Capítulo 9 ¿UNA SOCIEDAD INFORMÁTICA SERÁ UNA SOCIEDAD DE CONFLICTOS CULTURALES? Una sociedad de alta productividad: una sociedad acosada por conflictos El procesamiento de datos hace posible y acelera el surgimiento de una sociedad muy productiva, con menos trabajo pero más efectivo y empleos muy diferentes de los impuestos por la vida industrial. Este cambio ha comenzado: una gran disminución de la fuerza laboral en los sectores primario y secundario, un aumento de los servicios y, sobre todo, una multiplicación de las actividades en las que la información es la materia prima. Irá acompañado de un cambio en la estructura de las organizaciones y por las fluctuaciones en las actitudes hacia el trabajo. En Francia, desde la última guerra, han crecido grandes conglomerados industriales, regidos por la ley del rendimiento creciente. Para ciertos tipos de producción, esto continuará: será necesario aceptar sus limitaciones, sin excesivas ilusiones en mejorías, como la participación en los beneficios y las comodidades, compatibles con la disciplina que es una de sus características intrínsecas. Sin embargo, algunas experiencias francesas y numerosos ejemplos en el extranjero demuestran que las nuevas técnicas, y especialmente las relacionadas con la automatización y el procesamiento de datos, pueden multiplicar los ámbitos en los que la pequeña organización es superior en eficacia a la grande. Las tensiones sociales, la entropía y la vulnerabilidad típicas de las instituciones demasiado grandes conducirán a una generalización de esta dispersión de la producción: el taller reemplazará a la fábrica, la sucursal reemplazará al conglomerado. Por lo tanto, gradualmente la industria irá desempeñando un papel menor y muchas de sus instalaciones se dividirán. Además, la tendencia general de la sociedad requerirá una cantidad decreciente de trabajo productivo. En términos de volumen total, esta evolución es inevitable. La escena social tradicional tenderá a volverse menos estructurada a medida que pase de una sociedad industrial y orgánica a una sociedad de la información polimorfa. Las relaciones basadas en la producción ya no serán la única matriz de la vida social. Las rivalidades ya no serán entre dos clases estructuradas por su lugar en el proceso industrial sino entre innumerables grupos móviles, condicionados por la diversidad de sus miembros y de sus proyectos. El origen y el alcance de tales conflictos se extenderán a toda la sociedad. ¿Cómo distribuirá la confrontación entre estos grupos las tareas y las recompensas del empleo productivo, la definición de sus fines? En un mundo en el que el "valor del trabajo" será eliminado, ¿perderá el trabajo como valor su importancia? Como resultado de la herencia religiosa y la práctica diaria, sus virtudes socializadoras y su valor de seguridad lo han convertido en la piedra angular de la organización social a lo largo de los siglos. ¿El resto de la actividad productiva será responsabilidad del ejército de reserva de inmigrantes que constituye el bajo proletariado y prerrogativa de unos pocos neuróticos producidos en las grandes incubadoras de tecnología? ¿Seguirá existiendo una "clase obrera" o el trabajo, por el contrario, estará distribuido entre una población más numerosa, pero dividida entre una actividad principal que proporciona estatus y protección social y una multitud de ocupaciones dedicadas a formas de producción fuera de la UE? los canales comerciales tradicionales, al disfrute del ocio, o simplemente a la vida social? Qué reglas, qué valores comunes regirán la inevitable coexistencia de al menos tres formas de organizaciones colectivas: grandes empresas dedicadas a la racionalización y la máxima productividad; pequeñas unidades de trabajo que abren el camino a la innovación, a nuevos productos y a nuevos consumos, y cuya ley seguirá siendo la agresividad, la asunción de riesgos y la búsqueda del máximo beneficio; y servicios públicos, cooperativas, asociaciones y grupos altamente descentralizados, con poca preocupación por los rendimientos económicos y financieros, pero ¿consumidores de mano de obra y proveedores de servicios? ¿Cómo, dentro de una sociedad convivial bajo la restricción de la estabilidad externa, se establecerá el sutil equilibrio entre dos mundos tan extraños entre sí pero también tan indispensables el uno para el otro como el mundo nuclear y el de