces, conseguíamos colocarlo justo en las entradas". "Todos habíamos sido preparados como pilotos de caza y nuestro objetivo final era salir y derribar a alguien. Así que todos esperábamos esa oportunidad, pero era una cuestión de estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. El 22 de abril nuestro escuadrón derribó 25 aviones en unos 20 minutos. Mi escuadrilla volvía de una patrulla de combate aéreo rutinaria cuando todos comenzaron a anunciar aviones no identificados. Nos quedaba bastante combustible, pero el buque al mando no nos permitió volver y participar en el combate ya que había que seguir los pro gramas. En otra ocasión estábamos de camino hacia nuestro destino cuando localicé a cuatro Tony que llegaban hasta nosotros a baja altura. Lo comuniqué, pero mi jefe de sección no pudo verlos y no me transfirió el mando. Otros miembros de mi escuadrilla también los vieron y nos pusimos a gritar por la radio, saltando en nuestras cabinas, pero sin que sir viera de nada. No pude asumir el mando ni abandonar mi posición, así que tuvimos que seguir volando. Hubiera sido una oportunidad perfecta para haber conseguido una victoria, pero no pudo ser". "Afortunadamente, una patrulla por detrás de nosotros acabó con ellos. El 28 de mayo, después de un despegue antes del amanecer, estábamos patrullando en nuestra zona cuando el buque de control anunció un avión no identificado. Se mantuvo en la misma posición relativa con respecto a nosotros durante todo el tiempo, por lo que resultaba evidente que un avión nos seguía en la capa de nubes por encima de nosotros. Nos separamos; dos de nosotros fuimos por encima de las nubes y los otros dos esperaron abajo. El enemigo debió de creer que toda la escuadrilla estaba ascendiendo, así que fue hacia abajo. La otra sección informó que estaba allí abajo, así que nosotros también bajamos. Un rayo de luz solar del ama necer iluminaba el agua, y el avión enemigo volaba justo por debajo; no pudo salir de él. Los otros dos estaban esperando y derribaron el Tojo". EL SHANGRI-LA Después del retiro del Bunker Hill, los F4U del Essex y el Bennington se quedaron acompañados únicamente por el Grupo Aéreo 85 a bordo del Shangri-La. El Lt Joe D. Robbins (5 derribos) fue destinado al VBF-8, que utilizaba los F4U-1C. Había conseguido anteriormente dos victorias pilotando los F6F con el VF-6, a bordo del Intrepid. "El 8 de abril de 1945 salimos de la Isla Ford y el 26 de abril de 1945 nos unimos a la agrupación táctica de portaaviones cerca de Okinawa. Teníamos 16 portaaviones que conformaban tres grupos operativos. Cada día un grupo operativo se abastecía mientras los otros dos atacaban objetivos en Ja pón. El 4 de mayo yo era el jefe de escuadrilla de 12 F4U-IC, que realizaba una patrulla de combate aéreo sobre un destructor a 20 km al norte de Okinawa. Los japoneses enviaban aviones desde Japón para atacar a nuestras fuerzas en Okinawa y nuestros buques en el mar. En ocasiones, los aviones kamikazes volaban a baja altura mientras que la cobertura de sus cazas es taba a una altura superior. Nuestra misión consistía en interceptar y derribar aquellos aviones. Despegábamos a primera hora de la mañana desde el Shangri-La y nos colocábamos en posición. Como siempre, cargábamos y comprobábamos nuestras ametralladoras después de despegar. A mi división se le asignó una altitud de 20.000 pies, mientras que la segunda división se encontraba a 10.000 pies y la tercera a 5.000 pies. Llevábamos poco tiempo en nuestra posición cuando, a las 08:30, recibimos un vector de un avión no identificado a una distancia de 41 km y se nos informó que se encontraba por debajo de nosotros. Me quedaba combustible en el depósito inferior y no quería soltarlo hasta que viera el avión". "Estos vuelos duraban unas cuatro horas, así que no convenía soltar el depósito hasta que hubiera que hacerlo. Coloqué mi mano izquierda en el conmutador como preparativo, listo para pasar al depósito principal de combustible y dejar caer el depósito inferior cuando viera el avión. Todos estábamos mirando hacia abajo cuando, de repente, llegaron