En Defensa de la Grabacion Pobre Este ensayo (si se me permite llamarlo así) fue creado con la intención de compartirlo y que pueda ser mejorado, ampliado, reubicado en el mundo digital con otras palabras, cercenado y vuelto a escribir para que nos olvidemos de la sofisticación, para que yo me pueda olvidar de la sofisticación y de la búsqueda del perfeccionismo. Mientras leemos a Hito Steyerl con su Defensa de la Imagen Pobre, no puedo dejar de preguntarme y esbozar una reflexión acerca de si cabría un punto de comparación con los que nos consideramos (casi) músicos caseros y realizamos grabaciones en nuestras casas con elementos de muy bajos recursos. ¿Cuál es el punto de partida? La grabación pobre nos trae por sendas de CPUs viejos, placas de sonido que dejan entrever algún que otro ruido de estática, un GNU/Linux si se lo quiere que permite revivir ese entorno un tanto arcaico, en represalia a los requerimientos de la obsolescencia programada. Estamos buscando una grabación que nos signifique y no calidad para poder competir; estamos buscando una grabación con imperfecciones para poder compartir, quizás en la que pueda representarse algún sentimiento en el fondo que al otro (el oyente) lo lleve por un recuerdo lejano, de nostalgia, de felicidad, a los olores de la infancia o a una pequeña esperanza de lo que sí está a nuestro alcance poder hacer. La escucha lenta para calmar las ansiedades Vivimos en un entorno donde la inmediatez nos devora como el águila que menciona don Juan al cruzar el umbral de la muerte. En este caso el águila es o podría ser ese mensaje por teléfono celular en el trabajo que necesita resolución ya, como el disco (si se lo puede llamar así ahora, podríamos llamarlo trabajo) nuevo del artista famoso que ya está en la plataforma digital (streaming de pago) y requiere que ya lo escuches para poder opinar sobre éste y estar a la moda. La grabación pobre viene a proponer la escucha lenta, ruidos imperfectos en medio de la demanda diaria de perfección, sonidos que se toman su tiempo hasta tal punto que no requieren un principio y un fin instantáneo. La grabación pobre nos propone una taza de té o café a la tarde, desempolvar unos parlantes viejos y escucharla mirando el firmamento, porque la distancia y la contemplación son las combinaciones perfectas para ella, que nunca clama por una acústica inmejorable, nunca pide alta fidelidad, nunca pide insonorización del entorno. Remezclar no como sinónimo de mejora, remezclar como ejemplo de imperfección y cambio de rumbo No me refiero a hacerle miles de capas de compresión, me refiero a abrir el Mixxx y meterle miles de grabaciones encima, abrir el Audacity y generar un canal nuevo y grabar encima una guitarra criolla con el fondo de algunos chicos jugando en la calle. La grabación pobre está a la espera, no demanda este tipo de situaciones. Pacientemente surge porque no buscamos "el mejor momento" para grabar, no nos surge en ningún estudio aislado con monitores de última generación, no. La grabación pobre surge en el comedor de nuestras casas, casi antes de la hora de cenar, cuando el día claudica pero no la emoción de grabar alguna cosilla que viene a la mente como resistencia a la fuerza opresora de algunas demandas diarias en el sistema instigador en el cual nos encontramos inmersos. Viene como efervescencia que nos nutre como el refresco cálido que se cuela por nuestras gargantas un día de extremo calor. Grabamos a la tardecita con la cocina en movimiento previo a la cena, como he mencionado, como sonido de fondo algunos niños jugando en la vereda después de la jornada escolar; grabamos con el noticiero a volumen bajo que nos dice lo mal que se encuentra todo, para poder vender un poco más noticias de ayer. La grabación pobre no nos exige hiper productividad, no nos exige ser nuestros propios jefes despiadados que nos obligan incansablemente a producir más, solo mezcla y crea cuando en verdad lo siente, si no, leer un libro, escuchar la grabación de alguien más o simplemente no hacer nada son alternativas sin dudas