Finger recibe ese nombre por el acto de señalar con el dedo. Recuerdo que un tiempo después que se hizo popular, recibí un mensaje de un administrador de sistema quien pensaba que debía cambiársele el nombre, para que los usuarios no lo usaran como una mala palabra. A este pedido le di toda la consideración que se merecía. Programé Finger alrededor de 1971 para hacer frente a una necesidad local del Laboratorio de Inteligencia Artifical de Stanford. Generalmente trabajábamos allí por largas horas, y a menudo con horarios impredecibles. Si necesitabas encontrarte con algún grupo, se hacía importante saber quién estaba presente y cuando podían reaparecer los demás. También era importante poder localizar potenciales jugadores de vóley cuando quisieras jugar, enfermos de la comida china cuando quisieras comer, y usuarios de computadora antisociales cuando parecía que algo extraño había ocurrido en el sistema. La única herramienta disponible para ver quién estaba operando nuestra computadora DEC-10 era un programa llamado WHO que te mostraba los ID y números de terminal de aquellos que estaban en línea. No proporcionaba información alguna sobre quienes no estaban logueados. A menudo veía a la gente pasar el dedo por los resúmenes de WHO diciendo "este es Don y esta es Pattie, pero no sé cuando aparecío Tom", o "quien carajo es VVK y donde va la línea 63?". Escribí Finger y desarrollé la base de datos de soporte para proveer esta información en términos humanos tradicionales: lugares y nombres reales. Porque prefería hablar cara a cara en vez de hacerlo por la computadora o un teléfono. Le puse una característica que te decía por cuanto tiempo había estado detenida la terminal, de modo que uno podía suponer la posiblidad de encontrar a alguien en el pasillo si se lo buscaba. El programa fue un éxito instantáneo. Algunos me pidieron que le agregara la característica de poder dejar un archivo Plan de modo que pudieran explicar su ausencia, o bien indicar como podrían ser contactados en horas extrañas, de modo que lo agregué. Descubrí que esta característica terminó evolucionando para permitir ciertos comentarios sociales, y sobre todo observaciones sorprendentes de la vida. Finger fue escogido por muchos otros grupos con acceso a computadoras DEC-10 conectadas al ARPANET: el software fluía en todas direcciones en al red en esos tiempos. Luego se lo migró a UN*X, probablemente a través de la Universidad de Berkeley. En algún momento terminó surgiendo la idea de proveer un servicio de Finger para las redes de datos. No recuerdo quién fue que lo sugirió, pero en ese momento pareció una buena idea y prosperó. Algunos muy ansiosos quería ser capaz de verificar si su correo electrónico había sido entregado a direcciones específicas, de modo que se agregó una función de aviso de retiro de correo electrónico. Si bien me sorporendió en alguna medida la popularidad de Finger, nunca tuvo tanto éxito como un programa anterior que inventé: el corrector ortográfico. A ese también lo creé para solucionar una necesidad personal que aparentemente tenían muchos otros también. En esos tiempos no pensábamos en el desarrollo comercial ni en la protección del software. Si lo hubíesemos hecho, probablemente hubiésemos sacado algo de eso. Por otro lado, disfruté de la camaradería de aquellos tiempos más amables, y no lo lamento. -Les Earnest (Les@Sail.Stanford.edu)