# Rodolfo Walsh hackeando teletipos Escribo esto un 24 de marzo, el del 2021 para ser precises, donde al igual que todos los años conmemoramos un aniversario del oscuro día de 1976 en el que las cúpulas de las Fuerzas Armadas tomaron el poder y desataron la dictadura más sangrienta de la historia argentina. El saldo del Terrorismo de Estado ejercido desde 1976 a 1983 fue terrible: 30000 desaparecidos, centros de detención clandestinos donde se torturaba a les detenides, apropiación de bebés nacides en cautiverio, un plan económico neoliberal que endeudó y entregó el país a merced de multinacionales y gobiernos de otros países, entre muchas más atrocidades. El aparato represivo constuyó un plan sistemático de desaparición de personas: perseguían a aquelles que se habían unido a la lucha armada, a militantes políticos, escritores, intelectuales, artistas, estudiantes, docentes, científiques, hasta a las madres que reclamaban todos los jueves en Plaza de Mayo por sus hijes y nietes. Un año después del comienzo de la dictadura, el 24 de marzo de 1977, el periodista, escritor y traductor Rodolfo Walsh publica su [Carta abierta de un escritor a la Junta Militar](https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_abierta_de_un_escritor_a_la_Junta_Militar), en la que denuncia cómo los sectores dominantes de la sociedad argentina venían preparando desde hace mucho tiempo el golpe de Estado. Les habla en primera persona a la Junta Militar, les reclama por la muerte de su hija y amigos, y la firma con su nombre. Al día siguiente Rodolfo es interceptado por un grupo de tareas de la [ESMA](https://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Mec%C3%A1nica_de_la_Armada) que lo hiere con una ráfaga de ametralladora, lo chupan en uno de sus vehículos y desde ese día Rodolfo Walsh se suma a la lista de los 30000. Se puede hablar horas de la vida y obra de Walsh, pero quería traer a texto-plano una historia que se remonta a 1961, que lo tiene a él como protagonista y podría situarlo como **el primer hacker argentino**. ## El primer hacker Argentino Luego de la triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Rodolfo Walsh viaja a la isla caribeña donde funda, junto a Jorge Masetti, Rogelio García Lupo y Gabriel García Márquez, la agencia de noticias Prensa Latina. Al año siguiente y de manera accidental Rodolfo intercepta unos mensajes de teletipo enviados desde Guatemala a Washington. Como ya era costumbre desde hacía más de 100 años, los mensajes estaban obviamente encriptados. Gracias a su afición a las matemáticas y a la criptografía, y a la ayuda de unos manuales de criptografía que consiguió en una librería de la Habana, Rodolfo fue capaz de descifrar el mensaje. Para su sorpresa, el contenido del mismo revelaba los preparativos de un desembarco en Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos en plan de combatir la revolución. Incluía la ubicación del sitio donde empezaban a preparase los reclutas: la hacienda Retalhuleu, al norte de Guatemala. Ese mismo año, las fuerzas contrarrevolucionarias son repelidas en Playa Girón o Bahía de los Cochinos. ¿Cuál hubiera sido la historia si Rodolfo no hubiera podido descifrar esos mensajes? Gabriel García Marquez cuenta esta historia en primera persona: > En realidad, fue Rodolfo Walsh quien descubrió - desde muchos meses antes - que > los Estados Unidos estaban entrenando exiliados cubanos en Guatemala para > invadir a Cuba por Playa Girón en abril de 1961. Walsh era en esa época el jefe > de Servicio Especiales de Prensa Latina, en la oficina central de La Habana. Su > compatriota Jorge Ricardo Masetti, que era el fundador y director de la > agencia, había instalado una sala especial de teletipos para captar y luego > analizar en juntas de recreación el material informativo de la agencias > rivales. Una noche, por un accidente mecánico, Masetti se encontró en su > oficina con un rollo de teletipo que no tenía noticias, sino un mensaje largo > en clave muy intrincado. Era en realidad un despacho del tráfico comercial de > la Tropical Cable de Guatemala. > > Rodolfo Walsh, que por cierto repudiaba en secreto sus antiguos cuentos > policiales, se empeñó en descifrar el mensaje con la ayuda de unos manuales de > criptografía recreativa que se compró en una librería de lance de La Habana. Lo > consiguió al cabo de muchas noches insomnes, sin haberlo hecho nunca y sin > ningún entrenamiento en la materia, y lo que encontró dentro no sólo fue una > noticia sensacional para un periodista militante, sino también una información > providencial para el gobierno revolucionario de Cuba. El cable estaba dirigido > a Washington por el jefe de la CIA en Guatemala, adscrito al personal de la > embajada en ese país, y era un informe minucioso de los preparativos de un > desembarco en Cuba por cuenta del gobierno norteamericano. Se revelaba, > inclusive, el lugar en donde empezaban a prepararse los recluías; la hacienda > de Retalhuleu, un antiguo cafetal al norte de Guatemala. > > Un hombre con el temperamento de Masetti no podía dormir tranquilo si no iba > más allá de aquel descubrimiento. De pronto concibió la idea magistral. La > concibió en la puerta de su oficina, viendo a Rodolfo Walsh que se acercaba por > el estrecho vestíbulo con su andadura un poco rígida y sus pasos cortos > y rápidos. Tenía los ojos claros y risueños detrás de los cristales de miope > con monturas gruesas de carey, tenía una calvicie incipiente con mechones > flotantes y pálidos, y su piel era dura y con viejas grietas como el pellejo de > un cazador en reposo. Viéndolos acercarse. Masetti me preguntó a qué se parecía > > Rodolfo Walsh, y yo le contesté que tenía cara de pastor protestante. > > "Exacto, -replicó Masetti radiante, y precisó- pero de pastor protestante que > vende biblias en Guatemala". > > Además, como descendiente directo de irlandeses, era un bilingüe perfecto. De > modo que el plan de Masetti tenía pocas probabilidades de fracaso: Rodolfo > Walsh se iría a Guatemala con un vestido negro y un cuello de celuloide > volteado predicando los horrores del Apocalipsis, que se sabía de memoria, > y vendiendo biblias de puerta en puerta, hasta infiltrarse en los campos de > entrenamiento. Habría sido, pensábamos con entusiasmo, el reportaje grande de > la época. Sólo que el gobierno de Cuba tenia ya otros planes.
Memoria, Verdad y Justicia
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