viables para el formato de nuestras vidas que elegimos a modo de resistencia, porque estoy seguro que la grabación pobre puede ser un puntapié inicial (entre muchos tantos posibles), para elegir un camino más sosegado, aunque sea en las horas donde no impera la inevitable necesidad de sustento. Grabar para recordar, grabar para compartir ese recuerdo Cuando nos encontramos inmersos en la mezcla en un bucle de audio, algo pequeño que grabamos y reproducimos infinitamente (puede ser en un Mixxx, puede ser en un LMMS o cualquier herramienta libre) y lo juntamos con unas voces del pasado que sin quererlo quedaron hermosas para esta situación, nos enriquecen el alma sin pretender quedar bien, se genera algo novedoso que nos empuja a seguir mezclando, porque la grabación pobre además de permitir hacernos un lugar en el mundo que dejamos atrás (cuando había casetes y grabábamos de la radio: no quedaba perfecto, se colaba alguna voz en off que aludía a la "marca de agua", pero sin embargo podíamos escuchar y compartir) nos impulsa a crear nuevas texturas que nos llevarán a lugares insospechados. La grabación pobre también nos remite a esas bajadas de CD a casete que nos facilitaba escuchar a nuestras bandas favoritas, que nos prestaba un amigo o que copiábamos simplemente de otros casetes en una casa de otro con una tecnología superior: la doble casetera. iLa grabación pobre se nutre de ese pasado, y si no puede hacerlo porque quien graba no lo ha vivido lo puede ver en un video gastado por interés personal y porque antes también se compartía de otra forma, eso es, cambiaron las formas pero se comparte lo mismo. La grabación pobre evoca una foto de un paisaje, un grupo de amigos lejano, una época, un instante, un amor olvidado, un niño que ya es un hombre, una niña que es una mujer, una mascota que ya no está y se transforma en un sonido eterno, diáfano, amoroso. No hace falta ser un músico perfecto Si bien es valorable que una partitura pueda ser leída y ejecutada, o que uno goce de ciertas habilidades en la ejecución de un instrumento "real", en la grabación pobre cualquier método es permitido y no hace falta saber ni ser versado en nada: la grabación pobre permite forjar el oficio a medida que vamos construyendo nuestras facultades a través de las carencias tecnológicas, no como añoranzas de poseerlas, desde luego que esto dista de ser así. Construimos la grabación pobre como método de acercamiento y simplicidad para algo que tenemos dentro y necesita ser expresado, las palabras no alcanzan y acuden los sonidos como unicornios alados a reverdecernos. La grabación pobre no nos indica cómo debe ser un tema musical que estemos grabando. Ni siquiera impone que tiene que haber un desarollo: intro-estribillo-puente-estribillo-cierre. No hay nada parecido en la grabación pobre, aunque tampoco rechaza eso, porque la grabación pobre no rechaza nada, no viene a rechazar como la marginalidad del audio rico nos indica con su metodología de ultimísima generación y alta fidelidad. La grabación pobre carece de excelencias sonoras, porque nace de una carencia para poder avanzar. Esa carencia es una idea en movimiento de: "y si lo hago de esta forma", "y si no sigo cánones establecidos". Grabo porque quiero, grabo porque lo necesito. Grabo porque el corazón me explota con esto que me transporta a un lugar que ya no está más. La grabación pobre falla con cariño, no está acomodada al tempo perfecto, tiene algunos yerros evidentes, pero distan de perjudicarla, al contrario: embellecen ese pasaje sonoro con la calidez de esos dedos que quisieron ir para otro lado en el instante inmortalizado. Se apoya en la intuición y los sentimientos latentes más que en los tecnicismos... y eso está muy bien. La música libre de oportunidad de negocio, sólo por el mero hecho de compartirla. La grabación pobre no permite de copyrights, propiedades intelectuales ni derechos a nada, porque ha nacido para ser compartida y si se lo quiere también, para ser remezclada y vuelta a vivir de otro modo. No compite en rankings del top 