desde arriba unos 30 Zeke y nos atacaron. No les vimos aproximarse ya que había niebla y además nos habían informado de que estaban por debajo. Cambié de depósito y solté el depósito inferior, realizando al mismo tiempo un viraje brusco; tenía que hacerlo. Sin embargo, al actuar así el motor no recibió combustible y se paró. Sólo se tarda unos segundos en cambiar y conseguir de nuevo la succión, pero yo no disponía de esos pocos segundos. No se recibe succión cuando se realizan virajes bruscos y yo los estaba haciendo realmente. Tenía un avión en el alza de mis ametralladoras que venía desde la posición de las 10 en punto. Intenté un disparo con una deflexión de 30° y apreté el disparador: no tenía ametralladoras. "Aquellos aviones enemigos eran la cobertura de escolta de los aviones kamikazes que iban por debajo. Aunque a mí no me alcanzaron, sí derribaron a mi punto, Frank Siddall, y al jefe de la segunda sección, Sonny Chernoff, para marcharse después. A continuación, la división los interceptó a 5.000 pies. Yo estaba a unos 16.000 pies cuando conseguí arrancar el motor y seguí a mi punto hacia abajo; hizo un buen amerizaje en el agua y yo me quedé por encima hasta que un destructor lo recogió 35 minutos después. El destructor que le recogió, el St. George, fue alcanzado por un kamikaze dos días después cuando él todavía estaba a bordo". "Ninguno de los cuatro aviones de mi división pudo utilizar las ametralladoras. En aquel momento, éramos la única unidad de la Marina que disponía de cañones de 20 mm. Aquella tarde los comprobamos a altitud elevada y descubrimos que se congelaban y que no disparaban en torno a los 15.000 pies. Lo verificamos con Washington y nos enteramos de que los vuelos de comprobación a altitud elevada se habían suspendido. Desde entonces, nos limitamos a los 12.000 pies hasta que conseguimos los calentadores para las ametralladoras. Seguimos realizando patrullas de combate aéreo y ataques contra blancos por debajo de esa altitud. El VBF-85 (con ametralladoras de 12,7) realizó las patrullas de combate aéreo a mayor altura". "El 10 de julio de 1945 yo formaba parte de una misión de caza libre compuesta por 16 aviones contra los campos de aviación de la zona de Tokio. Nuestra misión consistía en dejar fuera de combate a la Fuerza Aérea japonesa, bien en tierra o en el aire. Se realizaron misiones de caza libre contra los campos de aviación de Katori, Choisi, Konoiki, Ikisu, Kitaura, Hokoda, Kashiwa, Imba y Shiroi. Fue un día victorioso en el que causamos daños considerables a la aviación japonesa sobre el terreno. No en contramos ningún tipo de oposición aérea del enemigo. Desde el 10 de julio hasta el 15 de agosto seguimos realizando misiones de caza libre sobre Japón, las cuales trataban en la mayoría de los casos de blancos de oportunidad en Hokaido, Tokio, Honshu, Kyushu y Osaka. Nuestro armamento se componía habitualmente de cuatro cañones de 20 mm, 8 proyectiles de 203,2 mm y o bien una bomba de 456 kg o dos de 228 kg. El 15 de agosto de 1945, a las 05:3 0, despegamos con una escuadrilla de 12 aviones para atacar la central eléctrica de Shibura, en Tokio, con una do cena de bombas de 456 kg. Aquel emplazamiento era un blanco prioritario que nunca antes había sido atacado. Justo cuando comenzamos a vislumbrar la costa de Japón nos dieron un toque de llamada: ‘Lanzad las bombas y volved a la base; la Guerra ha terminado’. Soltamos nuestro armamento al agua y dimos la vuelta. Estaba nublado y algunos estaban por encima de las nubes, oí gritar a la gente: ‘No las soltéis ahora, estamos por debajo de vos otros,’. "Cesaron nuestras operaciones ofensivas y nos dijeron que simplemente nos protegiéramos ‘derribando a los merodeadores’, no vengativamente, sino de forma amistosa. Los aviones japoneses continuaron sus ataques en número considerable y muchos aparatos fueron derribados, la mayoría por parte de la artillería antiaérea y los cazas de las patrullas situadas a unos 32-48 km de la flota. El 22 de agosto volé en una formación de gala de 1.000 aviones sobre la flota para conmemorar el final de la guerra". . :