Illich? El desplazamiento del conflicto está empezando a sentirse en la mayoría de los países modernos. Los conflictos seguirán apareciendo en los negocios durante mucho tiempo, pero lo que los desencadena se va trasladando paulatinamente a otros ámbitos de confrontación: la ciudad, la salud, la educación, etc. Los disturbios estudiantiles de 1968 fueron un primer signo de esta transformación, que ha sido prolongada por el movimiento ecologista. La proliferación de la vida social, la percepción de solidaridad en la oposición, en la vecindad y en el ocio, muestran nuevos deseos, provocan nuevas experiencias y demuestran la presencia de tensiones ajenas al mundo de la producción. Estos movimientos están tan bien percibidos que la vida política actual es una carrera para atraerlos. Sin embargo, sólo están iniciando la transición hacia una sociedad altamente productiva, donde los conflictos serán predominantemente por factores culturales y donde su apropiación se convertirá en la fuerza motriz de la historia. Es entonces cuando, lenta pero seguramente, la telemática afectará a los principales instrumentos de la cultura: el lenguaje, en sus relaciones con el individuo, e incluso en su función social; y el conocimiento, como extensión de la memoria colectiva y como herramienta para lograr la igualdad o discriminación de grupos sociales. Telemática y conflictos culturales: lengua y conocimiento Mientras los sumerios escribían los primeros jeroglíficos en tablillas de cera, vivían, probablemente sin darse cuenta, un cambio decisivo para la humanidad: la aparición de la escritura. Y, sin embargo, iba a cambiar el mundo. En la actualidad, el procesamiento de datos tal vez esté introduciendo un fenómeno comparable. Las analogías son sorprendentes: extensión de la memoria; proliferación y cambios en los sistemas de información; posiblemente un cambio en los modelos de autoridad. Las sorprendentes similitudes pueden parecer exageradas. La importancia de esta transformación, sin embargo, sigue siendo incomprensible para quienes la viven, a menos que se la considere desde el punto de vista de Fabrice en Waterloo. Incluso falta un método: si el procesamiento de datos produce a largo plazo un cambio decisivo en el lenguaje y en el conocimiento, implicará cambios en el pensamiento, en los conceptos y en el razonamiento, que lentamente borrarán las herramientas utilizadas para pronosticarlos. ¿Qué hacer, hacer preguntas que no tienen respuesta y dar respuestas sólo para plantear nuevas preguntas? Telemática, lenguaje y dominio La enorme extensión del procesamiento de datos que se producirá cuando se estandarice el vocabulario de acceso afectará al lenguaje y la sintaxis. Al penetrar en las actividades basadas en la comunicación (trabajos de oficina, elaboración de instrumentos jurídicos, composición de textos, etc.), la telemática recurre a un lenguaje aparentemente vehicular que en realidad es de otra naturaleza, porque es modular. Como ejemplo del futuro, la informática ofimática intenta reproducir los diálogos de forma estrictamente limitada a sus necesidades y está inventando un lenguaje simplificado para comunicarse con el mínimo coste. Esta evolución prevalecerá a lo largo de los años: combina facilidad y eficacia sacrificando parte del contenido, al que los intelectuales son más sensibles que los directivos. En el primer periodo, esta aplicación del procesamiento de datos a la escritura afectará a los textos más pobres en "significantes". Esto no supondrá un cambio importante en relación con un modo de escribir que ya es repetitivo y mecánico. ¿Pero más allá de eso? ¿Dónde terminará la comunicación procesada cuando los hogares comiencen a estar equipados con computadoras? Esta pregunta podría parecer injustificada sin el precedente de las calculadoras electrónicas. Hace quince años nadie habría imaginado la proliferación de dispositivos baratos al alcance de todos y especialmente de los estudiantes. Hoy la pregunta ya no es si el cálculo mental va a perder importancia sino cuándo va a desaparecer. ¿En qué se convertirá la escritura tradicional cuando el lenguaje procesado, más pobre pero suficiente para expresar el significado esencial de los mensajes relacionados con la vida cotidiana, esté disponible para todos? El lenguaje traduce y genera un método de organización: tocarlo es sacudir a la sociedad misma. En efecto, produce y