40 ni nada por el estilo. Se encuentra escondida en una cápsula gemini o en un sitio con html puro, estático, aguardando su oyente para que sea arrebatada y apropiada. La grabación pobre no tiene propietarios ni propiedades intelectuales: una vez que es duplicada, todos los somos. Y ese momento en que decidimos que algo que se inició en alguien más puede ser remezclado, alcanza matices maravillosos. Y en tiempos donde todo es normalizado y desaparece la "otredad" como nos reza Byun Chul Han, es un hecho revolucionario. La grabación pobre se pone en la vereda de enfrente del concepto "cultura como mercancía". Primero, porque no intenta mercantilizarse y tampoco es el objeto inicial. En segundo término, simplemente no encaja, adrede, de estas imposiciones del mercado, por lo que antes de empezar ya se encuentra marginada de esos senderos comerciales. ¿Qué es lo que estamos grabando, en definitiva? Un ruido, una nostalgia, un sentimiento, un acercamiento a una comunidad, una expresión de amor hacia nuestro pasado, hacia el otro, hacia alguien que está, hacia alguien o algo idílico que no existe pero creamos con todo nuestro ser. Hay textos para la grabación pobre que revivimos y fundimos, ya sea porque los habíamos dejado perdidos en un disco rígido mecánico, en un usb viejo o una tarjeta de memoria; también pueden ser textos a mano de cartas en papel olvidadas, esbozos quizás de un cuento que no fue. La grabación pobre acude a nosotros para mezclarlo con un sonido de fondo, con un bucle y una batería suave, con un sintetizador con mucho ecoreverb que nos expande por el espacio. La grabación pobre nos llena el alma con ese audio de una persona que ya no está, pero vive en nuestra música, en nuestra grabación con escasos recursos pero desbordada de sentimiento, ajena a los tecnicismos reinantes que nos dictan que esto debe hacerse de tal o cual manera, se graba así. Nosotros la grabamos y esa persona vive nuevamente en nuestros corazones. La grabación pobre rescata ese casete viejo, en una caja en el placard perdido entre los años y no lo masteriza, porque nuestros tecnicismos no nos permiten llegar a tamañas técnicas y tampoco lo buscamos, si no todo lo contrario. Recuerdo años ha navegar por páginas como BuenosAliens o Hispasionic donde alguna música compartida era sopesada y cuestionada por su falta de profesionalismo y a veces falta compresión u otras virtudes profesionales, cámara o una correcta masterización. La grabación pobre no requiere nada de nada: pueden ser unos parlantes viejos que suenan y el celular que graba. Puede ser una placa de sonido usb de bajo costo, o simplemente en el CPU grabando por entrada en línea quien permite eso: eludir las sofisticaciones y abogar por el sentir de aquello que necesita ser expresado. En "En vivo en Pompeya", un joven Roger Waters, con las ínfulas de la juventud nos aclara que no cualquiera con la misma tecnología puede lograr lo que ellos si se les pusiera en sus manos. Estamos de acuerdo. Pero la grabación pobre no desea ahorrar morlaco a morlaco para alcanzar algún día esas alturas de sonido, no. La grabación pobre camina por una senda sin discográficas, se acerca más a un entorno de feria, donde uno da lo que tiene a otro y recibe también algún sonido generoso, de esos que no podríamos hallar en grandes cadenas mayoristas. Epilogo: La grabación pobre va por una senda diferente a la maquinaria capitalista del audio. No quiere sonar perfecta: quiere sonar sincera. Porque grabando así, con lo que tengo a mano, no espero aprobación y no compito con nadie por ser mejor. Solo esparzo en el mundo digital una gota de amor y un sentir personal que puede ser evocador desde otro ángulo para alguien más. *** Existe un documento en PDF que podés leer desde el siguiente enlace: 1Doc PDF URL://texto-plano.xyz/~hi7903b/documentos/en-defensa-de-la-grabacion-pobre.pdf 70 iPodés escribirme tus impresiones a: iCorreo-e de hi7903b de texto plano i06-2025 * *** RUTAS ESPACIALES *** =>/hi7903b/gemlog/info.gmi volver al listado de escritos =>../ volver al inicio