reproduce la jerarquía social; ciertamente, el discurso de las clases bajas está ahora más alejado del de las clases dominantes que de sus respectivos estilos de vida. La desigualdad cultural es ahora predominante y el idioma juega un papel importante en ella. ¿La adopción generalizada del lenguaje procesado favorecerá la emancipación o enfatizará las diferencias? No afectará a todos los usuarios por igual. Sin duda, no dejará de mejorarse y será capaz de mantener diálogos cada vez más elaborados. Pero su propagación entre las diferentes clases sociales no será uniforme: no mostrarán igual resistencia a la introducción de un lenguaje codificado y abreviado. Su permeabilidad dependerá de su nivel cultural, y como este último no es similar, la telemática tendrá un efecto discriminatorio. Más que nunca, la lengua se convertirá en una apuesta de la cultura. Los grupos opuestos tendrán dificultades para apropiárselo. Telemática, conocimiento y poder El modelo cultural de una sociedad depende también de su memoria, cuyo control condiciona en gran medida la jerarquía del poder. El acceso a fuentes de información infinitamente mayores implicará cambios básicos y afectará la estructura social modificando los procedimientos de adquisición de conocimientos. Con la telemática, el almacenamiento de información cambia de tamaño y de naturaleza. El almacenamiento en computadoras requiere un esfuerzo organizacional, basado tanto en limitaciones técnicas como en imperativos financieros. El establecimiento de bancos de datos será el comienzo de una rápida reestructuración del conocimiento, siguiendo patrones que ahora son difíciles de definir. El cambio se producirá por iniciativa de los patrocinadores de dichos bancos, probablemente en Estados Unidos. Prevalecerán, por tanto, los criterios provenientes del modelo cultural americano. Por tanto, el procesamiento de datos corre el riesgo de estar en el origen de una de esas discontinuidades en torno a las cuales gira el conocimiento. Las fronteras de las disciplinas serán más fluidas, más móviles, porque serán el resultado de múltiples codificaciones, de esfuerzos dispersos sin dirección ni diseño. Esta evolución, relacionada principalmente con la naturaleza de los bancos de datos, reflejará la influencia de la cultura estadounidense, que no está organizada en cuerpos de batalla ni establece gremios. La multiplicación de configuraciones reducirá la importancia de unificar clasificaciones; El conocimiento perderá entonces el reconfortante apoyo de una tradición y de una sociología. ¿Obtendrá una pizca de libertad? El procesamiento de datos también revolucionará una cultura individual que consiste principalmente en la acumulación de conocimientos exactos. Entonces la discriminación se basará menos en el almacenamiento de conocimientos que en la capacidad de investigarlos y utilizarlos. Los conceptos prevalecerán sobre los hechos, la iteración sobre la recitación. Aceptar esta transformación constituirá una revolución copernicana para la pedagogía. La prioridad dada a la adquisición de un microconocimiento universal está ahora relacionada con un concepto de cultura cuya permanencia está asegurada por la escuela. Esto es inseparable de las características sociológicas del mundo de las escuelas y universidades, del sistema especial de méritos en el que se basa y de la ideología que prevalece entre los profesores. Esta oscilación hacia estructuras y conceptos de aprendizaje ciertamente se producirá lentamente. Se abrirá con un período en el que la enseñanza aún no se ajustará a la metamorfosis que representan los bancos de datos. Durante ese período, los niños, para quienes la escuela es el principal molde cultural, quedarán indefensos ante esta nueva aproximación al conocimiento. Todos los cambios en el conocimiento van acompañados de cambios sociales. El ascenso de la clase media fue simultáneo al del libro; la aparición de las clases tecnocráticas, con el desarrollo de la economía, la sociología y la psicología; es decir, las nuevas disciplinas que enriquecieron los métodos mediante los cuales se podía ejercer el poder. La revolución telemática tendrá consecuencias que no pueden evaluarse en la actualidad. Habría que tener un concepto muy estático del cambio social para considerarlo como un "Juego de la oca" en el que un grupo retrocede unos pasos y otro avanza unos pasos conocidos de antemano.